La primera persona que pisó la Luna fue un hombre. De hecho, los únicos 12 seres humanos que han viajado hasta ahora a nuestro satélite fueron hombres, a pesar de que Valentina Tereshkova ya había demostrado que las mujeres astronautas también pueden existir. Por eso, hace tiempo que se decidió que la próxima misión a la Luna sea mixta y que la próxima persona que ponga un pie sobre ella sea una mujer. Lo mismo ocurre con el primer viaje a Marte. Ya se piensa en mujeres y personas de color para formar parte de la tripulación y romper con la discriminación que han sufrido en la carrera espacial. Sin embargo, según un nuevo estudio, habría que ser aún más drásticos y recurrir a una tripulación constituida únicamente por mujeres astronautas.

Pero no es solo una cuestión de justicia para redimir los sesgos del pasado. Sería una decisión basada únicamente en la ciencia.

Es más, este estudio se sostiene sobre los pilares de otra investigación realizada en la década de 1950. En aquella época, se calculó que las mujeres astronautas serían más aptas para viajar al espacio, efectuar los trabajos necesarios y volver con la máxima salud posible. Aun así, no se eligió a ninguna para los primeros viajes. ¿Se tendrá esta vez más en cuenta a la ciencia?

¿Por qué son mejores las mujeres astronautas?

En los años 50, la investigación concluyó que las mujeres astronautas tienen cuerpos más pequeños y ligeros, de modo que necesitan menos calorías y oxígeno. Esto permitiría ahorrar recursos de cara a unos viajes que, por aquel entonces, era prácticamente una prueba de concepto. Pero la cosa no se quedaba ahí. Se consideraba que sus sistemas reproductivos resistirían mejor la radiación, de modo que podrían volver a la Tierra aún fértiles. No debemos olvidar que, mientras que los ovarios están en el interior del cuerpo, los testículos se encuentran fuera, por lo que están mucho más expuestos. 

En el nuevo estudio que se acaba de realizar no se ha tenido en cuenta la fertilidad, pero sí el ahorro de recursos. Concretamente, se analizó el consumo de energía, el gasto de oxígeno, la liberación de dióxido de carbono y los requisitos de agua de un grupo de hombres y mujeres. Así, se vio que, en el caso de los hombres, el gasto total de energía aumenta en un 30%, el consumo de oxígeno en un 60%, la producción de dióxido de carbono también en un 60% y los requisitos de agua en un 17%.

En cambio, las cifras eran mucho más bajas para las mujeres astronautas. Además, no aumentaban tan súbitamente a medida que se incrementaba su tamaño. De hecho, si se tenían en cuenta las dimensiones medias de hombres y mujeres en Estados Unidos, estas últimas tendrían una reducción del 41% en los requisitos nutricionales y la producción de oxígeno.

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Renderización en 3D de Marte (Unsplash)

¿Se tendrá en cuenta para los viajes a Marte?

Los seres humanos ya hemos viajado a la Luna. Solo lo han hecho hombres, pero con muchas mujeres en los equipos técnicos que los condujeron a nuestro satélite. Volver allí, con la mayor seguridad posible, es todo un reto, pero ya estamos en el camino, especialmente desde que se puso en marcha el programa Artemis.

Sin embargo, los humanos nunca han ido a Marte. El viaje será peligroso y algo nuevo, como cuando se hicieron aquellos cálculos en los años 50. Por eso, este nuevo estudio es especialmente interesante de cara a ese periplo, en el que se deben optimizar los recursos todo lo posible. ¿Significa eso que la primera expedición al planeta rojo estará formada solo por mujeres astronautas? Posiblemente no. Pero al menos ahora sabemos que, con la ciencia en la mano, sería la mejor opción. Como mínimo, es algo que debería tenerse en cuenta.

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