El tercer capítulo de She-Hulk: abogada Hulka, incluyó una de las escenas poscréditos más polémicas del Universo Cinematográfico de Marvel. Lo más curioso es que no se debe a la información que aportó al capítulo o algún nuevo personaje en el superpoblado mundo superheroico. En realidad, la secuencia muestra a Jennifer Walters, junto a la cantante Megan Thee Stallion, bailando twerking.
La breve secuencia desató críticas inmediatas en las redes sociales. Por un lado, un grupo de fanáticos insistió en que la serie era el punto más bajo de la saga. Al mismo tiempo, hubo quejas sobre la supuesta sexualización del personaje de Jennifer Walters.
Pero también llevó al centro de la polémica un tema particular. ¿Había la serie malinterpretado su tono en apariencia feminista?
Esa polémica incómoda para la que parece no haber respuesta
Varios de los señalamientos contra la imagen de Jennifer Walters bailando en un estilo que se considera directamente provocador y sexual apuntaban al tono general de She-Hulk: abogada Hulka. Durante su promoción, se hizo hincapié en que la prima del célebre Hulk encarnaría un tipo de heroína desconocida para Marvel.
Sin ambiciones de salvar al mundo, y con un estilo despreocupado e irreverente, el elemento central sería su peculiar personalidad. Lo que incluía un punto de vista nuevo sobre las mujeres en las producciones del Universo Cinematográfico de Marvel. ¿Podría ser She-Hulk: abogada Hulka la manera en que Marvel explorara una dirección distinta acerca de sus personajes femeninos? Los dos primeros capítulos la mostraron capaz de reírse de sí misma y llena de buenas intenciones, pero sin aspiraciones épicas.
A la vez, la serie dejó entrever, en un contexto hilarante, las dificultades a las que debe enfrentarse una mujer contemporánea. Desde el mansplaining a las críticas familiares. Jennifer Walters parecía resumir un tipo de figura cercana, compleja y tridimensional. Un tema pendiente para Marvel desde el estreno de su primer gran éxito en el 2008.
¿Una escena innecesaria en She-Hulk: abogada Hulka?
Pero la escena poscréditos del más reciente episodio pareció contradecir lo anterior. La imagen del personaje haciendo twerking desconcertó a los fans y les hizo preguntarse sobre la naturaleza del proyecto. Incluso, se cuestionó públicamente si el estudio perdió su capacidad para crear símbolos entrañables y épicos. Más allá de eso, el debate se centró en el feminismo de She-Hulk: abogada Hulka como propuesta.
Que se incluyera una escena semejante, ¿resta credibilidad al aparente comentario político de la serie? Es una pregunta que se formuló con frecuencia durante la última semana. Pero que abarca, también, la serie al completo. Hasta ahora, con su aire de sitcom de serie B, rinde homenaje directo a su equivalente en papel. Una versión despreocupada y burlona del mundo de los superhéroes.
Al mismo tiempo, celebra un tipo de mujer fuerte e independiente, alejada de las personalidades atormentadas o convertidas en símbolos de Marvel. Pero el baile — que fue llamado vulgar en las redes sociales — pone a la serie en un punto duro y complejo. ¿Traicionó la producción lo esencial de su premisa?
Un problema de planteamiento desde el origen
Para responder a esa pregunta, antes habría que aclarar otra ¿Es realmente She - Hulk: abogada Hulka, una serie feminista? Esa fue la gran cuestión que se planteó tras el estreno de sus primeros capítulos. Después de todo, se trata de una heroína empoderada que se enfrenta a debates actuales sobre género y poder. Pero no propugna un mensaje específico.
Más que eso, es una figura muy diferente al usual personaje femenino del Universo Cinematográfico de Marvel. Tan irreverente como para plantear preguntas y utilizar el posible comentario político a su favor. Algo que el guion de Jennifer Gao dejó claro desde el inicio de la historia. Sin embargo, la serie también está enfocada en romper paradigmas sobre la fórmula Marvel y solo hacer reír. ¿Funciona? No del todo.
La producción parece encontrar sus mejores momentos en su visión feminista. Al menos, en el poder de su personaje como individuo. La sutil capa de análisis sobre las relaciones de poder es parte de la identidad de la serie. Algo que provocó que el polémico baile pareciera innecesario e incluso solo una forma de lograr popularidad.
Pero, en realidad, She-Hulk: abogada Hulka solo mostró a Jennifer divirtiéndose. Nadie la coaccionó, obligó, ni tampoco fue una escena denigrante o en menosprecio a su cualidad como mujer o figura representativa. De modo que los señalamientos tienen una relación más o menos directa con la personalidad del programa. En específico, la forma en que emparenta con los grandes temas políticos actuales.
Marvel y los grandes argumentos de nuestra época
Hasta ahora, los experimentos de Marvel para lograr contenido más relevante y menos superficial no han sido del todo exitosos. Loki introdujo la orientación sexual de su personaje titular en una escena que causó revuelo y decepción. Por otro lado, la aparición de una pareja de madres para América Chávez provocó que la secuela de Doctor Strange fuera prohibida en varios países.
Solo la poderosa premisa de Falcón y el Soldado de Invierno resultó más afortunada. En especial, cuando la serie se enfocó en analizar el entorno que podría rodear a un héroe nacional como el Capitán América. Varias de las grandes escenas del programa profundizaron en preguntas concretas. ¿Podría Norteamérica aceptar un símbolo del bien encarnado por un hombre negro? Al final, el argumento demostró que Marvel podía analizar temas difíciles con éxito y relativa fluidez.
Con She-Hulk: abogada Hulka, se esperaba que Marvel solventara un elemento crítico en sus grandes cuestiones. Al estudio se le critica con frecuencia por sus heroínas, casi siempre al borde de lo irrelevante o muertas para proteger a otros. En el mejor de los casos, figuras reconfortantes junto a una masculina.
Las expectativas incumplidas que encarnó She-Hulk
¿Podría Jennifer Walters ser más que una damisela en desgracia o una mujer emocionalmente unidimensional? El personaje abría una posibilidad de transformar la fórmula Marvel en un nivel esencial. De hecho, Gao insistió en que habría mucho “poder femenino” en la historia. También, que toda la trama se enfocaría en una heroína fuerte, graciosa, inteligente y audaz.
Sin embargo, la premisa también es una producción con un objetivo: el de crear nuevos espacios para Marvel. Uno de ellos, parece ser el de encontrar un estrato menos heroico y más cercano a lo irónico que She-Hulk: abogada Hulka intenta representar. ¿Sin lograrlo? El punto más complicado de un debate cada vez más duro de sobrellevar.
Un riesgo considerable para Marvel
Hasta ahora, el programa no logra captar de todo la atención de la audiencia. De la misma manera que Ms Marvel — otro experimento argumental y cultural — ha logrado un éxito tibio en crítica y uno mucho menor en público. ¿Marvel falló otra vez en encontrar una nueva mirada a sus escenarios?
La cuestión resulta incómoda de cara a una fase cinco que debería apuntar en una dirección específica, ser más adulta y madura. Por el momento, She Hulk: abogada Hulka sigue siendo un riesgo que no encuentra el verdadero éxito.
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Mucho peor: que se enfrenta a una audiencia cínica y saturada de contenido. ¿Es el momento equivocado para una producción con una personalidad muy particular? Sin duda, es la lección más dura que quizás Marvel tendrá que afrontar.