Tras vivir un auge sin precedentes tras el confinamiento y la época más dura de la pandemia, las plataformas de streaming parecen estar viviendo desde finales de 2022 y especialmente en este 2023 su particular resaca, con Netflix a la cabeza… ¿O tal vez no?

Las noticias sobre pérdidas de suscriptores no han dejado de sucederse en el sector. Netflix fue la primera que sufrió el golpe con su primera caída en 10 años. En ese contexto, el anuncio de su plan barato con anuncios hace seis meses y la salida de Reed Hastings parecían reconocer que se caminaba hacia un cambio de modelo. Las OTT había llegado para quedarse, sí, pero su economía no era tan boyante para sustituir el enorme ecosistema de los cines.

Las malas noticias para el gigante rojo también llegaban desde distintos mercados. En concreto, en España hace poco sabíamos que la prohibición de compartir cuentas derivaba en una caída estimada de 1 millón de suscriptores.

Y todo, sobrevolado por el aspecto más subjetivo de que Netflix, si bien ha sido el pionero y líder, cuenta con el contenido más flojo y menos edificante de la competencia. Así, la tesis de que Netflix está de capa caída se ha ido extendiendo.

El problema ha llegado cuando las otras plataformas han comenzado también a presentar resultados.

En medio de la caída del streaming, el efecto Lindy juega a favor de Netflix

Todas las grandes compañías presentaban hace unas semanas sus últimos resultados trimestrales. Netflix apenas ganaba poco más de 1 millón de suscriptores. Después, supimos también que su plan con anuncios (ahora mejorado) ha conseguido darle unos 5 millones de usuarios activos más

Ojo, son usuarios activos, no suscriptores. En cualquier caso, también parece que la ganancia por suscriptor en este nuevo plan para Netflix es más rentable. El lógico: la suscripción barata gana dinero con la membresía del suscriptor y también con los anuncios.

Disney, por su parte, se sumaba a la fiesta de la decadencia. El servicio Disney Plus anunciaba pérdidas de 4 millones de usuarios y la retirada de decena de contenidos para intentar rentabilizar sus costes ofreciéndolo a otras ventanas, es decir, a la competencia. Algunos de ellos tan llamativos como la nueva adaptación de Willow. También anunció que fusionaría su marca con Hulu para acabar formar un conglomerado potente.

HBO Max, en plena mudanza de nombre, también presentaba unos resultados tibios. El siguiente gráfico muestra los últimos anuncios de algunas de las principales plataformas, donde se ve su ganancia de usuarios y sus pérdidas. Paramount+ solo está disponible en algunos países. A España su oferta, por ejemplo, ha llegado dentro de SkyShowtime.

Como vemos, a pesar del mucho ruido que se ha hecho en torno a Netflix, ha defendido su plaza mucho mejor que la propia Disney Plus. ¿La explicación? Puede que su plan con anuncios —que también tienen Disney y MAX—, o puede que sea simplemente el peso de ser el que más tiempo llevan.

El efecto Lindy, popularizado por el analista y matemático Nassim Taleb, defiende que en contextos cambiantes son las propuestas que llevan más tiempo las que sobreviven o tienen más posibilidades de hacerlo. En el contexto de la cultura, esto explica por qué el teatro prosigue a pesar de su pérdida de popularidad, por qué las obras clásicas se siguen leyendo y, en el contexto del cine, por qué las salas y Netflix, como la plataforma más veterana, tiene más papeletas para salir airosa.

Los cinco mayores servicios de streaming, excluido Amazon, sumaron un total de solo cuatro millones de clientes en todo el mundo en el primer trimestre. Disney Plus fue el peor del grupo, con una pérdida de cuatro millones. 

A fin de cuentas, Netflix tiene más posibilidades que el resto de plataformas de que parte de sus 230 millones de usuarios tengan el hábito de pagar y contemplar su suscripción como algo inserto en sus vidas.

En la habitación se esconde al fondo, no obstante, un elefante bastante grande: Prime Video. La plataforma de Amazon es ya la más popular según muchas encuestas, aunque la compañía no ofrece datos de usuarios activos. Y como se incluye con la suscripción a Prime, la incógnita quedará abierta mientras no se resuelva.

Los anuncios parece que funcionan: viva la vieja TV

Al final parece que el streaming llegó para devolvernos la TV. Más de la mitad de los nuevos clientes de Netflix, Disney+ y HBO Max en febrero y marzo optaron por la publicidad, según un estudio de Antenna. 

Aunque Netflix negó una y otra vez la posibilidad de incluir anuncios, acabó pasado y ahora es una de las únicas áreas de crecimiento potencial para estas empresas y parece que lo seguirá siendo.

Netflix también sigue siendo líder en visionado de series

Pero la hegemonía de Netflix no está solo en perder el que menos. Sus series son realmente masivas, y eso también tiene peso.

El programa de streaming más popular del año pasado fue Stranger Things. El segundo fue NCIS, la serie policial que se emite en CBS desde 2003. Los datos proceden de un análisis de Nielsen que adelantó Bloomberg.

Netflix representa entre el 7% y el 8% de la audiencia televisiva mensual, según Nielsen. Ningún otro servicio, aparte de YouTube, supera el 4%. La gente pasa más tiempo viendo Netflix cada mes que Hulu, Disney+ y HBO Max juntos. 

En este gráfico, donde el azul es Netflix, se muestran las series por plataformas dentro del Top-10 en su evolución semanal durante 2022. Disney Plus es el segundo que más aporta, seguido de Amazon y HBO Max. 

Vía Bloomberg

Estas listas de los 10 primeros favorecen el modelo de atracones de Netflix porque la gente puede ver todos los episodios de una vez, aumentando así el tiempo de visionado en las dos primeras semanas. Pero Netflix sigue dominando semana tras semana. 

En resumen, parece que en un momento de vacas flacas para las plataformas, Netflix, que cada vez camina hacia ser más rentable, tiene más papeletas de aguantar que otras que, no obstante, cuentan con el apoyo de grandes conglomerados para también conseguirlo.

One reply on “Netflix no está tan mal: por qué será la última plataforma de la que te des de baja”