Stadia ha durado hasta aquí. Tras años de dudas sobre su rentabilidad y el hueco que se había conseguido hacer en el mundo del videojuego, Alphabet ha anunciado que echará el cierre al servicio para jugar en streaming.
Continuará funcionando hasta el 18 de enero de 2023, fecha hasta la cual los jugadores podrán seguir accediendo al servicio y los juegos en su biblioteca. Además, Google reembolsará todas las compras de hardware realizadas a través de su tienda, así como las de juegos y complementos realizadas desde el servicio.
Stadia fue lanzado en noviembre de 2019, por lo que apenas ha durado tres años. Su cierre llega, según la compañía, por la falta de impacto entre los usuarios, y se suma a una larga lista de productos cerrados por Google a lo largo de su historia.
Alphabet, como otras Big-Tech, es conocido por adquirir pequeña empresas que proponen una solución concreta de software y evolucionarlas, así como desarrollar sus propios proyectos internos. Stadia era uno de estos últimos, aunque se apoyaba en recursos y tecnologías que Google había ido aglutinando con el paso del tiempo.
El amplio cementerio de Google
A vista de pájaro, Google ha comprado desde 2001 más de 200 compañías consolidadas —que requirieron un visto bueno por parte de los mercados, no startups iniciales ni patentes—, pero también ha volatilizado buena parte de los servicios en los que integró la tecnología que compraba.
Una pequeña herramienta cuyo cierre pudo pasar por alto fue el acortador de urls de Google, inoperativo oficialmente desde 2019. El servicio, utilizado principalmente por desarrolladores y medios para acortar enlaces con seguimiento, pasó a estar inscrito en su subsidiaria Firebase, adquirida en 2014 y centrada en un ecosistema para proveer de hosting y monitorear apps entre distintas plataformas.
Google decidió en definitiva cerrar su producto para confiar en otro adquirido. En otras ocasiones, como fue en el caso de Nest —empresa conocida por sus termostatos inteligentes y su posición puntera en la domótica— acabó fusionando completamente ambas marcas en un proceso que obligó a los antiguos usuarios a migrar sus datos a Google para seguir usando sus dispositivos. Un proceso de cierre o fusión por duplicidades que también se dio por ejemplo con Youtube y Google Video, con la diferencia de que aquí el buscador decidió cerrar la compañía que llevaba su marca.
Suranga Chandratillake, socio de Balderton Capital, una firma de capital de riesgo especializada en tecnológicas, explicaba a Wired que la política de Google con respecto a sus adquisiciones se centraba en comprar talento, aunque a priori fuera a pérdidas. “Gigantes de la tecnología como Alphabet han creado una tendencia por la cual se adquieren pequeñas empresas, a menudo ruinosas, simplemente como un método para obtener acceso a los empleados altamente cualificados que tienen en nómina”.
Esto no es algo exclusivo de Google, otros gigantes como Apple también son conocidos por comprar cada año decenas de patentes y pequeñas startups, pero en el caso de la empresa dirigida por Sundar Pichai, su voracidad a la hora de lanzar nuevos productos y a la vez cerrar otros se ha acelerado de forma fastuosa en los últimos tiempos.
Algunos de los productos cesados por Google
Hagamos un repaso por muchos de estos servicios, donde se ve de forma clara los problemas de duplicidad, más incluso que los de rentabilidad:
- Google Inbox fue discontinuada por una clara duplicidad con Gmail.
- Android Things, su principal desarrollo para el Internet de las Cosas, cambió para enfocarse en pantallas y altavoces inteligentes.
- Google Allo, una app de mensajería que seguramente nunca hayas usado, también cerró.
- Se espera que Hangouts como lo conocemos haga lo mismo para fusionarse con Google Meet.
- Google Play Music echó el cierra ante la mirada de su hermano mayor, Youtube Music.
- Google+, por supuesto, aunque le costó echar el cierre.
- O Google Bulletin, su solución para newsletters.
El asunto no es baladí, ya que Google, como referente que es, ha encontrado la confianza de otras grandes empresas para desarrollar sus productos, sobre todo algunos como Android Auto, o Android TV. Es complicado que estos servicios cierren, puesto que ya están estabilizados: ¿pero el desarrollador que se especializó en Android Things? ¿Y los usuarios en general?
La desconfianza en la durabilidad de algunas apuestas de Google comienza a convertirse en cierto modo en meme, con webs como Google Cemetery que recopilan las apps 'muertas' de cada año.
Sin embargo, seguramente la pregunta sea: ¿Nadie se da cuenta de estas duplicidades?
Una cultura interna que premia lanzar todo lo posible
Parece ser, según se ha sabido en algunas entrevistas a empleados anónimos, que una causa puede estar en una cultura interna que premia disparar todo lo posible, a ver si algo da en el blanco. Al parecer, de forma interna, una buena forma de promocionar en Google es presentar un nuevo proyecto. Para bien y para mal.
Peter Yang, jefe de producto de Reddit, publicó en el foro y en Twitter dos relatos de empleados de Google, donde se reforzaba esta versión. Añadió que los comentarios eran antiguos y que las cosas podrían haber cambiado en la empresa a estas alturas.
La versión del ex empleado publicada por Yang decía:
Para entender eso [es decir, por qué se tiran tantos proyectos por la borda] hay que entender cómo funciona Google. La progresión profesional y la promoción en Google se basan en ‘mover la aguja’, es decir, en los lanzamientos. Lanzas un servicio o una revisión importante y pones tu paquete de promoción. Nadie nunca consigue un ascenso por 'mantener' o 'arreglar algo roto'. No, se trata de lanzar y luego poner el lanzamiento en tu paquete de promoción.
Esto nos da una idea más cercana de la cultura de una compañía que ha conseguido llegar hasta donde está a base de probar muchas cosas, para bien o para mal. Pero que también, en muchas ocasiones, causa trastornos a sus usuarios por estas decisiones.