El verano se acaba en el hemisferio norte. A apenas unos días del otoño, podemos hacer balance de la que ha sido una estación estival con temperaturas históricas, comportamientos de lo más raros entre animales marinos, como las orcas o los tiburones, y mosquitos, muchos mosquitos. Pero que el verano astronómico se acabe no quiere decir que también lo haga el meteorológico. Y es que, justo antes del inicio del equinoccio, las temperaturas parecen haber dado una pequeña-muy pequeña- tregua, pero no los mosquitos. Es más, tanto estos como otros insectos parecen haber aumentado su población repentinamente. 

Esto, en realidad, tiene una explicación que coincide con el motivo por el que este verano hemos tenido tantos mosquitos: el cambio climático. Puede parecer que somos muy pesados culpando al cambio climático de todo lo extraño que nos pasa, pero es una realidad. 

De hecho, ya lo vimos en el otoño de 2022. Los mosquitos necesitan agua y altas temperaturas para poner sus huevos y pasar de larvas a adultos. En España, hemos tenido recientemente una DANA que ha dejado lluvias muy intensas en prácticamente todo el país. Ahí está el agua. Y las temperaturas, por mucho que se acerque el otoño, siguen siendo bastante veraniegas. Todo esto supone que los mosquitos siguen teniendo las condiciones idóneas para seguir reproduciéndose. Quizás, sin el agua, lo habrían tenido más complicado, pero les hemos llenado el territorio de charcos en los que poner sus huevos, con unas temperaturas perfectas para su supervivencia. Aún nos quedan insectos para rato.

Mosquitos y cambio climático: una mala combinación

El cambio climático lleva ya tiempo haciendo acto de presencia en todo el planeta. Este verano de 2023 ha batido un récord histórico de temperatura detrás de otro y posiblemente sea solo el principio. Las precipitaciones, en general, han disminuido muchísimo, con largos periodos de sequía en buena parte del globo. Pero cuando llegan, llegan a lo grande, con muchos episodios de lluvias torrenciales e inundaciones.

Las larvas de los mosquitos necesitan agua estancada y altas temperaturas para convertirse en adultas. Por lo tanto, los charcos que dejan las lluvias, sobre todo cuando hay inundaciones, son un ambiente perfecto. Especialmente si las temperaturas son elevadas. Y eso es lo que está pasando con el cambio climático. 

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Probablemente, este otoño en España sea mucho más caluroso y ligeramente más lluvioso de lo normal. Crédito: Timothy Eberly (Unsplash)

¿Cómo será el resto del otoño?

No se pueden hacer predicciones meteorológicas exactas con más de 3-5 días de antelación. Sin embargo, dados los modelos climáticos y la evolución de los últimos meses, sí que se pueden predecir algunas aproximaciones.

Así, la Agencia Estatal de Meteorología ya ha predicho que en España es posible que el otoño sea mucho más caluroso y ligeramente más lluvioso de lo normal. Por lo tanto, de nuevo tenemos altas temperaturas, lluvia y agua estancada. No parece que nos vayamos a librar de los mosquitos fácilmente este año. Incluso después del equinoccio, tendremos que seguir tirando de repelentes, insecticidas e incluso sábanas antimosquitos.

Todo esto nos puede traer, en principio, poco más que algunas picaduras molestas. Pero no debemos olvidar que el aumento de las temperaturas también puede variar las poblaciones de distintas especies de mosquitos y traer los portadores de enfermedades tropicales a lugares en los que normalmente no proliferarían. Ya se han dado algunos casos aislados y, poco a poco, pueden ser cada vez más habituales.

Por eso, como decimos siempre, sobran los motivos para combatir el cambio climático. Cada cual que elija el suyo. Hay muchísimo donde elegir.