En el primer capítulo de Invasión Secreta, disponible en Disney+, Nick Fury (Samuel L. Jackson) descubre que no puede confiar en nadie. Que incluso sus agentes más cercanos podrían ser solo criaturas que imitan su aspecto físico. La serie avanza en un juego de dobles identidades, en el que el espía más peligroso de Marvel deberá enfrentar sus sospechas. Con su aire oscuro e incómodo, la nueva producción es un homenaje directo a las películas de espías, un género al que rinde tributo de distintas maneras.
Desde sus escenas sobrias e inquietantes, que muestran las fisuras del sistema político y social del mundo, hasta sus personajes ambiguos. La última serie de Marvel utiliza todos los tópicos tradicionales para sostener una historia que se hace cada vez más dura. En especial, cuando llega a la conclusión de que, en medio de la confusa batalla por la verdad, cada uno de sus protagonistas tiene un motivo para mentir. Una idea que durante décadas ha llegado al cine desde distintos puntos de vista.
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Te dejamos cinco películas de espías y agentes de inteligencia que recorren el terreno movedizo de las trampas, engaños y falsas identidades en escenarios complicados. En concreto, a medida que cada personaje encuentra que la posibilidad de ser traicionado es más elaborada y arriesgada de lo que podía suponer. Una amenaza tan temible como cualquier arma en forma de información y juego de intereses.
Misión Imposible: Protocolo Fantasma
La cuarta entrega de la saga Misión Imposible es un recorrido novedoso a través de sus conocidos escenarios. Con su intrigante trama de contraespionaje en un paisaje internacional cada más frágil, es la que establece una nueva dirección en la franquicia. Dirigida por Brad Bird, explora con mayor cuidado la percepción del peligro como parte de la concepción de la verdad y la lealtad.
En esta ocasión, Ethan Hunt (Tom Cruise), y su equipo de agentes secretos del IMF (Fuerza de Misión Imposible), es la causa de un posible conflicto global. La trama de esta película de espías comienza con el agente Hunt en Moscú, enfrentando una situación confusa que el gobierno ruso termina por calificar como agresión. Lo que, por supuesto, sitúa a todos los que ayuda al personaje como instrumentos de un atentado directo a la soberanía del país.
En respuesta, el presidente estadounidense decreta el Protocolo Fantasma, lo que envía al IMF a la clandestinidad. Esto lleva al grupo a una complicada persecución a través mundo del para establecer la verdad de lo ocurrido con los escasos recursos que quedan a su alcance. Lo que lleva a la información a convertirse en moneda de cambio y en el recurso que Hunt necesita para restablecer el orden en este misterioso cine de espionaje.
El ultimátum de Bourne, la mejor saga de películas de espías
La saga protagonizada por Matt Damon —en el papel de Jason Bourne— cuenta con las películas de espías más inteligentes al explorar el valor de la identidad. Especialmente, en situaciones violentas o bajo la presión del poder. La producción es la tercera entrega de la saga basada en los libros de Robert Ludlum. Cada uno de los cuales detalla el peso de las instituciones en la violencia sistematizada y los secretos tras las figuras gubernamentales.
En esta ocasión, el guion detalla cómo Jason Bourne intenta descubrir su verdadera identidad y enfrentarse a los que le persiguen. Después de ser acechado y sufrir el asesinato de varios de los que intentaron protegerlo, el personaje se encuentra en Europa en un momento crucial. Por lo que toma la decisión de profundizar en su enigmático pasado y comprender su origen. Lo que le llevará a tratar de desentrañar la verdad de la organización secreta que lo creó. Sin embargo, al mismo tiempo, la CIA lo persigue con la intención de eliminarlo antes de que revele sus secretos.
Con su argumento basado en el equilibrio de la verdad y el poder, esta película de espías es una combinación de matices. Por un lado, un recorrido por la paranoia colectiva sobre los órganos institucionales con influencia ilimitada. Por otro, los escasas figuras que subvierten un orden basado en el control. Entre ambas cosas, el largometraje es tan profundo como sofisticado. Un tipo de cine de acción elegante que sorprende por su calidad.
Kingsman: Servicio Secreto
Esta singular película de espías combina la acción y la comedia negra en un recorrido que comenzó en el año 2014. La primera de la ahora trilogía sorprendió por su capacidad para explorar de forma fresca un género usualmente sólido. La visión de Matthew Vaughn acerca del ejercicio del poder, los secretos y la manipulación a gran escala resultó toda una sorpresa. Pero también una dimensión nueva de los usuales tópicos del cine de espionaje.
Basada en los cómics The Secret Service, de Mark Millar, el argumento relata la historia de Eggsy (Taron Egerton), un joven delincuente sin futuro que es reclutado por el agente Harry Hart (Colin Firth) para unirse a Kingsman, una organización de espías independiente y ultrasecreta. Tras un arduo entrenamiento, Eggsy descubre que su pasado se encuentra ligado más de lo que creía a la organización. Justo en el momento en que el villano Richmond Valentine (Samuel L. Jackson) planea un genocidio global.
Con su humor irreverente y sus icónicas secuencias de acción, el largometraje se convirtió en un éxito de taquilla. Además, revolucionó la forma de comprender el cine de espionaje, en especial, el británico, inevitablemente influenciado por James Bond. No obstante, su mayor logro es reconstruir los tradicionales tropos del género para una nueva generación.
Salt, una película de espías con protagonista femenina
En el año 2010, el director Phillip Noyce llevó al cine una extraña versión de contraespionaje en la que las grandes agencias son las engañadas. Salt sigue a Evelyn (Angelina Jolie), una agente de la CIA con una carrera intachable que se verá repentinamente envuelta en una extraña circunstancia.
La funcionaria se verá obligada a huir después de que un desertor la acuse de ser una espía rusa encubierta. Pero el argumento no deja claro si solo se trata de un señalamiento infundado o de la verdad. Lo que convertirá esta película de espías en una singular vuelta de tuerca a la cuestión sobre las lealtades encubiertas.
Buena parte de la trama es, de hecho, un tablero de piezas engañosas cuya autenticidad nunca se muestra del todo. Evelyn, en apariencia, intenta desesperadamente limpiar su nombre y encontrar la verdad tras las acusaciones. Pero, a la vez, su identidad comienza a ser cuestionada, incluso, por ella misma. Lo que la llevará a indagar en la verdad sobre su pasado y cuestionar su lealtad. Para sus escenas finales, Salt demuestra ser mucho más que una película de espías acerca del poder de la información.
Spy Game (Juego de espías)
El director Tony Scott siempre tuvo predilección por los argumentos de acción con un trasfondo humano. Por lo que esta película de espías, que analiza el mal contemporáneo desde una óptica novedosa, resultó ideal para una exploración sobre el compañerismo y la traición.
Nathan Muir (Robert Redford) es un agente veterano de la CIA que está a punto de retirarse. Sin embargo, cuando su protegido Tom Bishop (Brad Pitt) sea capturado en una misión en China, se verá obligado a ir en su rescate. No obstante, los motivos del agente no están del todo claros y lo que parecía una honrosa hoja de servicio, quizás es solo el anuncio de algo más tenebroso.
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A través de una serie de flashbacks, muestra la amistad entre Muir y Bishop. En los tenebrosos pasillos del poder estadounidense, una inquietante traición convertirá esta película de espías en un tenso thriller acerca del sentido del bien en un mundo violento.
