Indiana Jones y el dial del destino de James Mangold, es una despedida conmovedora a uno de los personajes más emblemáticos del cine. La cinta, que recorre la última aventura del arqueologo interpretado por Harrison Ford, logra recuperar parte del espíritu frenético de la franquicia. También, añadir un aire melancólico que explora en la idea de la mortalidad, la predestinación y el legado inevitable.
Además, la narración profundiza en una historia llena de guiños y referencias a lo acontecido en las cuatro películas anteriores. Lo que le brinda un evidente aire de despedida amable a Indiana Jones, una figura imprescindible para entender la cultura cinematográfica contemporánea.
Pero, es sin duda su último tramo el que causó mayor sorpresa entre los fanáticos. Para sus secuencias de cierre, el largometraje concluyó de una forma asombrosa el argumento. Al mismo tiempo, brindó respuestas no solo acerca de la búsqueda de la Antikythera (creación de Arquímedes y punto central de la trama), sino sobre el propio Indiana. Lo que le permite atar cabos sueltos y revelar la suerte de alguno de los personajes de la saga que, incluso, no formaron parte de la película.
Un viaje a través de la historia
El argumento de la cinta se centra en la búsqueda del dial del destino o Antikythera. Un mecanismo creado por el legendario Arquímedes, que se presume, puede viajar en el tiempo. Construido en un principio para predecir eclipses y tormentas, también es capaz de señalar con precisión grietas temporales en la sustancia de la realidad.
Al menos, es lo que supone el físico nazi Jürgen Voller (Mads Mikkelsen), que tiene planes muy precisos para el artefacto. El maligno personaje intentará trasladarse a los últimos meses del Tercer Reich y evitar su caída. Todo, asesinando a Hitler y utilizando el conocimiento del futuro, para trazar un plan que eluda los errores que llevaron al colapso del totalitarismo alemán.
Por lo que están en una búsqueda frenética del dial destino. Por su parte, Indiana y Helena (Phoebe Waller-Bridge), intentan detenerle. Al comienzo de la película, el arqueólogo y el físico se enfrentaron por primera vez. Lo que ocasionó que la Antikythera se rompiera en dos partes. Una de ellas se encuentra en manos del duo, por lo que tratan que Voller no recupere la segunda. Lo que le permitiría hacer funcionar el mecanismo.
Luego de un largo recorrido entre pistas falsas y numerosos enfrentamientos, todos deducen que la segunda mitad del dial, está enterrada en Sicilia. Una vez Allí, hallan el esqueleto de Arquímedes, con un reloj moderno entre las manos que demuestra que, de hecho, el dial del destino sí es una máquina del tiempo.
Un viaje misterioso
Voller, en compañía de varios de sus secuaces, finalmente llega al lugar también. Luego de un enfrentamiento, amenaza a Indiana con asesinar a Helena, gracias a lo cual, logra conseguir la pieza que falta. Es entonces cuando el dial del destino, revela sus cualidades como mecanismo y confirma las sospechas del nazi.
Lo siguiente que ocurre, es que este último utiliza la Antikythera, para encontrar una anomalía temporal. Pero Indiana Jones deduce, de inmediato, que el artefacto no es capaz de llevar a diferentes puntos de la historia. La razón es sencilla: el célebre inventor tendría que haber sabido con exactitud las condiciones geográficas futuras. Por lo que intuye que el dial del destino es un puente, en lugar de puertas hacia diferentes puntos de la historia. Arquímedes no habría sido capaz de brindar forma a un mundo que todavía no conocía.
Pero Voller se niega a escuchar, sube a un avión y atraviesa la grieta en el tiempo que el artefacto pudo predecir. A bordo, viaja Indiana Jones, todavía en un intento de detenerle en medio del cual resulta herido. También Helena, que logró abordar como pudo el vehículo. Muy de cerca, le sigue Teddy (Ethann Isidore), el aliado incondicional de los protagonistas, también a bordo de un aeroplano y en un intento de ayudar.
El ciclo interminable de la historia
Pero tal y como suponía Jones, la brecha les conduce no a la Alemania nazi, sino al Sitio de Siracusa en el 213 a. Algo que Arquímedes (Nasser Memarzia) presente en la batalla, parecía saber de antemano. A mitad del enfrentamiento, los romanos atacan a los aviones creyéndoles dragones y les hacen estrellarse. Indy y Helena, logran saltar del aparato antes que caiga al suelo. Sin embargo, Voller junto a su mano derecha, Klaber (Boyd Holbrook), mueren en el incidente.
Una vez en tierra y gravemente herido, Indiana le dice a Helena que regrese a su época. El avión de Teddy logró aterrorizar sin problemas, por lo que tiene el tiempo suficiente de hacerlo. Insiste en que, para él, permanecer en el pasado — que estudió toda su vida — es la conclusión lógica. En ese momento, Arquímedes llega para revelar el gran secreto de la película: cada cosa, está predestinada a suceder. Por lo que toma el reloj de Voller — el mismo que se mostró en el futuro — y que usará como señuelo. La intención del inventor, es tener la prueba que el dial podía completarse, lo que le asegura que debe continuar en su construcción.
De vuelta al presente
Aunque Indiana Jones siguió insistiendo en quedarse en el pasado, Helena terminó por golpearlo para llevarle otra vez a su época. Por lo que en la siguiente escena, se le muestra en su departamento de Nueva York en 1969. Jones, todavía se encuentra molesto por no poder permanecer junto a Arquímedes, pero Helena deja algo claro. El tiempo es un ciclo sólido y su presencia podría haber cambiado el curso de la historia.
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La discusión queda en suspenso, cuando Marion (Karen Allen), aparece para cuidar las heridas de Indiana Jones. Además de recrear la conocida escena de En Busca del Arca pérdida en las que ambos se besan, se revela que Mutt (Shia LaBeouf) murió en Vietnam. Al final, Indy toma su sombrero — que jamás quiso ceder a nadie — y deja claro que será suyo para siempre.