El primer iPhone fue anunciado en enero de 2007. En la actualidad, el 80 % de la población mundial utiliza teléfonos móviles inteligentes. Y hay quien dice que echamos un vistazo a nuestros teléfonos una media de 200 veces al día. Está claro que el smartphone se ha convertido en un apéndice para muchos. Un dispositivo que debemos llevar a todas horas porque, seamos francos, nos sirve para todo. ¿Y quién iba a predecir el futuro en el que vivimos con teléfonos inteligentes que sustituyen decenas de otros dispositivos ya olvidados?
En realidad, muchos vieron ese futuro. Tampoco hace falta ser un genio. En el caso de los teléfonos móviles y/o los smartphones, tan solo había que fijarse en tecnologías similares para ver que si el telégrafo había perdido los hilos, los teléfonos de baquelita que colgaban de las paredes y que luego formaron parte de la decoración de millones de hogares acabarían por perder el cordón que les acompañaba para ser inalámbricos. O móviles. Y si los gigantescos ordenadores iban achicándose hasta caber en una mesa de oficina, ¿por qué no pensar que acabarían cabiendo en una mano?
Este artículo habla de dos de esas predicciones. Que puede que hoy se vean obvias pero que en su momento se veían como una locura. Hay que saber conectar los puntos de nuestra realidad para predecir el futuro. Pero también era algo de locos enviar máquinas al espacio y tenemos sondas enviándonos fotografías de lugares remotos. Y aunque ya nos hemos acostumbrado y lo vemos algo natural, buscar algo en una base de datos abierta de alcance mundial como es internet fue algo que solo se concebía en la ciencia ficción de grandes figuras como Isaac Asimov.
Predecir el futuro de las comunicaciones
El ser humano siempre ha querido comunicarse a distancia. Con señales de humo, con fuego, luz o con banderas y otros elementos visuales que se pudieran atisbar a kilómetros de distancia. Son muchos los inventos de este tipo que distintas civilizaciones han ido desarrollando desde la Antigüedad con mayúsculas. Uno de ellos fue el telégrafo óptico, del que ya hablé con anterioridad.
A este le sucedió el telégrafo eléctrico, que enviaba pulsos a través de cables, lo que agilizaba mucho el envío de información. Ya no necesitabas mirar a lo lejos y descifrar el significado de unas banderas de colores o unos palos colocados estratégicamente. Ahora recibías unos pulsos que se traducían en letras, palabras, frases… Todo con ayuda del código Morse. Probado por primera vez en 1844. El telégrafo es el gran invento del siglo XIX. Fue patentado por primera vez en 1837. Primero con cable, luego integrada en la red de ferrocarril y, más adelante, inalámbrico.
También merece mención la primera transmisión por radio de Marconi en 1879, que posibilitó el envío y recepción de voz a través de las ondas electromagnéticas que hay en la naturaleza. Y tres años antes, en 1876, Graham Bell patentaba el teléfono, un aparato que permitía enviar voz y sonido a través de hilos de cobre.
Nikola Tesla predijo el teléfono móvil en 1926
En este contexto nos encontramos con el ingeniero eléctrico, mecánico e inventor Nikola Tesla. De origen serbio, aunque nacido en la actual Croacia, entonces Imperio Austriaco, pronto migró a Estados Unidos. Trabajó para Edison una temporada y en adelante fue por libre desarrollando tecnologías y dispositivos como la corriente alterna, el motor de inducción y otras patentes que fueron compradas por Westinghouse Electric, los responsables del robot Elektro.
Muy dado a anunciar inventos revolucionarios incluso antes de haberlos creado, Nikola Tesla sabía atraer la atención de la prensa y con frecuencia aparecían entrevistas suyas en diarios de la época. Precisamente, en una de estas entrevistas es donde Tesla habla del teléfono móvil. La entrevista aparece publicada un 30 de enero de 1926 en la revista Collier’s, de publicación mensual y que se vendía por todo Estados Unidos. En ella, Tesla se aventura a predecir el futuro en varios temas. Y uno de ellos es la telefonía inalámbrica, que no se haría realidad como producto comercial hasta 1973.
Las predicciones futuristas de Tesla
En concreto, Tesla vino a decir que “cuando la tecnología inalámbrica esté perfectamente aplicada, la Tierra entera se convertirá en un inmenso cerebro, que de hecho lo es, siendo todas las cosas partículas de un todo real y rítmico. Podremos comunicarnos unos con otros instantáneamente, independientemente de la distancia. No sólo eso, sino que a través de la televisión y la telefonía nos veremos y oiremos unos a otros tan perfectamente como si estuviéramos cara a cara, a pesar de las distancias de miles de kilómetros; y los instrumentos a través de los cuales podremos hacerlo serán asombrosamente simples comparados con nuestro teléfono actual. Un hombre podrá llevar uno en el bolsillo de su chaleco”.
De sus palabras podemos extraer menciones al teléfono móvil pero también a internet, a las videollamadas y, por qué, a los propios smartphones que todos llevamos en el bolsillo. Y en el contexto de la época, también cita la radio y la televisión como medios de información en tiempo real. A diferencia de la prensa en papel, más extendida por aquel entonces.
Mansfield Telephone y teléfonos en 1963
Y del archiconocido Nikola Tesla pasamos a la no tan conocida localidad estadounidense de Mansfield, en Ohio. En un lejano jueves 18 de abril de 1963, el diario de la ciudad, el Mansfield News-Journal, publicó una noticia local que tendría alcance mundial en décadas posteriores. Y es que un recorte de esa noticia ha ido circulando de forma más o menos viral durante la última década porque logra predecir el futuro que vivimos hoy.
En concreto, la noticia menciona Mansfield Telephone Company, la empresa de telefonía que daba servicio a esta y otras ciudades de las que tampoco habrás oído hablar. El titular de la noticia dice algo así como “En el futuro podrás llevar el teléfono en el bolsillo”. La pieza, un breve que apenas ocupa una séptima parte de la página, aparece la primera en la esquina superior izquierda. Y se ilustra con una fotografía.
Su pie de foto dice que Jean Conrad, representante comercial de Mansfield Telephone Co., sujeta en su mano un teléfono inalámbrico de bolsillo que algún día podrán llevar consigo los propios lectores. El pie de foto aclara que “el teléfono está todavía en fase de desarrollo y que llegará a nosotros en un futuro lejano”.
Teléfonos móviles y videollamadas
Según explica el texto de la noticia, en los laboratorios de la citada compañía telefónica, estaban trabajando en ese tipo de dispositivo. Un teléfono de bolsillo plegable del que poco sabemos pero que recuerda a los teléfonos móviles tipo concha que se popularizaron en los 90 y 2000. Y que, en cierta manera, están volviendo con las pantallas plegables que varios fabricantes están comercializando de un tiempo a esta parte.
El texto también habla de teléfonos integrados en la cocina para hablar con alguien de dentro o fuera de casa (que bien podrían ser los actuales altavoces inteligentes con Alexa y Siri) y teléfonos con imagen que integrara una pequeña cámara de TV (las videollamadas).
Aunque podemos comprobar que estas predicciones de 1963 se han hecho realidad, el motivo de esta noticia promocional era la presencia de esta compañía de telefonía en un evento público llamado Home and Flower Show, un espacio en el que darse a conocer, lograr nuevos clientes y hacerse publicidad. Una versión local de las ferias futuristas mundiales que hemos visto en artículos anteriores y donde grandes empresas de entonces imaginaban el futuro.