Para analizar con acierto el Pixel 7 Pro, permitidme retroceder a mi experiencia con el Pixel 6 Pro, que fue una montaña rusa de emociones, y cuyo contexto es necesario para esta review. La sensación general con el producto fue positiva. Y encontré facetas realmente buenas. Sin embargo, también hubo áreas en las que, simplemente, esperaba un poco más.

Me refiero a cosas como el SoC –cuya CPU estaba por detrás de la competencia– o el acabado exterior –que no estaba cuidado como en otros productos de precio similar–. También podría incluir en este saco detalles como la velocidad del lector de huellas dactilares, la calidad del vídeo comparada con otros teléfonos de la competencia, etc.

La “suerte” es que el Pixel 6 Pro comenzó a venderse por 899 euros. Una cifra que hacía más fácil “perdonar” esos defectos. A igualdad de precio con el iPhone 13 Pro o el Galaxy S21 Ultra, dos productos de referencia en aquel momento, el Pixel 6 Pro no habría tenido mucho que hacer. Pero, con varios cientos de euros de diferencia en el PVP, la situación se volvía mucho más cómoda para Google. Podían, al menos, participar en la batalla.

Con el Pixel 7 Pro, Google ha decidido mantener exactamente el mismo precio. 899 euros. Un hecho que sorprende considerando que otras marcas –Apple e incluso Xiaomi– han subido el precio de sus productos debido a las condiciones macroeconómicas que vivimos en Europa. Esto, nuevamente, juega a favor del producto de Google. Pero, eso sí: solo si el producto es capaz de estar a la altura. ¿Es ese el caso?

Google Pixel 7 Pro

Pequeños cambios con mucho impacto

Empecemos con el diseño exterior. He de reconocer que la impresión que tuve al sacar el Pixel 7 Pro de la caja fue mejor que la que sentí con el Pixel 6 Pro en su momento. Y es curioso. El exterior del teléfono, si observas las imágenes de prensa, no es tan diferente. ¿Por qué, en cambio, este teléfono me estaba gustando más en esos primeros instantes?

Esta es una prueba fantástica de que, a veces, ciertos cambios pequeños pueden tener un impacto bastante significativo. En el Pixel 7 Pro encontramos, en primer lugar, una pantalla más plana. No es totalmente plana, pero sí tiene una curvatura más sutil. 

Las pantallas curvas, recordemos, estuvieron en auge durante años, logrando cierta popularidad e incluso el beneplácito del consumidor. La principal clave fue la estética. En aquellos años, las pantallas tenían marcos más gruesos. Y muchos vieron en los paneles curvos una forma de modernizar la estética –aunque funcionalmente tuvieran algunas caras negativas–. 

Con el paso del tiempo, sin embargo, los frontales se fueron modernizando de otras formas. Y las curvas, por consiguiente, empezaron a perder sentido. Prueba de ello es que Samsung, su principal impulsor, ha ido reduciendo en cada generación el radio de curvatura de sus paneles, siendo mucho menor en el Galaxy S22 Ultra e inexistente en el resto de Galaxy S22.

Que Google camine en esta dirección y reduzca el radio de curvatura de la pantalla es, por lo tanto, una decisión acertada. El teléfono se siente más cómodo que antes tanto al sostenerlo como al usarlo. Y, también, se siente más actual.

Por otra parte, Google ha rediseñado el aspecto del módulo fotográfico, el cual es una de sus principales señas de identidad. Ahora está cubierto por una lámina de metal que se une de forma ininterrumpida con los laterales del teléfono. Y, sinceramente, le sienta muy bien. Mucho mejor que el acabado del modelo previo, que nunca llegó a conquistarme.

En lo que a colores se refiere, Google ha hecho dos cambios: por un lado, poner fin a las traseras de dos colores; y, por otro, presentar una nueva gama de tonalidades. El único que he podido ver en persona es el color blanco. Y, honestamente, me parece bastante bonito. Me recuerda mucho al acabado cerámico del Huawei P40 Pro Plus, un teléfono con una parte trasera muy atractiva.

La combinación de esa pantalla que ocupa todo el frontal, con una curvatura mucho menor, los laterales de aluminio brillante, la trasera de color blanco y la renovada estética del módulo fotográfico hacen que, efectivamente, este Pixel 7 Pro transmita una mejor sensación nada más sacarlo de la caja. Una prueba, como decía, de que pequeños detalles pueden tener un impacto muy significativo en la percepción global del producto.

