La sirenita de Rob Marshall es, quizás, el mejor live action de Disney hasta la fecha. Con su ritmo elegante, un extraordinario apartado musical y la poderosa actuación de Halle Bailey como Ariel, la película de sirenas por excelencia resulta un homenaje cariñoso a la original. También, un recorrido por el mundo ficticio de la protagonista, su familia y la villana a la que enfrentará. Todo bajo la superficie del océano y en medio de un espectacular despliegue visual que recuerda a varias de las escenas más asombrosas de la película de animación de la cual procede.
Pero la nueva versión del clásico cinematográfico, a la vez, nos recuerda también la capacidad que siempre tienen las películas de sirenas para asombrar y cautivar al público. Durante la historia del cine, la representación de las criaturas mitológicas más seductoras y hermosas siempre ha sido parte del imaginario del espectáculo.
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Desde las versiones inocentes de Georges Méliès, hasta las tétricas incluidas en el argumento de El Faro, de Robert Eggers. Estos seres de voces legendarias y temibles representan el bien y el mal, pero sobre todo un tipo de erotismo inquietante. Una versión de lo fantástico que todavía atrae al público y genera discusiones acerca de lo monstruoso.
Te dejamos cinco películas de sirenas sobre su posible existencia y lo magnético de la oscura atracción que despiertan. Desde una chica inocente de Nueva York, hasta una entidad maligna y violenta. La lista incluye una buena colección de puntos de vista.
Un, dos, tres… Splash
La sirenita ha inspirado más de una película de sirenas y una de sus versiones más curiosas es Un, dos, tres… Splash, de Ron Howard. Allen Bauer (Tom Hanks) no tiene mucha fortuna en el amor. De hecho, su vida es una sucesión de fracasos románticos que le han dejado con el corazón roto. Hasta que, durante un viaje de negocios a Nueva York, cae accidentalmente al mar y es rescatado por una misteriosa mujer de larga cabellera rubia. Un episodio del que solo podrá recordar la belleza de su enigmática salvadora.
Obsesionado con ella, intentará encontrarla. Pero solo lo hará cuando Madison (Daryl Hannah) reaparezca para reencontrarse con él en un encuentro romántico inolvidable. Lo que Allen no sospecha es que, bajo la figura de la joven risueña y encantadora que ama, se esconde un fascinante descubrimiento. Su invitada no es otra cosa que una sirena. Algo que solo se revelará si entra en contacto con el agua, lo que provocaría que recuperase su forma mítica y la obligaría a regresar al mar.
Esta película de sirenas tiene mucho de burla satírica a la obsesión contemporánea por el amor. Pero también analiza el asombro hacia la magia y lo fantástico desde una perspectiva moderna. Convertida ya en un clásico del cine, cuenta con una peculiar curiosidad. Debido al cabello rubio de la actriz Daryl Hannah, Disney decidió, durante la preproducción de la animación de La sirenita, que Ariel tendría el cabello rojo.
Aquamarine, un libro convertido en una película de sirenas
La adaptación del libro del mismo nombre de Alice Hoffman es una historia acerca del crecimiento, el amor y la lealtad. Con la particularidad de que utiliza elementos del género de la fantasía como metáfora de la madurez. En su película de sirenas, la directora Elizabeth Allen Rosenbaum logra equilibrar el tono infantil del relato original con uno más adulto, lo que le permite crear una comedia burlona con un trasfondo conmovedor.
Claire (Emma Roberts) y Hailey (Joanna ‘JoJo’ Levesque) son dos adolescentes que juraron ser amigas para siempre. Por lo que, que Hailey esté a punto de abandonar su nativa Florida para vivir en Australia es una pequeña gran tragedia. Sin embargo, los dilemas de abandonar el hogar y separarse quedarán olvidados cuando ambas hagan un asombroso descubrimiento.
Aquamarine (Sara Paxton) en una sirena que termina en tierra firme tras una tormenta. Una eventualidad que, además, lleva a cuestas una circunstancia complicada. La mítica criatura busca el amor verdadero y tiene tres días para encontrar a alguien de quien enamorarse. De lo contrario, será obligada a casarse con el hijo del rey del mar.
