¿Cada cuánto tiempo pasas la aspiradora en casa? Hay quien solo lo hace cuando empieza a parecer legal que las pelusas paguen una parte del alquiler. El problema es que no solo se aspiran las pelusas. El polvo de nuestros hogares viene acompañado de partículas como bacterias, virus, heces de los ácaros o polen que no se ven a simple vista, pero sí que pueden causarnos alergias o incluso enfermarnos. Por eso, es importante tener una rutina de limpieza que impida que se acumulen demasiado.

La compañía tecnológica Dyson, famosa sobre todo por sus aspiradoras, ha llevado a cabo recientemente un estudio en el que han participado 33.997 personas, de 39 países diferentes. Todas tuvieron que contestar una serie de preguntas sobre sus rutinas de limpieza y sus conocimientos acerca del polvo del hogar. Y lo cierto es que hay mucho desconocimiento sobre el tema.

Por ejemplo, el 41% de los participantes españoles reconocieron pasar la aspiradora solo cuando el polvo es visible. Además, el 60% (de aquí en adelante todos los datos son sobre España) no sabían que puede haber polen en el polvo y el 26% desconocían los efectos de las heces de los ácaros. En definitiva, nos falta concienciación sobre este tema. Posiblemente, si la tuviéramos, pasaríamos muchísimo más la aspiradora en casa.

¿Qué es el polvo?

Por definición, el polvo es un conjunto de partículas sólidas que flotan en el aire y se posan en las superficies. Es algo bastante amplio, que se ciñe solo a su definición lingüística. Si nos ponemos más técnicos, para que pueda considerarse como polvo, las partículas deben tener menos de 500 micrómetros.

Hay muchos tipos de polvo, pero el que nos interesa a la hora de pasar la aspiradora es, generalmente, solo el doméstico. Este puede tener una composición muy variada, que depende en gran medida de los hábitos de las personas que habiten en la vivienda. Existe el mito de que está formado sobre todo por piel muerta. Y es cierto que esta y los pelos forman parte de su composición, pero no son los ingredientes más abundantes, ni muchísimo menos. 

El polvo también contiene partículas de polen, restos de insectos y ácaros, sus heces, arena y, en general, cualquier resto de suciedad. En las ciudades es muy habitual que también contenga bastante hollín. Y en cada parte de la casa puede haber composiciones distintas. Por ejemplo, en la cocina no es raro que el polvo contenga harina. Si solemos usarla para cocinar, claro.

La mayoría de estos ingredientes son inocuos, pero hay algunos que pueden actuar como alérgenos. Es decir, si los inhalamos, o incluso si se depositan en nuestros ojos o nuestra piel, nuestro sistema inmunitario puede detectarlos como agentes extraños a los que hay que atacar y comenzar una respuesta defensiva que nos causa los síntomas típicos de la alergia. Eso, como con cualquier alergia, no le pasa a todo el mundo por igual.

Pero el polvo también puede contener bacterias, virus y hongos, capaces de provocarnos síntomas a todos, incluso si no somos alérgicos.

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Crédito: La composición del polvo doméstico cambia mucho dependiente de las personas que habiten en la vivienda. Foto por Austin Ban en Unsplash

Habitantes diminutos, pero peligrosos

Un dato interesante del estudio de Dyson es que solo el 24% de los españoles sabían que puede haber virus adheridos a las partículas de polvo, a pesar de que el 37% aseguraron sentirse preocupados por tener virus en casa. Durante la pandemia de COVID-19 se habló bastante sobre la presencia de virus en las superficies de los hogares, pero quizás no se hizo el suficiente hincapié en que el polvo es un vehículo idóneo para ellos. Por eso también es muy importante pasar la aspiradora.

Pero los virus no son los únicos pasajeros invisibles del polvo que deben preocuparnos. En 2021, un equipo de científicos de varios centros de investigación estadounidenses publicó un estudio en el que se analizaba la microbiota de muestras de esputo, saliva y polvo doméstico. Es decir,  se calculó la concentración de distintos tipos de microorganismos en cada una de ellas. Encontraron en todas tanto virus, como hongos y bacterias, pero en el caso del polvo doméstico llamó la atención la alta concentración de hongos. Esto es algo a lo que se debe prestar atención, pues también son muy susceptibles de causar alergias.

