Al pensar en la contaminación de los ecosistemas marinos, posiblemente nos venga a la mente la imagen de tortugas y otros animales ensartados con pajitas de plástico. Está claro que estas son una opción peligrosa, por lo que la Unión Europea hizo bien en prohibir estos y otros productos de plástico en 2021. Desde entonces, hemos ido probando otras opciones, algunas con más éxito que otras. Las pajitas de papel son las más usadas, especialmente en bares y cafeterías. Sin embargo, presentan algunos inconvenientes. Uno de ellos lo ha observado ya cualquier persona que haya bebido con ellas. Pero otros, que podrían ser más peligrosos, los descubrió el pasado verano un equipo de científicos de la Universidad de Amberes. 

Ese inconveniente que todos hemos visto de las pajitas de papel es su corta durabilidad. Si no te acabas rápidamente tu bebida, verás cómo la pajita se convierte rápidamente en un amasijo gelatinoso poco agradable. Está bien que se degrade, pero no necesariamente en tu vaso. En cuanto al segundo inconveniente, es aún peor, ya que se ha visto que contienen algo conocido coloquialmente como sustancias químicas para siempre.

Una de las sustancias de este tipo más habituales son las que contienen poli y perfluoroalquilos (PFAS). Las pajitas de papel contienen cantidades bajas de estas sustancias, es cierto. Puede que esto no las haga peligrosas para nosotros como consumidores. Sin embargo, para el medioambiente, para cuya protección supuestamente utilizamos este tipo de pajitas, sí que pueden ser un problema.

Las pajitas de papel no son la panacea

Los autores de este estudio decidieron analizar los niveles de PFAS en pajitas de papel y de otros materiales después de que otro equipo estadounidense diese la voz de alarma en 2021. Lo que ellos hallaron podría haber sido algo puntual, por lo que estos otros científicos decidieron llevar a cabo una investigación aún más completa. Y los resultados no fueron nada tranquilizadores.

Analizaron los niveles de PFAS en 39 marcas de pajitas de diferentes materiales, incluyendo plástico, papel, bambú, vidrio y acero inoxidable. Estas últimas fueron las únicas que resultaron estar limpias de PFAS. Tanto las pajitas de papel, como las de bambú, vidrio y, por supuesto, las de plástico, contenían estas sustancias químicas para siempre.

No está claro por qué lo contienen. Los autores de la investigación creen que, dado que el papel y el bambú no son impermeables, se les puede añadir el PFAS para que resistan mejor el agua. O puede que estén fabricadas con materiales reciclados que ya contengan esos PFAS. Ese podría ser el caso del vidrio. Para saberlo con seguridad habría que preguntar a los fabricantes, pero esa ya es otra parte de la investigación que no depende solo de los autores de la misma.

¿Por qué es tan peligroso?

Como su propio nombre coloquial indica, los PFAS son “para siempre”. No se degradan fácilmente del medio ambiente. Por mucho que la base de origen vegetal de la pajita, como el papel o el bambú se degrade, estas sustancias se acumulan, tanto en el ambiente, como en los organismos de los animales. Eso nos incluye a nosotros como consumidores y a las especies que puedan toparse con las pajitas cuando se desechen.

Los niveles encontrados son muy bajos, por lo que en principio no debe cundir el pánico en lo referente al consumo directo. Sobre todo si no bebemos en pajitas de papel todos los días. Pero a nivel ambiental sí es un problema que habría que atajar. Además, se sabe que pueden biomagnificarse a través de niveles tróficos. Esto significa que su concentración aumenta a medida que van avanzando en la cadena alimenticia de los animales de los ecosistemas marinos. De este modo, sí que pueden llegar de vuelta a los seres humanos, por lo que, si no lo hacemos por el planeta, al menos deberíamos tener cuidado por nosotros mismos.

Lo ideal sería revisar su fabricación para evitar que contengan estas sustancias. Pero, mientras tanto, solo nos queda recurrir a alternativas.

pajitas de acero
Las pajitas de acero inoxidable son una buena alternativa, pero se deben limpiar adecuadamente, pues pueden acumular muchas bacterias en su interior. Crédito: David Lalang (Unsplash)

La mejor alternativa

Las únicas pajitas en las que los autores de este estudio no encontraron PFAS son las de acero inoxidable. Por eso, se presentan como la mejor alternativa.

Ahora bien, si optamos por usarlas en casa, debemos hacernos también con un cepillo de limpieza, pues son reutilizables y en su interior se pueden acumular muchísimas bacterias si no las limpiamos a conciencia. No basta con dejar el agua correr.

De cualquier modo, la mejor opción siempre será la misma: no usar pajita. Salvo que haya algún problema que impida beber adecuadamente, las pajitas de papel o de cualquier otro material se utilizan casi más como decoración. Para cuidar el medio ambiente, e incluso a nosotros mismos, la mejor opción siempre será beber sin ellas. Así todos nos curamos en salud. 

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