La compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft espera aprobación regulatoria en mercados claves como Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. Los de Redmond saben que un traspié en uno de esos territorios puede echar para atrás sus aspiraciones de poner sus manos sobre Call of Duty y demás franquicias del reconocido estudio. Y si bien la compañía espera cerrar el acuerdo favorablemente en el año fiscal 2023, ya conoce cuándo deberá superar una de las pruebas de fuego.
Es que la Comisión Europea definió la fecha límite provisional para dar a conocer si aprueba o no la adquisición por 68.700 millones de dólares. Será el martes 8 de noviembre, de acuerdo con un documento publicado en su sitio web.
La información disponible no es demasiado amplia, pero la fecha en cuestión podría entregar dos desenlaces. El primero, que se le dé el visto bueno a la compra de Activision Blizzard; el segundo, que las autoridades opten por ingresar a una segunda fase de investigación, mucho más profunda que la que ya se encuentra en marcha. En caso de ocurrir esto último, es probable que la definición de los reguladores europeos no se conozca hasta el próximo año.
De todos modos, nadie debería sorprenderse demasiado si el 8 de noviembre la Comisión Europea define continuar analizando la compra de Activision Blizzard. En las últimas semanas, un informe del Financial Times indicó que tanto el ente regulador de la UE, como la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido, pretenden investigar más a fondo el acuerdo entre las partes.
La principal preocupación gira en torno a los posibles efectos anticompetitivos que podría acarrear la adquisición impulsada por Microsoft. Especialmente, a cómo podría afectar al acceso de plataformas rivales a su propiedad intelectual. Algo que ha sido mayormente representado por las discusiones sobre el posible futuro de Call of Duty.
Microsoft confía en la aprobación de la compra de Activision Blizzard
A la espera de una definición por parte de los reguladores en los mercados cruciales, Microsoft se ha mostrado confiado de obtener una resolución favorable. Pocos días atrás, Satya Nadella, CEO de la firma de Redmond, dijo estar "muy, muy seguro" de que la compra de Activision Blizzard se aprobará.
El ejecutivo insistió en que su compañía seguirá estando lejos de ser la que más facture en la industria de los videojuegos. Así mismo, aseveró que la fragmentación del mercado es demasiado grande para hablar de problemas de competencia. "Si esto es por competencia, déjennos competir", indicó.
Independientemente de lo que suceda en Europa, tanto en la UE como en el Reino Unido, Microsoft deberá afrontar un fuerte escrutinio regulatorio doméstico. El acuerdo está bajo el análisis de la FTC, cuya presidenta, Lina Khan, es conocida por su fuerte postura contra las grandes corporaciones. Algo que le ha valido la enemistad de empresas como Amazon, Meta y NVIDIA.
Además, varios senadores han pedido que la compra sea bloqueada para evitar que Bobby Kotick, el actual CEO de Activision Blizzard, salga de la compañía sin rendir cuentas por las múltiples denuncias de acoso sexual y cultura tóxica de trabajo que lo involucran.