A pesar de las abundantes campañas de concienciación sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol, este sigue siendo uno de los motivos más frecuentes de accidentes de tráfico. Por eso, los científicos llevan muchos años buscando nuevos métodos para medir el alcohol que se está metabolizando en el organismo. Los alcoholímetros de aire espirado que se usan en los controles de carretera son muy útiles, pero resultan caros e incómodos de usar. Por eso, un equipo de investigadores de las Universidades de Stanford y Toronto ha desarrollado un algoritmo para teléfonos móviles que podría calcular la intoxicación por alcohol simplemente grabando la voz del usuario.

Han optado por esta opción porque no requeriría comprar nuevos dispositivos. Prácticamente todo el mundo tiene teléfono móvil hoy en día, así que solo tendrían que instalar la aplicación. Además, se podría medir el alcohol regularmente, sin necesidad de que el usuario lo indique. Es decir, se haría que el móvil tome medidas de su voz en las conversaciones del día cada cierto tiempo. Así, si llega un momento en el que se detecta una intoxicación peligrosa, se activaría una alarma.

Y lo mejor es que todo esto se puede aplicar a otros parámetros, como la cadencia al caminar o la forma en que se redactan mensajes de texto. Incluso una combinación de todos ellos. Pero, para eso, habría que ir paso a paso. De momento, las primeras pruebas, centradas en la voz, han sido un éxito rotundo.

Análisis de voz para medir el alcohol en el organismo

Cualquiera que se haya pasado alguna vez con el alcohol sabe bien que la voz pastosa y la lengua trabada son de los primeros signos en aparecer. Pero también puede haber algunos parámetros imperceptibles para nosotros, pero comunes en la mayoría de borracheras.

Por eso, estos científicos decidieron aprovechar el aprendizaje automático y la inteligencia artificial para diseñar un algoritmo capaz de detectar patrones en la voz que se puedan relacionar con la intoxicación etílica.

Para ello, contaron con la participación de 18 personas, mayores de 21 años, a las que se dio una dosis controlada de alcohol. Justo antes, se les tomaron muestras de aire espirado y se les hizo leer en voz alta un trabalenguas. Después, durante siete horas, se repitieron ambos procedimientos. Cada hora tuvieron que leer el trabalenguas y cada media hora se les midió el alcohol en aire espirado.

De este modo, el algoritmo pudo detectar esos cambios en la voz con la cantidad de alcohol en el aire espirado. Una vez entrenada la inteligencia artificial, se consiguió medir el alcohol mediante grabaciones con una precisión del 98%.

aparato para eliminar el alcohol en sangre
En una fiesta puede haber muchas formas de evaluar los efectos del alcohol antes de conducir.

Otras técnicas

Este ha sido un estudio muy pequeño, con muy pocos participantes. Los autores de la investigación reconocen que les gustaría realizar más experimentos, con más voluntarios, pertenecientes a etnias diferentes. Se sabe bien que, por ejemplo, las personas asiáticas toleran peor el alcohol, pues a muchas les falta una proteína que ayuda a metabolizarlo. Por eso, este sería un factor interesante a tener en cuenta.

Además, mencionan la importancia de tener en cuenta otros factores. Si esperamos a que una persona que ha bebido unas copas de más saque el móvil, active una aplicación y se grabe leyendo un trabalenguas para medir el alcohol en su organismo, posiblemente nos llevemos una decepción. Por eso, la aplicación debería poder funcionar automáticamente y tomar medidas periódicamente. En el caso de la voz, se podría detectar cada cierto tiempo si hay cambios en el habla. Si el usuario está en un bar abarrotado o hablando con otras personas puede ser complicado. No obstante, el algoritmo también está diseñado para centrarse en la voz de una persona y borrar el ruido de fondo. 

Ahora bien, ¿qué pasa si esta persona ha bebido y ahora va sola caminando hacia el coche? En caso de que se vayan a tomar mediciones y no se pueda captar la voz, se deberían buscar otros parámetros, como la forma de caminar. ¿Pero qué pasa si el usuario sigue sentado en la barra del bar? Quizás haya decidido escribirle un mensaje a su ex o avisar a su pareja de que va a llegar tarde a casa. Esto también puede medirse. Lo importante es tener un algoritmo entrenado para detectar anomalías en muchos parámetros y recurrir a cada uno o a una combinación de ellos cuando haga falta.

Por eso, aún queda bastante camino por delante hasta conseguir medir el alcohol con este tipo de dispositivos. Pero sabemos que es factible y posiblemente forme parte de nuestro futuro. Mientras tanto, aunque suene manido e insistente, si bebes, no conduzcas.