El Hormiguero vuelve a ser noticia. Pero no por la incomodidad de las mujeres invitadas al programa, ni por la victoria dialéctica de Sofía Vergara en nombre de todas ellas. Esta vez es noticia por una explicación científica que, como ha ocurrido en alguna otra ocasión, no ha sido del todo acertada. Esta vez no ha sido un monólogo motivador de Pablo Motos, sino un comentario de Marron, quien precisamente es el encargado de conducir la sección de ciencia. En este caso, al hablar sobre el metanol, hizo referencia a que es el alcohol que se añade al garrafón en los locales de ocio.

Muchas personas en redes sociales se han mostrado molestas por el peligro que puede conllevar este comentario en El Hormiguero. Y es que es cierto que el metanol ha estado relacionado con el garrafón en más de una ocasión, pero no es la sustancia que se añade normalmente a las bebidas alcohólicas para hacerlas más baratas. Si así fuera, habría muchos casos de muertes y cegueras, ya que es un compuesto altamente tóxico para los seres humanos.

El problema de no puntualizarlo es que, quizás, alguien que lo oiga y que tenga uno de estos locales podría pensar que el metanol es la forma más común de preparar garrafón. Podría creer que, como mucho, las personas afectadas tendrán una mala resaca, como pasa normalmente con el garrafón en las discotecas. Sin embargo, las consecuencias de consumir metanol son mucho más preocupantes, por lo que debe explicarse concienzudamente.

¿Qué es el metanol?

El metanol, también conocido como alcohol metílico, es el más simple de los alcoholes. Es decir, se trata de una cadena de un solo carbono, en la que se encuentra un grupo alcohol, formado por un oxígeno y un hidrógeno. Además, para completar los cuatro enlaces que pueden formarse en el carbono (uno está ocupado por el OH), cuenta con tres hidrógenos más. 

Es muy inflamable, por lo que también se le conoce como alcohol de quemar, por su uso para encender fuego y como combustible. Además, se emplea como anticongelante y disolvente en la industria química. Es muy tóxico, por lo que es impensable su uso en alimentación.

Por lo tanto, no es el alcohol que se encuentra en las bebidas destiladas o fermentadas. En estas, el alcohol presente es el etanol, que cuenta con dos carbonos en vez de uno. Esta puede parecer una diferencia mínima, pero no lo es. Si bien el etanol también es tóxico, de ahí los efectos de la borrachera, es mucho menos peligroso que el metanol. Nuestro hígado puede metabolizarlo y los riñones ayudan a eliminarlo de la sangre. Con el tiempo, y sin necesidad de muchas copas, se pueden producir enfermedades por su consumo, pero no se produce un envenenamiento directo.

¿Qué pasa con el garrafón que mencionan en El Hormiguero?

Generalmente, se conoce como garrafón a la mezcla de alcohol de menor calidad, en botellas de marcas más caras. Esto se suele hacer mezclando bebidas más baratas con otras de marca superior. En otros casos, simplemente se añade agua, de manera que lo que se hace es rebajar el alcohol, vendiéndolo al mismo precio. Con el primer caso, puede que la resaca sea un poco peor de lo habitual. En cambio, con el segundo los efectos serían menores, por causas obvias. Ambos ejemplos son fraudes, aunque no son demasiado peligrosos.

Ahora bien, en algunos casos, lo que se hace es añadir pequeñas cantidades de metanol, mucho más barato que el etanol. Esto puede ocurrir de forma inconsciente, por una destilación inadecuada de las bebidas alcohólicas, o intencionadamente, añadiéndolo de forma deliberada a las bebidas. En ambos casos, se está añadiendo a la bebida una sustancia altamente tóxica que no debería ser consumida por humanos, ni siquiera en pequeñas cantidades.

Una dosis de solo 20 a 150 mililitros de metanol puede ser mortal. Además, puede causar ceguera en dosis incluso más bajas, pues dirige parte de su toxicidad al nervio óptico.

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Los casos de garrafón con metanol son cada vez menos habituales. Crédito: Helena Yankovska (Unsplash)

Casos reales de intoxicación por metanol

El garrafón del que hablan en El Hormiguero es real. Es cierto que se ha usado y se usa el metanol para adulterar bebidas. Y de hecho se han producido bastantes muertes por eso. No obstante, hoy en día es algo muy inusual.

Si bien se calcula que en los años 80 el 30% de los establecimientos en España recurrían al garrafón de un tipo u otro, en la actualidad no va más allá de un 1%-2%.

No obstante, el caso más sonado en nuestro país ocurrió mucho antes, en 1963. En aquella época murieron 51 personas en Haría, Lanzarote, por el consumo de aguardiente, licor café, ron y vinagres adulterados con metanol en establecimientos de esta localidad. Además, hubo 5 afectados que sobrevivieron, pero perdieron la vista.

En otros países, sí que sigue siendo algo más común en la actualidad. Por ejemplo, en 2019 se documentó el caso de una chica británica que quedó ciega durante unas vacaciones en Grecia, al beber vodka adulterado con metanol. 

En definitiva, sí, el garrafón del que habló Marron en El Hormiguero existió, existe y, desgraciadamente, lo más probable es que siga existiendo. Pero, por suerte, hoy en día no es lo más habitual. A menudo usamos el término “garrafón” indistintamente para hacer referencia a que una bebida nos ha sentado mal, cuando quizás simplemente nos pusieron el alcohol que pedimos, sin mezclar con nada. Ya no es común mezclar el etanol con metanol, pues puede ser mortal. Por eso, es importante aclararlo. No se trata de una mala borrachera, sino, en muchos casos, de la diferencia entre la vida y la muerte. 

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