Esta lista de elogios, eso sí, no significan que el Pixel 7 Pro sea el nuevo referente en cuanto a diseño o acabados. El iPhone 14 Pro –o la variante Pro Max– sigue liderando este ranking con su excelente calidad de acabados y su cuidado diseño. Y, si los situas uno junto al otro, puedes ver cómo el teléfono de Apple remata mejor ciertos detalles –el tacto de los botones, la milimétrica simetría de los marcos, etc.–. No obstante, me alegra ver que Google evoluciona en este sentido así como haber encontrado un teléfono que, a diferencia del del año pasado, sí me ha convencido por fuera.

Google Pixel 7 Pro

El Tensor G2 vuelve a ser un procesador… peculiar

Otro punto relevante del Pixel 7 Pro es su procesador. Google insiste en que este es un SoC propio, aunque la realidad es más cercana a un codesarrollo junto a Samsung que a algo como lo que Apple hace con sus chips. En cualquier caso, eso no es relevante para el consumidor que se plantea comprar este teléfono. La pregunta clave es: ¿cómo rinde el Google Tensor G2?

En pocas palabras: el Google Tensor G2 está a la altura de un Snapdragon 888 en CPU, tiene una nueva GPU que se acerca a la del Snapdragon 8 Gen 1 e incorpora una TPU notablemente más potente que la del modelo previo. Es un chip indudablemente mejor que el de la generación anterior, pero la situación relativa es la misma: está, en líneas generales, un pasito por detrás de los mejores chips del mercado.

¿Cuánto importa esto? Pues depende de a quién le preguntes. Un gamer, por ejemplo, te dirá que esos FPS extra que aportan otros chips son fundamentales para él. Pero el resto de personas, en cambio, es probable que no noten la diferencia entre un chip y otro.

Lo que sí notarán las personas es que sus fotos son mejores. O sus vídeos. Y, ahí, el Tensor G2 es una parte fundamental de la ecuación gracias a la GPU que Google ha incorporado y a la TPU propia.

La cámara es la estrella del show

Los Google Pixel son sinónimo de excelentes cámaras. Y este Pixel 7 Pro no es ninguna excepción. La mejor forma de describir mi experiencia con ella es, simplemente, diciendo que podría irme de viaje con el Pixel 7 Pro, captar todos los recuerdos con él y quedar plentamente satisfecho. Y alguno quizá piense que no es para tanto esa afirmación, pero, en realidad, sí lo es, pues son muchos los factores que entran en juego: consistencia, fiabilidad, calidad de los resultados, versatilidad… Y, además, me considero una persona exigente en este sentido. Por lo tanto, decir que el Pixel 7 Pro es una cámara en la que confiaría algo tan preciado como los recuerdos de un viaje, es un elogio mayúsculo.

Para poner a prueba la cámara del Pixel 7 Pro he tenido un escenario fantástico: Las Vegas. Luces, escenarios nocturnos, dinamismo… Es un reto para los teléfonos hacer buenas imágenes en estas situaciones de forma regular. Y el Pixel 7 Pro, efectivamente, lo hace. Las imágenes son nítidas, el procesado es natural, la experiencia es consistente a lo largo de las tres cámaras… Una cámara realmente confiable.

También he hecho algunas pruebas junto con el iPhone 14 Pro Max para ver cuál es la situación entre ambos productos. El de Apple no tiene miedo a dejar las sombras oscuras, equilibra con acierto la iluminación general de la escena, deja menos ruido, etc. Mientras, el Pixel opta por una imagen más plana en lo que a contraste se refiere, trabaja el detalle de una forma más neutra, etc. Podríamos pasar horas explicando en esta reseña cada una de las diferencias que he visto en las fotos que he hecho, pero todo se podría resumir en que he visto detalles del Pixel que me han gustado más que los del iPhone y también viceversa. Ninguno de los dos está claramente por delante del otro.

No obstante, la balanza se inclina un poco más hacia el lado del iPhone si metemos el modo ProRAW con el sensor de 48 megapíxeles en la ecuación. Con ese modo, las imágenes del iPhone son, generalmente, mejores. El procesado está ahí, pero es menos agresivo, deja más ruido en la escena pero también más nitidez natural, trabaja mejor ciertos carteles luminosos, etc. En modo auto, la situación es relativamente pareja; en modo RAW, el iPhone está un paso por delante.

