El estreno de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones demuestra la importancia que la creación de Gary Gygax y Dave Arneson tiene todavía en la cultura de masas. La película conserva el sentido de la aventura y el ingenio del juego de rol y, en lugar de apelar a la nostalgia, intenta crear un nuevo escenario para la enésima adaptación del clásico de los ochenta.

No hay duda de que Dungeons & Dragons es una experiencia divertida. También es la fuente —directa o indirecta— de innumerables películas, libros y videojuegos. A través de las décadas, el juego ha inspirado un nuevo concepto interactivo que aún resulta innovador. Una de las muchas conquistas del juego de rol es lograr que la experiencia de una partida sea también en una forma saludable de expresar emociones e ideas. Su éxito radica, precisamente, en cómo los fans han transformado lo que comenzó como una dramatización de personajes en un mundo lleno de mitología y referencias. 

La alargada sombra de D&D se extiende mucho más allá de las adaptaciones de sus misiones emblemáticas y personajes conocidos. Para celebrar el estreno de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, te dejamos una lista de dos series y tres películas que incluyen la cultura que creó el juego en su argumento y exploran algunos de sus ángulos más innovadores. Toda una experiencia para fanáticos y para quienes tienen curiosidad por un universo fantástico tan variado como complejo.

Stranger Things, caldo de cultivo para el último estreno de Dungeons & Dragons

La popular producción de Netflix incorporó el juego a su guion desde la primera temporada. Los hermanos Duffer han rendido un sostenido y emocionante homenaje a su importancia de entrega en entrega. En los primeros capítulos, los personajes principales bautizaron la amenaza del Otro lado como demogorgon, un monstruo de la mitología del popular entretenimiento.

También usaron sus reglas y varios elementos del mundo de fantasía que lo sostiene al tratar de comprender la envergadura del peligro que les acechaba. Lo que convirtió a Dungeons & Dragons en un mapa de ruta a través de los extraños sucesos de Hawkins.

Pero fue en la cuarta temporada cuando la serie dio un giro hacia los puntos más complejos que rodearon al juego de rol en los años ochenta. Durante la década, el llamado pánico satánico se extendió por EE. UU. en una reacción colectiva a múltiples teorías conspirativas. Varias de ellas señalaban que películas, libros y juegos de salón, eran formas de extender el satanismo a través de la nación. Dungeons & Dragons fue acusado de pervertir la imaginación de los jóvenes. Incluso se mencionó directamente en el libro Michelle Remembers, de Lawrence Pazder, que provocó el siniestro fenómeno de masas. 

En los más recientes capítulos de Stranger Things, el grupo de protagonistas debe afrontar las consecuencias de una oleada de temor supersticioso. Al mismo tiempo, lidiar con las acusaciones de satanismo debido a su participación en un club de rol. Un punto que se convierte en elemento central de la trama y el contexto que rodea al personaje más querido de la entrega, Eddie (Joseph Quinn). Una excelente representación de la trascendencia del juego que ha servido para acercar a las nuevas generaciones a su mitología antes del estreno de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones.

Community

La producción de Dan Harmon brinda un lugar preponderante a Dungeons & Dragons en su trama. De hecho, el ya clásico episodio 14 de la segunda temporada es un tributo a la infancia del creador de la producción. Este último admitió, en más de una ocasión, que el juego le permitió descubrir su vocación como escritor. Además, gracias a él pudo explorar en su infancia y depresión desde un espacio seguro y divertido. Algo que la serie muestra en un memorable argumento que se considera icónico de la televisión contemporánea. 

El episodio —titulado apropiadamente Advanced Dungeons & Dragons— escrito por Andrew Guest no solo muestra una partida en toda regla. También explora cómo el juego permite a los personajes afrontar sus desavenencias mutuas y sus temores. El guion demuestra especial tacto al mostrar la interactividad en las diferentes posibilidades de su narración. Una y otra vez, el grupo de protagonistas arrojan el dado, transformando el futuro con cada una de las tiradas. 

