Se ha dicho en innumerables ocasiones que el arte imita a la naturaleza. Sin embargo, en muchos casos esa lógica se invierte. Las recientes declaraciones de James Cameron, el afamado cineasta detrás de Titanic y Terminator, sobre el auge de la inteligencia artificial son una prueba perfecta de ello.

“Les advertí en 1984 y no me escucharon”, dijo en declaraciones a CTV News. Referencia, cómo no, al estreno de Terminator, la película que dirigió en 1984 y la primera entrega de una saga que, a grandes rasgos, cuenta la sublevación de las máquinas contra los seres humanos.

“Creo que la militarización de la inteligencia artificial es el mayor peligro”, continuó Cameron, que por cierto trabaja en una nueva película de Terminator. “Entraremos en el equivalente a una carrera armamentista nuclear con IA, y si no la moldeamos nosotros, los otros muchachos seguramente la construirán, y luego se intensificará”, agregó.

ChatGPT, de OpenAI: ¿una reversión de "Terminator" de James Cameron"?
ChatGPT, de OpenAI: ¿una reversión de 'Terminator' de James Cameron?

La advertencia de James Cameron exhibe uno de los riesgos asociados a la IA

La observación que trae al presente a la famosa cinta protagonizada por Arnold Schwarzenegger exhibe un trasfondo de ineludible mención. Con ChatGPT de OpenAI y Google Bard a la cabeza, los sistemas de inteligencia artificial evolucionan en forma sostenida.

Esas herramientas ofrecen útiles encantos. Redactan textos coherentes, responden preguntas de los usuarios, mantienen conversaciones naturales y resuelven problemas matemáticos. Incluso han aprendido a programar software y se animan a tareas creativas, hasta hace poco exclusivas de los humanos.

En paralelo a esos y otros beneficios de los sistemas de IA, emergen una serie de riesgos relevantes. Uno de ellos apunta al siguiente dilema: ¿cuán ventajoso es que las máquinas ganen autonomía, si esa independencia avanza sobre las decisiones humanas? En otras palabras, la sofisticación de la tecnología, en este caso, podría jugarnos en contra.

James Cameron estrenó "The Terminator" en 1984.
James Cameron estrenó Terminator en 1984.

James Cameron también opinó sobre el posible desplazamiento de los humanos a manos de los sistemas automatizados. “Personalmente, no creo que una mente incorpórea regurgite lo que han dicho otras mentes encarnadas (…) No creo que tenga algo que vaya a conmover a la audiencia”, señaló y finalmente remató: “Esperemos 20 años, y si una IA gana un Oscar al mejor guion, entonces tendremos que tomárnosla en serio”.

Los líderes tecnológicos también advierten los peligros de la IA

Las opiniones de James Cameron resultan llamativas, sobre todo siendo este hombre de 68 años quien ha ideado una de las grandes ficciones protagonizadas por ciborgs. Sin embargo, no son precisamente novedosas.

Numerosos especialistas del área, empresarios y referentes del sector tecnológico han alzado su voz para alertar de los riesgos asociados al avance de la IA. Una de las advertencias más resonantes se divulgó en marzo, cuando un grupo de expertos —entre ellos Elon Musk y Steve Wozniak— publicaron una carta abierta en la que pidieron regulaciones.

“En los últimos meses, hemos visto cómo los laboratorios de IA se han lanzado a una carrera descontrolada para desarrollar y desplegar cerebros digitales. Son cada vez más potentes, tanto que ni siquiera sus creadores pueden entender, predecir o controlar de manera fiable”, escribieron. Con base en ello, pidieron una pausa de seis meses en los desarrollos para establecer normas de tenor ético. Calificaron a esas tecnologías como “incontrolables”.

Otra declaración ratifica que no todo es “color de rosas” en el ámbito de la IA. El propio Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la empresa tras el famoso ChatGPT, también habló de riesgos. “Mi peor miedo es causar grandes daños al mundo”.

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