Terminator 2 es, aún 30 años después de su estreno, una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos. James Cameron consiguió superar su ya de por sí sensacional película original con una secuela que se convirtió en un hito del género. Pero, aunque después de ellas Terminator ha continuado en forma de franquicia, la saga pudo acabar mucho antes. La segunda cinta contó con un final alternativo que habría supuesto el punto y final para la historia de Sarah Connor, su hijo John y el T-800.

En Terminator 2, los protagonistas consiguen derrotar al malvado T-1000. Sin embargo, saben que eso no es suficiente para evitar el Día del Juicio Final y que Skynet se haga con el control del planeta. El T-800, interpretado por Arnold Schwarzenegger, también debe morir. El pequeño John suplica por su vida, ya que el robot se ha convertido no solo en su protector sino en su mejor amigo. Pero, finalmente, tanto él como su madre comprenden que deben dejarle morir.

Así, lentamente, Terminator se sumerge en el incandescente pozo de metal fundido, despidiéndose levantando el dedo pulgar antes de que su sistema se apague. Tras esto, Sarah abraza a John y la película funde al plano de una carretera, mientras la protagonista recita unas palabras con voz en off. En ellas habla de un futuro incierto que, por primera vez, afronta con esperanza. "Porque si una máquina, un Terminator, puede aprender el valor de la vida humana, tal vez nosotros también podamos", sentencia Sarah Connor. La escena cierra a la perfección la película, pero ese "futuro desconocido" deja abierta la puerta al futuro que vino después en la saga. Algo que no ocurría en el final alternativo.

¿Cómo era el final alternativo de Terminator 2?

Terminator 2

Cameron llegó a rodar un final alternativo de Terminator 2 que incluso le convencía más, pero que habría acabado con toda posibilidad de secuela. En él, Sarah Connor también pronuncia un discurso. Solo que este es más largo y se ambienta mucho más tarde en el tiempo. "El 29 de agosto de 1997 vino y se fue. No pasó demasiado. Michael Jackson cumplió 40 años. El Día del Juicio Final no llegó", cuenta la heroína, ya anciana, sentada en el banco de un parque mientras le habla a su grabadora.

Desde ahí observa a su hijo, John, que en lugar de convertirse en el líder de la resistencia contra Skynet se ha hecho senador. Además, ha tenido una hija, haciendo abuela a Sarah. Con esta secuencia, el futuro desconocido del final que llegó a los cines quedaba resuelto. Las máquinas nunca se rebelaron y la humanidad pudo seguir viviendo en paz. Un final alternativo que, esta vez sí, cerraba las puertas a cualquier continuación de Terminator 2. Aunque, eso sí, culminaba con la misma frase que el oficial: "Porque si una máquina, un Terminator, puede aprender el valor de la vida humana, tal vez nosotros también podamos".

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En realidad, Cameron había optado por este final alternativo para Terminator 2. Pero el productor Mario Kassar no estaba de acuerdo y consiguió convencerle de probarlo en una proyección limitada. La respuesta de esa audiencia escogida fue negativa, ya que se trataba de un desenlace demasiado feliz y optimista en comparación al tono de las dos películas. Al final, el director aceptó como escena final la que pudo verse en cines y que todo el mundo conoce. La alternativa quedó relegada a los extras de la película, aunque la reflexión de Sarah Connor se mantuviese intacta.

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