Ahora que asistimos al estreno de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, no podíamos dejar pasar la oportuunidad de recomendar Community, una de las historias con mayor acento en la cultura pop. La serie se sirve del esquema de narración de Dungeons & Dragons y de su amplio universo para celebrar las particularidades de sus personajes. En especial, en lo relativo a Abed (Danny Pudi), que en la trama tiene el papel de Master Dungeon en dos ocasiones.

El umbral del juego, un espeluznante estreno sobre Dungeons & Dragons

En 1981, Dungeons & Dragons estaba en su punto más alto de su popularidad. Por lo que la escritora Rona Jaffe intentó captar la singular atmósfera que rodeaba al apogeo de los juegos de rol en su obra Mazes and Monsters. La novela exploraba, con tono dramático, no solo los alcances psicológicos de las partidas de rol, sino también sus peligros. 

La publicación resultó polémica por profundizar en la hipótesis del riesgo de salud mental que suponía el juego. La narración, que comenzaba describiendo una larga partida de rol, tomaba de inmediato un giro oscuro. Finalmente, terminaba por narrar cómo la dramatización de los personajes podía ser una forma de locura. 

A pesar de las críticas que recibió el libro, al año siguiente llegó a la televisión en el drama titulado El umbral del juego. Protagonizada por un jovencísimo Tom Hanks y dirigida por Steven Hilliard Stern, llevaba el elemento inquietante de la historia de origen a un nuevo nivel. La película daba a entender que los juegos de mesa basados en la imaginación eran un peligro real y podían ocasionar todo tipo de situaciones, incluso desapariciones y asesinatos. Es quizá el más oscuro de los estrenos relacionados con Dungeons & Dragons. De la misma forma que el libro, la idea se debatió desde la incredulidad hasta el miedo. Poco después, ambos fueron usados para defender el fenómeno del pánico satánico.

The Gamers: Dorkness Rising

En esta ocasión, el director Matt Vancil intentó explorar Dungeons & Dragons desde una óptica burlona y casi satírica. Lo que provocó que el argumento girara no solamente alrededor del juego, sino también del comportamiento de los jugadores. La película es tanto un homenaje como una crítica a la llamada cultura friki y se centra en la percepción de las misiones de rol como una forma de escapismo. 

No obstante, la propuesta termina por convertirse en una comedia negra cuando, en su segunda mitad, añade algunos elementos siniestros. Al insinuar que las largas misiones solo son formas de expresar lugares perversos de la imaginación. Pero el guion no logra sostener sus intrigantes insinuaciones y termina por ser una sátira no demasiado sólida de las diversiones de mesa y sus fans.

Pese a todo, la película tiene un trasfondo irónico acerca de la pasión de los grupos de jugadores que resulta interesante. En especial, cuando el tablero y sus reglas como una metáfora de la vida corriente. Gracias a su digno tramo final no es el peor estreno sobre Dungeons & Dragons.

Dark Dungeons, el fracasado estreno del documental de Dungeons & Dragons

Este cortometraje de L. Gabriel Gonda se hizo famoso entre los asiduos a Dungeons & Dragons por explorar varios de los estereotipos más conocidos sobre los jugadores. Algo que hace en tono de comedia, pero sin convertirse en una burla maliciosa del contexto que rodea al juego de mesa. En realidad, el argumento está más interesado en usar los elementos del juego para profundizar en temas como la salud mental, la alienación moral y el miedo. 

Con todo, tal vez debido a la brevedad del metraje, la cinta no logra abarcar lo que insinúa el guion y termina por ser el intento de un thriller de suspense. Pero la influencia de Dungeons & Dragons es notoria. Desde las constantes alusiones a las misiones hasta la exploración de lo compleja que puede ser una sociedad de jugadores.

Al final, es un homenaje, a pequeña escala y con cierta torpeza, a las grandes pasiones de fanáticos de fenómenos culturales. Algo que la película celebra al mismo nivel que el estreno de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones. Todas propuestas destinadas a enriquecer el valor e interés cultural de la partida de rol como elemento singular del mundo del entretenimiento.