La búsqueda de una pastilla para adelgazar no es algo nuevo. Hace muchos años que los científicos intentan satisfacer una de las grandes peticiones de la población: adelgazar sin dieta ni ejercicio. Cabe destacar que estamos hablando de científicos, no de congregaciones religiosas, así que no podemos esperar milagros. Bueno, de las congregaciones religiosas posiblemente tampoco. Lo importante es que hay que dejar claro que la alimentación saludable y el ejercicio físico tienen muchísimas ventajas, más allá del simple hecho de perder peso. Sin embargo, en ciertos casos puede ser muy útil acompañarlo de fármacos como el que acaba de describir un equipo de científicos de la Universidad de St. Louis, en Estados Unidos.

La mayoría de fármacos para perder peso, disponibles o en investigación, se basan en la reducción del apetito. Si la persona que lo toma come menos, obviamente, adelgazará. Pero esto presenta bastantes desventajas. Por un lado, uno de los medicamentos más usados con este objetivo es la semaglutida, empleada también en el tratamiento de la diabetes tipo 2 para controlar los niveles de glucosa. La población se obsesiona tanto con tomar una pastilla para adelgazar que en algunos lugares se ha producido un desabastecimiento de este medicamento, con todo lo que eso implica para quienes más lo necesitan. Además, suelen tener efectos secundarios muy molestos a nivel digestivo. Por eso, estos científicos han propuesto otra opción que no se dirige al apetito, sino que engaña al organismo, para que se piense que está realizando ejercicio.

Cabe destacar que no es la primera vez que se plantea una pastilla para adelgazar basada en esta premisa, aunque ninguna ha llegado a comercializarse. Esta ha dado muy buenos resultados en ratones, por lo que está aún en pañales. Pero tiene algo muy importante y es que imita el ejercicio de manera que no solo sirve para perder peso. También puede aumentar la masa muscular e incluso se cree que puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.

El fármaco para perder peso que engaña al organismo

Este fármaco, que en realidad aún no es una pastilla para adelgazar, es un compuesto denominado SLU-PP-332. Su eficacia se basa en que, una vez en el organismo, actúa sobre ERR, un grupo de proteínas que se potencian durante el ejercicio.

Estas son conocidas por muchos motivos. Por ejemplo, recientemente se descubrió que son las encargadas de que el páncreas no se digiera a sí mismo. Tienen un papel muy importante en el buen funcionamiento de las mitocondrias de las células pancreáticas. Las mitocondrias son orgánulos celulares en los que se producen las reacciones que aportan energía al organismo. Por lo tanto, si estas no funcionan adecuadamente, las células deben obtener energía de otra forma. Y, en el caso del páncreas, se ha observado que, si se inhibe ERR, inicia un proceso de autodigestión. Nada recomendable, por supuesto.

Pero ese no es el único papel de ERR. También se ha visto que estas proteínas intervienen en la regulación de genes involucrados en procesos como la gluconeogénesis, el metabolismo de los ácidos grasos, la fosforilación oxidativa o la termogénesis del tejido adiposo marrón.

Dicho de otro modo, intervienen en un gran número de procesos asociados sobre todo al metabolismo de la glucosa y las grasas. Se activa durante el ejercicio, favoreciendo que los músculos obtengan la energía que necesitan. Pero también quemando las reservas de grasa para obtener más energía 

Por lo tanto, si se engaña al organismo para que ERR actúe del mismo modo que con un entrenamiento, se puede obtener una pastilla para adelgazar muy interesante. Esta es la hipótesis sobre la que trabajaron estos científicos, con resultados muy esperanzadores.

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El estudio se ha realizado en ratones. Foto por Sandy Millar en Unsplash

Solo en ratones, de momento

Este estudio constó de dos pasos. Inicialmente se comprobó qué ocurría al administrar el fármaco a ratones con lo que se considera normopeso. Se vio que mejoró muchísimo su eficiencia al correr. Por lo tanto, a la hora de realizar ejercicio, parecía que habían entrenado mucho antes.

¿Pero qué pasaba si se usaba el fármaco con ratones obesos? En esta segunda parte, se trabajó con dos grupos de ratones. Todos recibieron la misma alimentación y realizaron exactamente la misma actividad física. La diferencia es que uno de ellos recibió el fármaco dos veces al día y el otro no.

De este modo, se vio que los que se habían tratado con SLU-PP-332 perdieron el 12% de su peso corporal y ganaron un 10% menos de grasa que los no tratados. Por lo tanto, no solo mejoró su condición física. También adelgazaron.

Un largo recorrido hasta la pastilla para adelgazar

Aún se debe escalar un poco hasta poder usar este fármaco en humanos. Seria muy interesante para todo tipo de pacientes, pero sobre todo para personas mayores, que a veces resultan un poco más resistentes al ejercicio físico.

Por otro lado, debemos recordar que, de momento, el fármaco se administra mediante inyección, por lo que habrá que reformularlo para poder convertirlo en una pastilla para adelgazar.

Además, los autores de la investigación quieren comprobar si podría servir para tratar insuficiencias cardíacas. Si esto sigue adelante será un bombazo. Pero, por ahora, no podemos imitar el ejercicio: hay que practicarlo. Dado que habrá beneficios que ninguna pastilla pueda imitar, lo mejor será ir creando el hábito.

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