Con el precio de la cesta de la compra cada día más elevado y un estilo de vida que a veces nos impide pararnos a cocinar algo saludable, muchas personas piensan que su salud nutricional está resuelta con unos pocos suplementos. Al fin y al cabo, suelen ser muy completos, con todas las vitaminas y los minerales esenciales para nuestro organismo. Sin embargo, y por desgracia, lo fácil no es siempre lo más saludable.

Hay muchos motivos por los que es mejor obtener los nutrientes a través de la alimentación, en vez de mediante suplementos. Algunos de esos motivos están relacionados con la posibilidad de una afección conocida como hipervitaminosis, que se da cuando ingerimos un exceso de ciertos tipos de vitaminas. Otros, en cambio, tienen que ver con que los nutrientes no se absorben igual si los tomamos a través de una píldora, una gominola o una pastilla efervescente.

Los suplementos son útiles en casos concretos, en los que hay alguna carencia nutricional por el motivo que sea. Pero, para la población general, como mucho, lo más que nos aportarán será una orina muy cara.

Vitaminas liposolubles e hidrosolubles

Aunque también pueden incluir otros nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3 o algunos minerales, por lo general los suplementos se toman para tener un buen aporte de vitaminas. Los hay muy completos, que incluyen todas las vitaminas que necesitamos. Pero eso no siempre es algo positivo.

Para entenderlo, debemos saber que hay dos tipos de vitaminas: las hidrosolubles y las liposolubles. Las primeras se disuelven muy bien en agua, pero no en las grasas. Por eso, lo que ocurre si las tomamos en exceso es que se eliminan a través de la orina. En cambio, las liposolubles no se disuelven en agua, por lo que no se pueden mezclar con la orina. Sí que se disuelven bien en las grasas, por lo que no se eliminan, sino que se acumulan en los tejidos. Recordemos que los tejidos son conjuntos de células y que las membranas celulares están compuestas principalmente por lípidos, que son un tipo de grasa. 

Un ejemplo de vitamina hidrosoluble es la vitamina C. Es muy común tomarla en suplementos, tanto en multivitamínicos como en pastillas solo de vitamina C, dirigidas a prevenir resfriados y otras infecciones respiratorias. Sin embargo, si se tiene una alimentación adecuada, es muy probable que el aporte de vitamina C sea suficiente y que el exceso de la misma se deseche con la orina.

En cambio, otras vitaminas, como la D y la A, son liposolubles. Esto significa que un exceso puede dar lugar a una hipervitaminosis, en la que se generan efectos tóxicos en el organismo. Por eso, aunque es difícil llegar a esos efectos perniciosos, no se recomienda abusar de suplementos que incluyan estas vitaminas.

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El exceso de vitamina C se elimina con la orina. Crédito: Diana Polekhina (Unsplash)

Los nutrientes de los alimentos se absorben mejor que los de los suplementos

En 2019, un equipo de científicos de la Universidad de Tufts publicó un estudio en el que se señalaban algunos de los nutrientes con un mayor poder para prevenir la mortalidad por enfermedades como las afecciones cardiovasculares o el cáncer. En él, además, se observaba algo muy curioso y es que esos efectos solo se percibieron en los participantes que habían obtenido esos nutrientes a través de la alimentación. Si tenían exactamente el mismo aporte, pero mediante suplementos, no se percibió ningún beneficio relacionado con la disminución de la mortalidad.

Las vitaminas y otros nutrientes esenciales interaccionan entre ellas, pero también con otras sustancias presentes en los alimentos. Esto facilita su absorción, en comparación con las mismas vitaminas, ingeridas a través de suplementos.

Por muy completa que sea la pastilla, siempre carecerá de algunos compuestos que solo se encuentran en los alimentos y que además pueden aportar un extra de efectos antiinflamatorios y antioxidantes, por ejemplo. 

Una hamburguesa no es más sana si la mezclas con suplementos

Lógicamente, hay personas que necesitan tomar suplementos. Los veganos, por ejemplo, necesitan un aporte de vitamina B12, ya que los alimentos de su dieta no la contienen. Con personas mayores, a veces, también es necesario, ya que resulta complicado que coman adecuadamente. En general, hay muchas excepciones, que suelen ser detectadas por los médicos de familia.

También hay personas que toman suplementos por salud. Es decir, comen de una forma saludable; pero, por si acaso, también se suplementan. Para ellos no es algo necesario, ya que tendrán un aporte adecuado solo con la alimentación.

Pero, sin duda, entre los más damnificados se encuentran quienes creen que por tomar suplementos pueden comer más ultraprocesados y comida basura sin que estos afecten a su salud. Este es un error, pues los nutrientes de los suplementos no inhiben los excesos de grasas o azúcares de este tipo de alimentos.

Es esencial tener una buena educación nutricional. Aprender a comer adecuadamente, con un buen aporte de nutrientes y sin remordimientos cuando nos salgamos del supuesto sendero de la buena alimentación. Con esa buena educación nutricional, los suplementos, salvo casos concretos, no son necesarios. Incluso pueden llegar a ser contraproducentes. 

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