Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones rinde un homenaje directo a la saga de juego de rol de la cual procede. No solamente a su temática —la conocida misión que recorre un mundo de fantasía—, sino también a su divertida manera de explorar el género. Esta nueva adaptación es mucho más ambiciosa de lo que fue cualquier otra, pero tiene algo en común con los intentos anteriores: celebrar el espíritu de un relato que abarca un mundo vasto de mitología propia. 

El juego de rol original, convertido en un fenómeno a mediados de la década de los setenta, conserva aún su popularidad y sigue siendo reflejo de un entretenimiento doméstico y grupal entrañable. De hecho, la popular serie de Netflix Stranger Things le rindió tributo en sus temporadas tres y cuatro. No solo incluyó un club de jugadores en el argumento, también convirtió a su fundador en el héroe de su entrega más oscura. Y es que Dungeons & Dragons forma parte de una versión de la fantasía que puede ser tan inocente como siniestra. Una combinación que, durante años, lo ha convertido en el entretenimiento favorito de jugadores de todo el mundo.

Te contamos cuál es la historia del juego más allá de su influencia colectiva y su protagonismo en la imaginación de generaciones de fanáticos. Acompáñanos en este recorrido a través de la curiosa perspectiva de los juegos de rol y su importancia en la forma de concebir el entretenimiento.

La curiosa fusión que dio origen a Dungeons & Dragons

En 1972, el escritor y diseñador de juegos de mesa Gary Gygax comenzó a esbozar lo que después sería el primer gran mapa de Dungeons & Dragons. Un recorrido lleno de aventuras que atravesaba un mundo fantástico. Sin embargo, para el creador, lo realmente importante era que la travesía pudiera incluir al jugador de una manera por completo nueva. No solo se trataba de arrojar dados y avanzar casillas. Su propuesta debía ser una experiencia total que invitara a los participantes a incluir sus propias ideas en el juego. 

No obstante, no se trataba de un proyecto del todo original. En 1946, el psiquiatra y psicosociólogo Jacob Levy Moreno creó un tipo de juego de aventuras basado en el teatro de la improvisación. Este consistía en pequeñas escenas en las que los pacientes dramatizaban momentos críticos de su vida que luego eran analizados en terapia. Su objetivo era exclusivamente terapéutico. Aun así, fue el primer paso para la creación del juego de rol tal y como lo conocemos en la actualidad.

Guía de jugador del juego de rol Dungeons & Dragons

De hecho, Gary Gygax lo utilizó como inspiración al elaborar las reglas de lo que imaginaba que sería una combinación entre una partida de dados y un relato dramatizado. Por otro lado, gran parte del sistema y los ingeniosos giros que harían famosa su idea provenían de un juego australiano llamado Dungeon. Este relataba la historia de un grupo de extraños que unían fuerzas para llevar a cabo una aventura extraordinaria. Los escenarios variaban, pero, en esencia, ocurrían dentro del mismo territorio en un mundo sin nombre poblado por todo tipo de criaturas mágicas.

Un universo lleno de magia

También tomó elementos del juego norteamericano Dragon, un pequeño entretenimiento de mesa que empleaba dados de múltiples caras para avanzar por un mapa complicado. La particularidad del diseño consistía en que cada uno de los jugadores adoptaba el carácter del personaje que movía a través del tablero. Aunque no era una exigencia, las reglas sugerían usar disfraces e, incluso, voces y dramatizaciones que permitieran hacer más creíble el recorrido.

Entre ambas cosas, junto al diseñador Dave Arneson, Gary Gygax creó el minucioso mundo de Dungeons & Dragons, con mitología y reglas propias. El dúo de creativos admitirían después que no existió una sola referencia a la hora de construir su universo.

Aunque los extensos recorridos a pie a través de todo tipo de peligros de El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien, fueron una importante influencia. También varios mitos celtas y griegos. Todo esto dio como resultado una historia llena de matices y, en ocasiones, contradicciones, pero por completo funcional. Asimismo, una experiencia basada en la actuación y la participación del jugador.

Dungeons & Dragons, el primer juego de rol de la historia

En el año 1974, Dungeons & Dragons comenzó a comercializarse con una versión que se considera la original y fuente de todas las siguientes variaciones. Esta presentación inicial consistía en cinco cajas, también llamadas sets, que contenían mapas, dados y un libro de instrucciones. La dinámica estaba concebida de forma que el jugador pudiera avanzar misión tras misión hacia niveles más elevados.

Con el paso de los años, esta historia —que ya incluía misiones y figuras estereotípicas— fue revisada y se subdividió en modificaciones del relato original. La primera de ellas llegó en 1977, cuando el juego se dividió en dos partes.

La inicial conservó el nombre original, mientras que el añadido se denominó Advanced Dungeons & Dragons. Este último sustituyó los mapas y dados por tres libros que contenían las indicaciones para explorar la experiencia como juego de rol. Los volúmenes fueron publicados en varias ediciones en 1977, 1978 y 1979, con añadidos sobre la mitología y los escenarios.

Interior del libro de juego de Dungeons & Dragons

En 1991 se publicó una revisión ampliada del primer juego, llamado The New Easy to Master Dungeons & Dragons. La versión aportó poco, más allá de incluir de nuevo tablero y dados. Finalmente, en 1995, salió a la venta la última caja en la forma tradicional, con la novedad de añadir algunas reglas que permitían crear héroes inmortales.

D&D es parte de la cultura del entretenimiento

Dungeons & Dragons fue el inicio de una cultura basada en los juegos de rol que sigue vigente. Desde los dados poliédricos o las hojas de personaje, hasta la percepción del jugador como creador de una experiencia individual original. El entretenimiento abrió las posibilidades de un tipo de diversión que tiene mucha relación con la evolución del videojuego y su cualidad interactiva.

Durante más de cuatro décadas, la influencia de Dungeons & Dragons ha sido definitiva en el nacimiento de sociedades y grupos de fans. También en la forma de comprender los juegos de mesa como algo más que un conjunto de reglas. Con la inclusión de géneros y narrativas cada vez más elaboradas, la obra de Gary Gygax y Dave Arneson es un hito dentro de la cultura de masas.