Suele decirse que en ciertas películas de serie B los diferentes personajes cargan con clichés comunes a prácticamente todas. Uno de ellos es que el amigo asiático es el que antes se emborracha. Esto, en realidad, no es solo un argumento de película. Es cierto que la mayoría de personas procedentes de esta parte del mundo tienen una mutación genética por la que toleran peor el alcohol que otros individuos. Dicho de una forma sencilla, experimentan la resaca casi inmediatamente a tomarse la primera copa.

Como consecuencia, sienten multitud de síntomas, aunque el más llamativo es un fuerte enrojecimiento de la cara. Por eso, al efecto resultante, se le conoce como rubor asiático.

Si tú sueles ponerte rojo en cuanto comienzas a beber y el alcohol te sienta mucho peor que a tus amigos, posiblemente tengas ascendencia asiática en tu árbol genealógico. Es el momento de empezar a indagar en tu historia familiar, pero también de que te plantees dejar el alcohol. 

Resaca inmediata y rubor asiático

Cuando bebemos alcohol, nuestro hígado se encarga de metabolizarlo mediante una serie de reacciones en las que intervienen diferentes enzimas.

Las enzimas son proteínas que aceleran y facilitan determinadas reacciones químicas, promoviendo que unas  sustancias, llamadas sustratos, den lugar a otras, conocidas como productos. En el caso del alcohol, la encargada de su metabolización es la enzima alcohol deshidrogenasa y el producto resultante una sustancia llamada acetaldehído

A partir del metabolismo del alcohol se forma una sustancia muy tóxica llamada acetaldehído

El problema es que ese acetaldehído es muy tóxico, por lo que también debe metabolizarse a través de una reacción en la que interviene la enzima aldehído deshidrogenasa. Las pequeñas cantidades que permanecen sin metabolizar son las causantes de la resaca. De hecho, cuando nos encontramos resacosos básicamente es porque estamos intoxicados.

Los chinos, los coreanos y los japoneses o, lo que es lo mismo, los asiáticos de la zona oriental del continente, tienen una mutación genética que afecta al gen en el que están las instrucciones para la síntesis de esa aldehído deshidrogenasa. Por eso, cuando se produce el acetaldehído, no pueden metabolizarlo correctamente y experimentan los síntomas de una resaca instantánea. Se dan muchos, como dolor de cabeza y alteración del ritmo cardíaco. Sin embargo, el más reconocible es ese enrojecimiento de la cara, bautizado como rubor asiático.

Mucho más que un simple rasgo facial

Esta mutación tiene una ventaja y muchas desventajas. La parte positiva es que las personas que la tienen se encuentran mal en cuanto empiezan a beber. Por eso, prefieren no hacerlo. Es así sobre todo en quienes heredan dos copias del gen mutado, tanto de su madre como de su padre. 

En cambio, cuando se trata solo de una pueden tener aún cierta tolerancia y es aquí donde empieza el problema, ya que sí se permiten beber y esa acumulación de acetaldehído en su sangre puede causarles serios daños en órganos como el hígado o los riñones. De hecho, las personas que sufren de rubor asiático son más propensas a desarrollar cáncer por el alcohol. Es mucho más grave que una simple resaca más dura de lo normal.

La parte positiva es que estas personas normalmente no beben, porque se encuentran muy mal en cuanto lo hacen

Y el problema no termina ahí. En 2019, científicos de la Universidad de Stanford encontraron también una relación con el alzhéimer. Tanto en células humanas cultivadas en laboratorio como en ratones, vieron que aquellos que contaban con la mutación eran más propensos a generar radicales libres después de que se les administrara alcohol.

Estos compuestos químicos están estrechamente asociados a la oxidación, que parece relacionarse tanto con el envejecimiento celular como con enfermedades como el cáncer o el alzhéimer. Y aún hay más, ya que en los ratones con la mutación asociada al rubor de los asiáticos, también se detectó una mayor acumulación en su cerebro de fragmentos de proteína beta-amiloide, y una elevación en la activación de la proteína tau. Ambos son marcadores muy vinculados a esta enfermedad neurodegenrativa, por lo que parece haber una relación entre ella y el gen defectuoso de la aldehído deshidrogenasa. 

Este es un problema serio, que no solo afecta a chinos, coreanos y japoneses. Es cierto que es allí donde hay una mayor prevalencia de la mutación. Sin embargo, se ha detectado en otras partes del mundo.