Si pensamos en el típico borracho de las películas cómicas, el hipo no puede faltar. Puede que incluso a nosotros nos haya pasado alguna vez al beber alguna copa de más. Sin embargo, el hipo del borracho no es tan común como lo representan las parodias y, precisamente por eso, no se ha estudiado en profundidad.

Lo explican en Live Science, en un artículo para el que han consultado al doctor George Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo de los Estados Unidos. Este les ha narrado dos posibles hipótesis sobre el origen del hipo del borracho.

Son hipótesis diferentes, que afectan a distintos órganos. Pero en ambas coincide una relajación excesiva de los músculos de la mitad superior del cuerpo. En un caso se trata del diafragma y en otro del anillo que separa el esófago del estómago. También puede estar asociado a afecciones previas, en las que se vean afectados el hígado o el páncreas. Pero esos serían casos excepcionales. A nivel general, veamos cómo puede originarse el hipo del borracho.

Los músculos y el hipo del borracho

El alcohol que contienen las bebidas alcohólicas es el etanol. Se sabe que este puede interrumpir el flujo normal de señales nerviosas. Entre esas señales se encuentran los impulsos eléctricos por los cuales los músculos se contraen y se relajan. Por eso, aunque no hay estudios exhaustivos, mucho menos en humanos, se cree que esta puede ser la causa del hipo del borracho.

Por ejemplo, en una investigación realizada con ratas, se vio que el etanol interfiere en la transmisión de señales hacia el diafragma. Este es un músculo que separa la cavidad torácica de la abdominal. Es el responsable de los movimientos que realizamos con el pecho cuando tomamos aire y lo soltamos. 

Esto ocurre con una contracción y relajación normales del músculo. Sin embargo, si los impulsos nerviosos se ven alterados, pueden producirse espasmos bruscos en el diafragma, que provocan un cierre repentino de las cuerdas vocales y, con ello, ese característico sonido “hip”.

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El etanol empeora la enfermedad por reflujo esofágico. Crédito: Helena Yankovska (Unsplash)

¿Qué tiene que ver el reflujo esofágico?

Las personas con reflujo esofágico suelen tener el hipo entre sus síntomas. Este fenómeno se da cuando los ácidos del estómago se desplazan erróneamente hacia arriba, inundando el esófago y causando una sensación de ardor en el pecho y náuseas. 

Esto es algo que normalmente no ocurre, pues existe un anillo muscular, llamado esfínter esofágico, que separa el estómago del esófago y se cierra para evitar que los ácidos escapen del estómago. No obstante, el etanol puede relajar ese músculo, causando reflujo esofágico y, con ello, el hipo del borracho.

Lógicamente, esto le ocurrirá en una mayor proporción a personas que suelan tener reflujo esofágico habitualmente. Pero también puede pasarle a alguien que nunca lo haya padecido, simplemente por el hecho de haber bebido.

No es grave sentir hipo de forma aislada después de beber un poco. Sin embargo, si se convierte en algo demasiado habitual, sería mejor consultarlo con un médico. Aunque hay algo que está claro: la mejor forma de impedir que ocurra, es no beber. Evitar el hipo del borracho es uno de los muchísimos beneficios de dejar este hábito atrás. Podría ser un buen propósito de año nuevo