En cuanto a las bacterias, generalmente no hay concentraciones tan altas como para causar enfermedades a personas sanas. Pero en pacientes inmunodeprimidos o susceptibles por cualquier otro motivo sí que podría ser un motivo. De hecho, en el polvo se han encontrado bacterias patógenas tan conocidas como Staphylococcus aureus, por lo que es algo que se debe tener muy en cuenta. 

El polvo de tus mascotas

Ya hemos visto que la composición del polvo depende mucho de cada hogar. Uno de los factores más relevantes es si hay mascotas en casa. 

Tanto su pelo, como la caspa de su piel, pueden formar parte de la composición del polvo. Sin embargo, también pueden traer adheridas a su pelo otras partículas, como el polen, que pasan a convertirse en un ingrediente más. Esto, según el estudio de Dyson, es algo que pasa desapercibido al 78% de los españoles. Además, el 46% de los encuestados reconocieron cepillar a sus perros y gatos solo una vez al mes. Y el 15% lo hacía aún con menos frecuencia.

Es muy importante cepillarlos con frecuencia, ya que de poco sirve pasar la aspiradora si no limpiamos también fuentes potenciales de polvo como el pelo de las mascotas. En 2018, se publicó un estudio que demostraba que la composición microbiana del polvo de un hogar cambiaba muchísimo al introducir un perro en casa. Empezaba a hacerlo al principio, pero sobre todo se percibían los cambios un año después.

Por eso, es importante incluir el cepillado en las rutinas de limpieza. Incluso hay aspiradoras que incluyen ya accesorios para hacerlo de una forma más profunda

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La composición del polvo cambia mucho al introducir una mascota en casa. Crédito: Chewy (Unsplash)

La mejor forma de pasar la aspiradora

Los expertos en limpieza difieren sobre la frecuencia recomendada a la hora de pasar la aspiradora. Pero, al menos,debería hacerse una vez por semana. Y no de cualquier manera.

Debemos recordar que, además de las pelusas que pagan alquiler, queremos limpiar partículas del polvo que no se ven. Por eso, es importante tener un patrón que nos asegure que cubrimos la mayor parte posible de superficie. Lo que se suele aconsejar es limpiar en bandas imaginarias, primero hacia delante, y después hacia detrás. Una vez finalizada una banda, haremos una inmediatamente al lado, incluso solapando un poco con la anterior. Finalmente, si tenemos tiempo, podemos asegurar la limpieza completa haciendo el mismo proceso, pero en perpendicular. 

También debemos prestar especial atención a superficies que no son el suelo, como los colchones. En ellos se concentran grandes cantidades de ácaros. Pero también de otros microorganismos, como las bacterias antes mencionadas. Cambiamos las sábanas con regularidad, pero el colchón no podemos sustituirlo. Por eso, es importante aspirarlo para que esté lo más limpio posible. 

Ahora bien, esto no puede hacerse de cualquier manera. Los expertos de Dyson explican que, por sus materiales, hace falta mucha potencia para limpiar el colchón, por lo que se necesita que la aspiradora sea potente. 

Y tanto para el colchón como para el resto de la casa lo que también se necesita son unos buenos filtros.

Los filtros de la aspiradora

Si lo que limpiamos con la aspiradora no se filtra adecuadamente, puede volver al aire y la limpieza estaría sirviendo de poco. Los mejores para este tipo de aparatos son los filtros HEPA, aunque hay bastante confusión sobre ellos.

No se trata de un tipo o una marca de filtro, sino de un estándar de eficiencia de filtrado. De hecho, este estándar fue desarrollado por la Comisión Internacional de Energía Atómica para optimizar el filtrado de partículas radiactivas. Con el tiempo se vio que también podía usarse en un ambiente mucho más cotidiano, por lo que comenzó a emplearse en la fabricación de filtros para aspiradora.

Para cumplir el estándar HEPA, estos filtros deben eliminar el 99,97% de las partículas de hasta 0,3 micrómetros. Ahora bien, es importante que la aspiradora esté bien sellada. Algunas tienen los filtros adecuados, pero no se sellan bien, por lo que tampoco son lo suficientemente útiles. Compañías como Dyson realizan pruebas de laboratorio para asegurar que ese filtrado sea óptimo y que el estándar pueda aplicarse a todo el aparato.

En definitiva, sabemos mucho menos sobre el polvo de lo que creíamos. Ahora que ya sabes más, te repito la pregunta del principio. ¿Cada cuánto tiempo planeas pasar la aspiradora en casa?