Las sanciones internacionales contra Rusia por la invasión a Ucrania está abriendo la puerta a escenarios un tanto llamativos dentro de la industria tecnológica. Según recoge The Register, China está aprovechando la oportunidad para venderle un mayor caudal de chips a las industrias rusas; pero muchos de ellos ni siquiera funcionan.

El informe se desprende de un artículo del periódico ruso Kommersant, que asegura que los fallos en los semiconductores importados desde China aumentaron un 1.900% en los últimos meses. Según una fuente anónima, antes que se iniciara la guerra, la tasa de fallos de los chips chinos se encontraba en un 2%. Sin embargo, ha dado un salto brutal desde que comenzó el conflicto hasta llegar al 40%.

Esto está llevando a los fabricantes de electrónica de Rusia a una situación límite. No solo porque una buena parte de los chips que compran no sirven para nada, sino porque también están experimentando demoras y otros contratiempos.

El informe cita que los importadores están recurriendo al mercado gris de semiconductores; es decir, a canales de distribución no oficiales. De esta forma, los rusos no están lidiando directamente con los fabricantes de los chips en sí, sino con intermediarios que, en la gran mayoría de los casos, no tienen ningún tipo de relación con quienes se encargan de producir los componentes.

Según se menciona, estos distribuidores son los únicos que hoy están dispuestos a seguir haciendo negocios con Rusia. Y, al parecer, son bastante lucrativos. Después de todo, con el resto del mundo condenando la invasión de Ucrania, la oferta de competidores se ha visto drásticamente reducida.

Las sanciones contra Rusia están golpeando a su industria electrónica

Chips | Rusia | China

El informe de The Register no indica cuáles son las firmas de electrónica de Rusia más afectadas por los defectuosos chips que llegan desde China. Sin embargo, la situación pone de manifiesto los duros golpes que está sufriendo la nación dirigida por Vladímir Putin desde hace varios meses.

No olvidemos que, desde que se inició la guerra de Ucrania, la gran mayoría de las empresas occidentales han abandonado el territorio ruso. Situación que no solo involucra a grandes tecnológicas como Google, Apple, NVIDIA, Intel o AMD; sino también a medios de comunicación y hasta a cadenas de comida rápida como McDonald's.

En el ámbito militar la historia no ha ido mucho mejor. Si bien analistas coinciden en que Rusia no ha utilizado el potencial más mortífero de sus fuerzas armadas, en el campo de batalla se han registrado situaciones desopilantes. Una de las más llamativas, tener que recurrir a piezas de lavadoras y neveras para reparar sus tanques, por la imposibilidad de acceder a repuestos debido a las sanciones.

Habrá que ver si el ingreso de chips defectuosos supone un riesgo al futuro de la relación entre China y Rusia. Por años, ambas naciones han presumido de contar con una relación casi sin limitaciones. Al punto tal de, entre otros planes, unir fuerzas para crear su propia estación lunar.