La irrupción de la inteligencia artificial en herramientas como ChatGPT va a cambiar la manera que tenemos de buscar cosas en internet. Ahora podemos plantear preguntas complejas o hacer peticiones más específicas que simplemente escribir dos o tres palabras clave. Sin embargo, no tenemos que olvidar de dónde venimos. Antes de ponerse de moda ChatGPT, ya abundaban, y abundan, los chatbots. Y antes de ellos, los bots también hacían sus pinitos en servicios como IRC o MSN Messenger y similares.
Puede que la IA de OpenAI sea más completa o que pueda hacer cosas sorprendentes como resumir un texto, hacer listas de cosas o crear imágenes de la nada. Pero si nos centramos en la tarea de responder preguntas, hace tiempo que eso ya está inventado. Es más. La propia Microsoft, con todos los años de vida que tiene a sus espaldas, hace mucho que lleva en esto de crear software para responder preguntas.
Desde hace una temporada, Microsoft ha integrado ChatGPT en su buscador Bing. Una decisión que ha tenido su coste pero que, al parecer, le está yendo bien para ganar usuarios frente al todopoderoso Google. Incluso la propia Google tiene pensado integrar su propia IA en sus búsquedas. Y otros como Brave hacen lo propio para dar resultados más útiles en su buscador.
Bots y chatbots, los antepasados de ChatGPT
Aunque hemos hablado largo y tendido de ello, no está de más recordar que ChatGPT es una herramienta basada en una IA conversacional. Su papel es responder con lenguaje lo más humano posible a las preguntas de los usuarios. Pero tiene más utilidades, como el saber qué contenido debe ofrecer al usuario de su base de datos, cómo organizarlo para sernos útil, qué partes obviar y cuáles destacar, etc.
Pero antes de que OpenAI pusiera sobre la mesa la inteligencia artificial, hace ya unos años que en determinados sectores se venía hablando de los chatbots. Unas aplicaciones que ahora encontramos en apps móviles y sitios web y que hacen de ayudante, asistente o de soporte al usuario. Combinando inteligencia artificial con una base de datos con preguntas y respuestas prefijadas, los chatbots son una versión algo menos evolucionada de ChatGPT.
Y si volvemos más allá en el tiempo, nos topamos con los bots o primeros chatbots. Programas rudimentarios que respondían a comandos ofreciendo respuestas a preguntas. Tuvieron éxito en el IRC y algunos incluso dieron el salto a la mensajería instantánea de MSN Messenger, ICQ o AIM.
SmarterChild, el primer gran bot viral
Sin ir más lejos, AOL Instant Messenger contaba con un bot llamado SmarterChild. También estuvo disponible en ICQ y en MSN Messenger. Se lanzó en 2001 de manera gratuita para darlo a conocer y, más adelante, se relanzó con una versión de pago. ¿Os suena de algo esta estrategia? Es la misma que siguen en OpenAI con ChatGPT.
Volviendo a SmarterChild, en su época de más éxito llegó a responder a más 30 millones de usuarios. Y tenía versiones personalizadas para, por ejemplo, hablar como Austin Powers. Además de mantener una conversación más o menos cuerda, podía responder a preguntas sobre actualidad, meteorología, deportes, películas o información de mercado. Vamos, que a través de la mensajería instantánea ofrecía un servicio muy completo para lo que eran los buscadores en aquel entonces. Y, visto en perspectiva, también a los de hoy en día.
Curiosamente, la empresa responsable de este antecedente de ChatGPT, primero llamada ActiveBuddy y luego Colloquis, fue adquirida por Microsoft en 2007. Sin embargo, se limitaron a desmantelar el bot, integrar sus conocimientos y tecnología y poco más se supo del tema. Hasta nuestros días.
El bot de Encarta para MSN Messenger
Bots y chatbots han ido apareciendo y desapareciendo en la historia de internet con mayor o menor acierto. En Telegram, por ejemplo, son muy populares. Otro bot que merece mención es el de Microsoft Encarta, la que fue durante años enciclopedia digital de referencia. Aunque ha caído en el olvido y el referente actual es Wikipedia, Encarta hizo posible dar el salto de los libros de consulta en papel de las bibliotecas a tener eso mismo en varios CD o instalados en tu ordenador.
En vez de pasar horas haciendo búsquedas en libros pasando páginas y páginas, Encarta te permitía encontrar lo que buscabas escribiendo las palabras adecuadas o navegando por entradas y enlaces. Todo un ahorro en tiempo y esfuerzo. El conocimiento a un clic en una época en la que internet todavía no estaba al alcance de todos.
Pero hacia 2005, Encarta ya estaba de capa caída. Es más. En 2009, sería un producto sin soporte por parte de Microsoft. Wikipedia ya despuntaba, internet ya empezaba a ser un must-have para muchos y MSN Messenger tenía millones de usuarios. Así que junto a otros bots que han caído en el olvido, y al que vimos antes, surgió un bot de Encarta que respondía a tus preguntas desde esta app de mensajería instantánea. Incluso nos hicimos eco en Hipertextual en un lejano 2006.
Un ChatGPT sin IA pero con respuestas
Para usar el bot tenías que añadirlo a tu lista de contactos. Para ello tenía su propia dirección de correo eléctrico, encarta@conversagent.com que ya no funciona. Y permitía hacer consultas en inglés pero también en español. Aunque se manejaba mejor en el primer idioma que en el segundo. Más adelante se crearon bots específicos para Encarta en español con la dirección es.encarta@botmetro.net que tampoco funciona hoy en día.
Aunque el bot se limitaba a buscar en Encarta y devolverte un fragmento de una entrada y el enlace para leer ese artículo al completo, en aquel entonces ya era un gran logro y una manera de integrar búsquedas en aplicaciones externas como MSN Messenger. Y salvando las distancias, el resultado es muy similar a lo que podemos hacer en Bing con ChatGPT.