Por otra parte, una faceta que me gusta bastante del Pixel 7 Pro es el rango de zoom. Gracias al sensor de 50 megapíxeles, puedes tomar fotografías como si de un 2X se tratara con una pérdida de calidad menor a lo habitual –ideal para hacer retratos–. Además, los algoritmos de IA combinan la información de diferentes cámaras e intervienen para mejorar los resultados entre 2,5X y 4,9X. No son equiparables a un objetivo dedicado con esa distancia focal, pero son bastante aceptables. Y, por último, tienes el 5X para tomar imágenes desde mucha distancia. Tener todas estas opciones es muy interesante desde el punto de vista creativo.

En vídeo, Google ha hecho una mejora notable en lo que a calidad se refiere, así como en estabilización. Esto último, no obstante, a veces estabiliza ciertos movimientos bruscos de una forma un poco artificial. No obstante, en líneas generales, se agradece la evolución en este sentido, pues era necesaria.

También estrena un nuevo modo de vídeo cinemática que, sorprendentemente, funciona mejor de lo esperado. No es perfecto, evidentemente, pero es una ventana que me alegra que Google haya abierto, pues es, probablemente, una de las siguientes barreras a superar por los teléfonos móviles.

Google Pixel 7 Pro

Otras cosas a considerar sobre el Pixel 7 Pro

  • Pantalla. La pantalla mantiene dimensiones, resolución y tasa de refresco (de 10 Hz hasta 120 Hz). Lo que sí cambia es el nivel de brillo. Y se agradece de cara a la visibilidad en exteriores. Es un panel bueno, con una correcta calibración, un buen nivel de brillo, tecnología AMOLED… No es la pantalla más sorprendente del mercado, pero cumple con creces con su cometido.
  • Biometría. El lector de huellas del Pixel 7 Pro es, claramente, mejor que el del Pixel 6 Pro, que no funcionaba todo lo bien que se esperaba. Este año, además, tenemos un sistema de desbloqueo facial basado en IA. No es tan seguro como un sistema de desbloqueo 3D (como Face ID), pero puede que sea suficiente para ciertas personas.
  • Software. El software de Google es siempre una virtud. Y este Pixel 7 Pro se beneficia de ello. La versión más limpia, actualizaciones recurrentes y funciones basadas en IA como la posibilidad de reenfocar fotos tomadas, borrar fácilmente elementos indeseados de una imagen, etc.
  • Carga. Tenemos carga inalámbrica y alámbrica de hasta 30 W. Nada brutal, como algunas marcas chinas sí ofrecen, pero suficiente para salir del paso sin desesperarse.
  • Batería. La autonomía del Pixel 7 Pro está en la línea de lo esperado. No liderará los rankings de autonomía, pero sí es capaz de aguantar una jornada de uso predeterminada sin tener que llevar el cargador encima.
Google Pixel 7 Pro

¿Merece la pena comprar el Pixel 7 Pro?

Para tener éxito en la gama alta has de ser el mejor en todo –pantalla, CPU, autonomía, construcción, etc–. y combinarlo con una máquina de marketing y distribución muy bien engrasada. Si no eres capaz de llegar a ese nivel, es mejor ser pragmáticos, dar un paso atrás en precio, ubicarte en una ventana en la que sí puedas competir, sacar el máximo partido a las fortalezas que sí tienes (como la fotografía) y llevar al mercado un producto más honesto. Eso es lo que Google ha hecho con el Pixel 7 Pro. 

Este no es un teléfono todoterreno que busque ser el mejor en todo. Es, más bien, un smartphone equilibrado en general, con grandísimas fortalezas –como la fotografía o el software– que le hacen destacar en el mercado, y, también, con ciertas debilidades.

Su SoC Tensor, por ejemplo, no está a la altura del Snapdragon 8 Gen 1 en todos los sentidos, pero su cámara es superior a la mayoría de móviles de precio similar que sí montan el SoC de Qualcomm. ¿Y qué le importa más a la gente? Pues, si generalizamos, diríamos que lo segundo.

De igual forma, el Pixel 7 Pro no está en la misma liga que el iPhone 14 Pro en todos los aspectos, pero también debemos recordar que es mucho más barato. Un factor que cobra especial relevancia en Europa, donde las condiciones macroeconómicas han hecho que muchas marcas suban de precio los productos que compiten con este Pixel 7 Pro –mientras que Google lo ha mantenido–.

Este planteamiento, sumado a esas pequeñas pero en muchos casos relevantes mejoras que Google le ha hecho al Pixel 7 Pro, hacen, por una parte, que este modelo me deje un regusto mejor que el que obtuve en su momento con el Pixel 6 Pro; y, por otra, que tenga claro que este teléfono, con sus defectos y virtudes, será sin duda una de las principales opciones a considerar en su rango de precio durante los próximos meses.

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