Por estas horas, todas las novedades tecnológicas giran en torno a la compra de Twitter por parte de Elon Musk. El nuevo dueño de la red social asumió el control y despidió a sus principales directivos, y mientras espera por convertirse en el nuevo CEO, ya sabe cuándo la compañía dejará de cotizar en la bolsa.

Nuevos documentos regulatorios de la Comisión de Bolsa y Valores estadounidense indican que Twitter dejará de cotizar en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) el próximo 8 de noviembre. Esto significa que, con la compra de Elon Musk ya consumada, la compañía se volverá privada.

Si te preguntas por qué, la respuesta es muy sencilla: porque el magnate ahora es el dueño de todas las acciones de Twitter y controla el futuro de la empresa a voluntad. Y si bien es muy temprano para hablar sobre qué ocurrirá en los próximos meses o años, todo apunta a que su idea es mantener una posesión absoluta sobre la red social, al menos en lo inmediato.

Con la confirmación de la adquisición valuada en 44.000 millones de dólares —a razón de 54,20 dólares por acción—, Twitter se ha fusionado con X Holdings II, una subsidiaria que pertenece en su totalidad a X Holdings I. Esta última opera como casa matriz de los proyectos empresariales de Elon Musk, su único dueño.

Así las cosas, ya no habrá acciones de Twitter disponibles para la compra o venta. De modo que la firma ya no rendirá cuentas a nadie más que al también CEO de Tesla y SpaceX. De esta forma, ya no tendrá que presentar los tradicionales informes trimestrales sobre su información financiera, ni tampoco hacer públicos otros datos de su funcionamiento, como el número de usuarios activos por mes.

Bajo el control de Elon Musk, Twitter vuelve a ser una empresa privada

Elon Musk / Twitter

Pero que Twitter ya no tenga otros accionistas cuando se vuelva privada, no necesariamente significa que Elon Musk estará perpetuamente en soledad para el manejo de la red social. El magnate deberá designar a un nuevo equipo de ejecutivos para que le acompañen en posiciones clave para la conducción cotidiana de la empresa.

No olvidemos que ayer, ni bien se confirmó la multimillonaria compra, el empresario despidió al CEO Parag Agrawal, al jefe de finanzas Ned Segal, a la jefa legal Vijaya Gadde y al consejero Sean Edgett. Una situación que no sorprendió a nadie, aunque tuvo un toque bastante peculiar: tanto Segal como Agrawal estaban en las oficinas centrales de San Francisco al momento de su destitución y fueron escoltados fuera del edificio por el personal de seguridad de Twitter.

En cuanto a los planes a futuro, ya se empiezan a ver algunos indicios de por dónde irá la gestión de Elon Musk. En su promocionado empuje por la libertad de expresión, pretende restituir todas las cuentas suspendidas permanentemente, como la de Donald Trump. No obstante, esto le puede traer problemas con los anunciantes, algo que el empresario conoce de primera mano.

Por lo pronto, el mundo mira con gran expectación —y bastante morbo— qué le deparará el futuro a Twitter bajo su nuevo dueño. Aunque la Unión Europea ya ha salido a tratar de cortar el hype e imponer las condiciones para su funcionamiento, sin importar quién lo maneje.

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