Elon Musk, quien es dueño de Twitter desde el pasado mes de octubre, se enfrenta a una nueva demanda de 250 millones de dólares por parte de la Asociación Nacional de Editores de Música (NMPA, por sus siglas en inglés). Según BBC News, La mencionada organización ha denunciado a la red social por infracción de derechos de autor a la hora de permitir que los usuarios publiquen canciones sin que la plataforma pague una licencia.

La NMPA, en concreto, representa a hasta 17 editores de música, incluidos sellos como Sony Music Publishing; quien trabaja con artistas como Olivia Rodrigo, Ed Sheeran, Jay-Z, entre otros. O Universal Music Publishing Group, que a su vez representan a artistas de la talla de Taylor Swift, Rosalía, Ariana Grande, Bad Bunny y más.

La asociación afirma que Twitter, obtiene “enormes ganancias de la disponibilidad de música sin licencia” sin pagar las tarifas necesarias. Es, precisamente, algo que sí hacen plataformas como TikTok, Facebook, YouTube o Instagram, lo que supone una ventaja injusta para la red social ahora dirigida por Linda Yaccarino.

La llegada de Elon Musk a Twitter ha hecho empeorar la situación

Elon Musk fondo logotipo de Twitter

El problema, además, es que Twitter se ha negado a pagar las licencias por las canciones que publican sus usuarios en la plataforma. La NMPA, por otro lado, denuncia que la situación no ha mejorado tras la compra de la red social por parte de Elon Musk. De hecho, la asociación destaca que Twitter “rutinariamente ignora a los infractores reincidentes conocidos y las infracciones conocidas”. Es algo poco de extrañar teniendo en cuenta que incluso el propio Musk se ha negado a pagar el alquiler de algunas de las oficinas de la plataforma.

La NMPA, reiteramos, pide 250 millones de dólares por la infracción de derechos de autor en Twitter. También busca que la red social comience a pagar por los derechos de autor. Lo curioso, eso sí, es que Twitter, a diferencia de TikTok o Instagram, no tiene una función específica para incluir música en los tweets.

Esta, además, no es la única demanda impuesta a Twitter. La compañía también se enfrenta a una denuncia de Imply Data. El proveedor de software afirma que la red social no pagó un contrato en vigencia valorado en millones de euros. Sucede algo similar con

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