Convertidas en inseparables, Claire, Hailey y Aquamarine intentarán evitar el funesto destino de un matrimonio arreglado. Además, comprenderán, cada una desde su punto de vista, que dejar la niñez atrás implica tomar decisiones dolorosas. Esta película de sirenas, que comienza como un recorrido en tono de comedia infantil, termina por ser una imaginativa reflexión acerca de la esperanza y la bondad.
Ponyo en el acantilado
Studio Ghibli ha producido varias de las grandes películas de animación de nuestra época. Una de sus obras más conocidas es una película de sirenas desde una perspectiva casi infantil. Ponyo en el acantilado (Gake no Ue no Ponyo, en Japonés) cuenta la historia de una princesa sirena muy pequeña que desea convertirse en humana por amor. Pero, esta vez, es por un afecto enmarcado en la inocencia de la niñez, lo que brinda al argumento una rara belleza.
El relato comienza cuando la diminuta criatura escapa del mar y llega a la costa de un pueblo en Japón. Allí, es encontrada por Sosuke, un niño de cinco años que la bautiza Ponyo y la cuida. De inmediato, nace entre ambos un vínculo poderoso, que mezcla la lealtad y la fascinación y provoca que Ponyo intente convertirse en humana para permanecer en tierra firme. Sin embargo, su padre, un poderoso mago del mar, se opone a su deseo y trata de llevarla de nuevo a casa.
Pero el amor tiene un alto precio. Ponyo comienza a transformarse en humana y pierde sus poderes de sirena, lo que provoca una ruptura del equilibrio natural. Junto con Sosuke, deberá entonces trabajar para salvar al mundo de la destrucción y evitar que les separen.
En una conmovedora combinación de fantasía, aventura, humor y ternura, el guion, escrito por el director, explora en la inocencia y su inherente poder. La banda sonora de Joe Hisaishi brinda a esta película de sirenas varios de sus momentos más emotivos. En especial, en sus secuencias finales, cuando la decisión entre el amor y la redención se hace crucial.
Nereus, la película de sirenas oscura
A lo largo de la historia occidental, las sirenas también se consideraron seres peligrosos, manipuladores y letales. Un aspecto que la película de sirenas Nereus, del director Georges Padey, destaca con una historia escalofriante sobre el mal originario. En esta ocasión, la legendaria figura se convierte en una inquietante versión de la brutalidad y de un tipo de apetito primitivo temible.
Sara (Itziar Martinez) decide visitar la casa de una de sus amigas de la infancia. Al nadar en su piscina, es atacada por una criatura desconocida. Cuando logra de escapar de ella, no tiene muy claro si ha soñado el casi mortal encuentro o se trata de un ataque real. A medida que esta extraña película de sirenas transcurre, el personaje es asediado por sueños macabros, en los que la criatura que vislumbró en el agua se mostrará en todo su horror.
Gradualmente, Sara comienza a descubrir que lo que parece una obsesión malsana es en realidad un hecho de naturaleza sobrenatural. Uno cada vez más siniestro y violento. La reinterpretación de la antigua figura de las sirenas llega al cine como una película de terror que utiliza el misterio para cuestionar la realidad. Un punto al que el guion regresará en su impactante escena final.
El faro
Thomas Wake (Willem Dafoe) ha vivido durante años a solas en el faro que custodia en una isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. Por ese motivo, la llegada de su futuro asistente, Ephraim Winslow (Robert Pattinson), se convierte en un elemento perturbador en la rutina pesarosa de su vida cotidiana.
Con el transcurrir del tiempo, la convivencia entre ambos hombres se hace cada vez más tensa y claustrofóbica. En especial, cuando Ephraim comienza a tener visiones aterradoras que incluyen a una atractiva sirena. Asediado por el aislamiento, lo que parecía una imagen de pesadilla termina por hacerse realidad y convertir el mundo silencioso del faro en una batalla de voluntades cada vez más sangrienta.
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Aunque la figura de las míticas seductoras marinas no es central en el argumento, Robert Eggers la incorpora a su relato como símbolo del horror. La película, además, plantea la disyuntiva de las sirenas como criaturas capaces de encarnar una turbia atracción. Un punto que llevará al largometraje a sus escenas más perturbadoras y oscuras.
