Din Djarin (Pedro Pascal) debe a los mandalorianos algo más que haber salvado su vida. También una larga herencia de conocimientos y una tradición que traicionó al despojarse del casco de beskar para salvar a Grogu. Las escenas iniciales del primer capítulo de la tercera temporada de The Mandalorian, disponible en Disney+, nos recuerdan ambas cosas. Además de cómo el personaje aprendió que el espíritu combativo de su pueblo adoptivo le sostendría.
El director, Rick Famuyiwa, recupera en varias de las secuencias iniciales la entereza y valor del pueblo de Mandalore. Algo que va mucho más allá de su reputación como guerreros implacables o seguidores de creencias eminentemente bélicas. El pueblo del árido planeta mantuvo su dignidad, incluso diezmado y arrasado por incontables conflictos. Y lo hizo gracias a su fortaleza y dignidad.
Finalmente, y en medio de un momento crítico, Din Djarin regresa a bordo del caza estelar N-1 para ayudar. Grogu le acompaña y el argumento precisa de inmediato que, de ahora en adelante, serán inseparables. Como el héroe discreto forjado al fuego de batallas cada vez más duras, Mando espera. Los hombres y mujeres que le acogieron en el pasado lo observan desde la distancia. Todavía debe demostrar su apego al Credo. Lo que incluye abandonar la condición de apóstata por haber mostrado su rostro.
La tercera temporada de The Mandalorian ya está disponible
Con el guion de Jon Favreau, la producción recupera su ritmo bien construido, entre brillantes escenas de acción y momentos más introspectivos. A pesar del lío temporal que ha causado Jon Favreau, el equilibrio es cuidadoso y está pensado para que The Mandalorian sea algo más que simple historia paralela a la saga Skywalker. En esta ocasión, sus ambiciones son más grandes y el primer episodio muestra cómo la temporada abarcará un territorio narrativo más amplio: la misteriosa cultura de los cazarrecompensas más temidos de la galaxia.
El futuro de Mando en The Mandalorian
Para recuperar su condición de mandaloriano, Din Djarin debe regresar a las ruinas de su planeta y expiar su culpa en las minas. Pero, tras la purga ejecutada por Moff Gideon (Giancarlo Esposito), la misión parece casi imposible. Al menos, según la Forjadora (Emily Swallow), que le recuerda al expatriado las condiciones del planeta. El argumento logra, de manera sutil, englobar lo ocurrido en Mandalore durante su convulsa historia y, a su vez, explorar en la posibilidad de que el planeta sea algo más que ruinas.
Mando está seguro de que su superficie no está envenenada del todo. La posibilidad se insinúa con cuidado y respeto por el canon de Star Wars y, al mismo tiempo, apunta al que será el gran conflicto de la nueva temporada de The Mandalorian. Como nuevo portador del sable oscuro, el mandaloriano tiene una responsabilidad adquirida que deberá honrar. Ya sea unir a su pueblo o luchar a muerte con Bo-Katan Kryze (Katee Sackhoff) para disputar su liderazgo. El futuro del personaje está marcado por su relación con el pasado. Asimismo, por la pequeña pero sostenida esperanza de que pueda recuperar el lugar que ocupaba en la galaxia.
De modo que, la misión es partir hacia el planeta y explorar su mundo subterráneo para encontrar las aguas vivas bajo las minas. Para Mando, no se trata únicamente de alcanzar la redención y dejar de ser un expatriado. Con Grogu a su cargo, intenta asegurar una herencia para el niño, convertido en parte de su vida y futuro. La decisión está tomada. Mandalore deberá brindarle una nueva oportunidad de demostrar su valía.
Grogu, uno más de la familia
Uno de los puntos más conmovedores de la nueva entrega de The Mandalorian es la forma en que el relato profundiza en la relación de Mando y Grogu. Con paciencia y a través de pequeñas escenas simbólicas, Jon Fravreau demuestra que ambos personajes están unidos por un fuerte vínculo.
Ya sea escuchando con atención junto al mandaloriano mientras este conversa sobre su futuro o a bordo de la N-1. El niño es una presencia reconfortante, ingenua y ahora integrada a la del hombre que lo protege. La evolución es obvia y cómo se recrea es un acierto considerable en la narración. Algo evidente durante el viaje de Mando a Nevarro.
El planeta, en manos de Greef Karga (Carl Weathers), es ahora un lugar próspero, un enclave estable en mitad del complicado borde exterior de la galaxia. Como ramal comercial oficial de la Via Hydiana, su importancia es capital. Algo que el autoproclamado Alto magistrado Karga recuerda a Mando mientras le explica el esfuerzo que tomó su reconstrucción.
Los inevitables enfrentamientos de The Mandalorian
Por supuesto, el planeta no puede olvidar del todo su pasado hostil. Con el grupo de revolucionarios comandados por el hijo del rey pirata Gorian Shard, la serie recupera su espíritu episódico. Mando necesita seguir su trayecto con un propósito mayor, pero, por ahora, apoyará a Karga en medio de la situación hostil. The Mandalorian vuelve a ser ejemplo de cómo Star Wars puede sostener sus mejores historias en varios hilos narrativos a la vez. Lo que el capítulo inicial profundiza a lo largo de su narración.
Por curioso que parezca, The Mandalorian también detalla el futuro de la marshal Cara Dune (Gina Carano). En una única frase, se informa de que, al haber capturado a Moff Gideon, fue reclutada por las Fuerzas Especiales de la Nueva República. Lo que culmina el incómodo tema sobre el futuro del personaje después de la salida de la actriz del elenco. El guion aprovecha la situación y plantea a Mando una posibilidad de futuro. Sustituirla en Nevarro como fuerza de la ley y convertirse en terrateniente en tierras baldías.
Pero el mandaloriano tiene un único propósito: recuperar su gentilicio y honrar su pasado. La historia avanza con cuidado, celebrando el legado de Star Wars en varias de sus secuencias más importantes. Un duelo entre dos enemigos jurados o un recorrido por los curiosos habitantes del mundo imaginado por George Lucas. Nada falta en este primer vistazo a las nuevas aventuras del hombre del casco de beskar.
Bo-Katan decide su futuro
En Kalevala, otro planeta del sistema Mandaloriano, Bo-Katan Kryze evalúa sus opciones. No es casual que se encuentre allí, pues se trata del enclave natal de Duquesa Satine. Mando se dirige al lugar para hacer una oferta que cree que la heredera del trono de Mandalore querrá considerar. Sin embargo, en lugar de eso, la escucha contar que debido a la pérdida del Darksaber no hay futuro para ella.
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Pero hay mucho que Din Djarin puede hacer para ayudarla. Algo que, sin duda, formará parte de los siguientes capítulos de The Mandalorian. Se trata de un gran comienzo para la nueva entrega de la producción, pero, en especial, para su evolución como parte del mundo de Star Wars.