A veces, el envejecimiento celular va por dentro. Afecta a nuestro estado de salud, pero no se puede ver a simple vista. Sin embargo, en el caso de la piel, las famosas arrugas son el principal signo que delata el paso del tiempo. Obviamente, son inevitables. Hace mucho que descubrimos que no hay un elixir para la eterna juventud y que, por mucho que envejezcamos con más salud, los años pasan para todos. Ahora bien, no todo el mundo exhibe las mismas arrugas a la misma edad y eso depende de muchos factores. Algunos, como la exposición a la luz solar o el tabaquismo, son sobradamente conocidos. Ahora, sin embargo, se cree que puede haber otros tan curiosos como cambios en la población de microbios que vive en nuestra piel.

Es la conclusión de un estudio recién publicado por científicos del Laboratorio Jackson de Connecticut. Cabe destacar que el estudio en cuestión aún no tiene revisión por pares. Por lo tanto, hay que tomar con pinzas sus resultados. Aun así, es interesante conocer qué otros factores pueden intervenir en la aparición de arrugas. Así, se podrían poner aún más medidas de las que ya existen para retrasar su aparición.

Debe estudiarse más, sobre todo para saber cómo propician esas bacterias de la piel la aparición de arrugas. Mientras tanto, no está de más recordar lo que sí sabemos ya sobre ellas.

¿Por qué aparecen arrugas cuando nos hacemos mayores?

A medida que envejecen las células de la piel ocurren varios factores que intervienen en la aparición de arrugas. Además, están asociados a tres capas de la piel: el subcutis, la dermis y la epidermis. Lo primero que ocurre es que el tejido adiposo, formado por grasa, disminuye. Paralelamente, se reduce el grosor de la dermis como consecuencia de la pérdida de la estructura fibrilar del tejido conectivo y de su capacidad de retener agua. Finalmente, disminuye la consistencia de la zona de unión entre la dermis y la epidermis. 

Por lo tanto, todo esto se puede resumir en que la piel se vuelve más fina, más seca y más flácida. Eso propicia que las primeras arrugas en aparecer sean las de expresión. Sonreír o fruncir el ceño puede hacer que esa piel, que además se ha vuelto menos elástica por la pérdida de colágeno, se quede marcada, como cuando hacemos dobleces en un papel. 

Factores que influyen: del Sol al tabaco

El envejecimiento de las células de la piel se produce durante toda la vida. No obstante, empieza a hacerse más visible a partir de los 25-30 años, de ahí que sea el momento en el que tantas personas se unan al hábito de usar cosméticos en su piel.

La genética es un factor importante en la aparición de arrugas. Hay personas más o menos propensas a que estos pliegues se dibujen en su piel. Esto, ciertamente, es algo que no se puede controlar. Pero hay otros factores mucho más controlables que también influyen en que estas se den más o menos temprano.

El primero de ellos es la exposición a las radiaciones ultravioleta del Sol. Como ya sabemos, estas promueven los procesos oxidativos en las células de la piel y, con ellos, el envejecimiento. Hace pocos meses se hizo viral la imagen, procedente de un estudio, en la que se veía a una mujer que había usado protección solar facial en la cara durante toda su vida. Pero se había olvidado del cuello. El resultado era impresionante, pues se veía claramente cómo esa zona se encontraba mucho más arrugada y manchada que el resto de la cara.

arrugas

Por otro lado, es imposible hablar de oxidación y envejecimiento celular sin hacer referencia al tabaquismo. Es por eso por lo que se han realizado múltiples estudios en los que se demuestra que, efectivamente, las personas fumadoras tienden a tener muchas más arrugas y también a desarrollarlas antes. Incluso se han visto casos sorprendentes con hermanos gemelos. Este, además, es un efecto que también puede verse con el consumo frecuente de alcohol.

El caso de las arrugas asociadas a la microbiota de la piel

La microbiota de la piel es el conjunto de microorganismos que viven en ella. Tiene múltiples funciones, desde la protección directa frente al ataque de patógenos hasta la estimulación directa del sistema inmunitario. No obstante, hay otras tres funciones quizás menos conocidas. Una es la producción del olor característico de cada persona, otra, la protección frente a las radiaciones ultravioleta y, finalmente, el mantenimiento de la hidratación de la piel. Estas dos últimas están directamente asociadas a las arrugas. Ya hemos visto que con los años la piel se deshidrata y también que las radiaciones solares aceleran la aparición de pliegues en la piel.

Por eso, estos científicos quisieron comprobar cómo afectaba la composición de la microbiota de un grupo de personas de diferentes edades a la aparición de arrugas. Podrían haber analizado las arrugas de un modo subjetivo, simplemente con la observación directa. No obstante, también estudiaron los niveles de colágeno, que se encarga de mantener tanto la elasticidad como la hidratación cutánea.

Concretamente, se estudiaron los casos de 51 mujeres residentes en París. Aproximadamente la mitad tenía entre 20 y 26 años, mientras que el resto tenía entre 54 y 60 años. Tomaron muestras de las mejillas de todas ellas y después analizaron su composición microbiana, llegando a varias conclusiones interesantes.

Bacterias en la piel

La primera conclusión fue que destacaban principalmente tres especies bacterianas: Cutibacterium acnes, Staphylococcus epidermidis y Corynebacterium kroppenstedtii. No obstante, las proporciones de cada una variaban con la edad y los niveles de colágeno en la piel. Por ejemplo, C. acnes predominaba en las mujeres más jóvenes, mientras que S. epidermidis y C. kroppenstedtii era más común en las de mayor edad.

Además, había una correlación bastante significativa entre los niveles de la primera y la cantidad de colágeno en la piel. Ahora bien, aquí es interesante hacerse la típica pregunta: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? Los autores del estudio no tienen claro si A. acnes promueve la síntesis de colágeno o si las otras dos proliferan cuando el colágeno disminuye. Sea como sea, parece que hay una correlación, pero deben buscar la causalidad. Y, además, su estudio debe ser revisado por pares para que las conclusiones se tomen más en cuenta. Si todo esto va bien, quizás en un futuro se pueda usar este hallazgo para desarrollar mejores tratamientos antienvejecimiento. Pero aún faltaría mucho para eso.

Mientras tanto, lo mejor que nos queda es protegernos del Sol y evitar hábitos como el tabaquismo o el consumo de alcohol. Las cremas con ácido hialurónico pueden ser útiles también, sobre todo con las arrugas finas, pero los milagros, en lo que a arrugas se refiere, no existen. Bueno, ni con eso ni con nada. 

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