Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo? Samsung parece haberse hecho esa misma pregunta durante el desarrollo del Samsung Galaxy Z Flip 4, su nuevo móvil plegable. Motivos tiene de sobra para pensar así. El Samsung Galaxy Z Flip 3 ha sido un éxito dentro de su categoría y se ha convertido, sin ninguna duda, en uno de los mejores plegables del momento: es potente, innovador y su formato ofrece muchas de las ventajas que los usuarios esperan en un móvil con un panel flexible, como el ocupar menos espacio vertical en el bolsillo o las posibilidades que abre la pantalla plegable en el ámbito fotográfico.
El nuevo Galaxy Z Flip 4, por tanto, mantiene muchas de las características más importantes de su antecesor. Su formato es exactamente el mismo. También su diseño, aunque algunos elementos, como los marcos, cambian ligeramente para apostar por una estética un poco más actual. Mantiene, además, las mismas pantallas. Tanto la interior flexible como la exterior, así como la misma configuración de cámara –un doble sensor angular y otra lente gran angular–, que se complementan con una cámara para selfies ubicada en la parte superior del panel interior flexible.
Samsung, por supuesto, ha realizado algunos cambios para no hacer del Galaxy Z Flip 4 el mismo smartphone que su antecesor. Ahora es más potente gracias a lo último de Qualcomm. Su batería, además, mejora considerablemente —al menos, en capacidad— y la cámara, pese a tener la misma configuración, es hasta un 65 % más luminosa en algunas condiciones. Todo esto, además, sumado a una aparente mejora en la resistencia del panel flexible. Según Samsung, es hasta un 10 % más resistente que su antecesor.
Hay otro cambio importante. El precio no se mantiene, y tampoco baja, sino que aumenta. El Galaxy Z Flip 4, en concreto, cuesta 1099 euros en su versión base, mientras que el Z Flip 3 salió a la venta por 1059 euros. La diferencia es, por tanto, de 40 euros. No es abismal, pero, inevitablemente, me hace preguntarme dos cosas.
La primera, ¿son suficientes las mejoras del Galaxy Z Flip 4 para apostar por esta versión, en vez del Galaxy Z Flip 3, que se puede adquirir actualmente por una cifra menor? Y la segunda, pero no menos relevante: después de tres generaciones, ¿es buena idea comprar un móvil plegable frente a uno convencional o sigue siendo un riesgo?
Diseño: sin muchos cambios
Si tuvieras delante un Galaxy Z Flip 3 y un Galaxy Z Flip 4, probablemente no sabrías distinguirlos. Tal vez sí, pero solo si tienes en cuenta los colores o los mínimos cambios estéticos que ha incluido Samsung en este terminal, como unos biseles ligeramente más reducidos y unos marcos un poco más planos. El resto es, prácticamente, igual. Y esto, tiene algo de bueno y algo de malo.
Bueno, porque mantiene el formato tan característico de este modelo; un móvil de "tipo concha" cuya pantalla se dobla por la mitad y permite reducir considerablemente sus dimensiones –aunque no su grosor—. Bueno, también, porque el aspecto en general es realmente sorprendente (para bien).
El Galaxy Z Flip 4 es muy, pero que muy bonito, y llama la atención, lo mires por donde lo mires. Tal vez por el simple hecho de ser un móvil plegable, por esa trasera de cristal en un acabado mate o por esos marcos ligeramente planos con un tono brillante que contrasta a la perfección con la parte posterior. Es, sin ninguna duda, uno de los móviles más atractivos que podemos encontrar en el mercado.
Que mantenga prácticamente el mismo diseño, sin embargo, tiene sus puntos negativos. Principalmente, porque eso quiere decir que Samsung no ha solventado el principal problema de este smartphone: la arruga en la pantalla, que a su vez está causada por el diseño de la bisagra.
La compañía asegura que la bisagra se ha mejorado –en cuanto a resistencia, eso sí—. Es algo difícil de probar sin esperar al paso del tiempo, pero, en teoría, esto debería ayudar a un mejor envejecimiento del teléfono. No obstante, la arruga que crea la bisagra, al no hacer que la pantalla se estire completamente del todo, sigue estando ahí. ¿Es molesta? En muchas ocasiones, sí, pues no solo es visible, sino que también se siente al tacto.
Misma pantalla, misma arruga
El Samsung Galaxy Z Fold 4 cuenta con dos pantallas: una interior flexible de 6,7 pulgadas, y otra exterior de 1,9 pulgadas. La interior, por supuesto, es la principal. Se trata de un panel Dynamic AMOLED con resolución Full HD+ y tiene, además, una tasa de refresco de 120 Hz. La exterior, en cambio, tiene una resolución de 260 x 512 píxeles, suficiente para su comedido.
¿Para qué sirve este panel exterior? Permite, en concreto, visualizar información relevante sin necesidad de desplegar completamente la pantalla. Hace, de hecho, las mismas funciones que la interfaz principal de un Samsung Galaxy Watch. Ofrece la posibilidad de ver la hora, las notificaciones, visualizar widgets como el del tiempo o el calendario y acceder a algunos accesos directos del sistema, como la posibilidad de activar el Wi-Fi, poner el dispositivo en modo silencio, etc. Samsung, además, ha añadido algunas funciones adicionales. Por ejemplo, es posible responder a las notificaciones a través de mensajes rápidos y preestablecidos (los típicos que incluyen los relojes de la compañía, como "Vale", "De acuerdo", "Hola" , etc.).
¿Es útil la pantalla exterior? Lo es para visualizar contenido importante, como la hora, el nivel de la batería, o las notificaciones. No lo es demasiado, en cambio, para ir más allá. Al menos, en mi experiencia. En la mayoría de ocasiones termino desplegando el dispositivo para responder cualquier mensaje o, incluso, controlar la reproducción.
Respecto a la pantalla principal, es prácticamente la misma que nos encontramos en el Galaxy Z Flip 3. Samsung, eso sí, asegura que su resistencia ha mejorado en hasta un 10 % respecto al modelo anunciado el año pasado, pero a nivel de calidad y resolución, tras poder probar ambos smartphones, no he notado ningún cambio. Y ojo, esto no quiere decir que sea algo completamente malo.
Tanto en resolución como en brillo e interpretación de los colores, la pantalla del Samsung Galaxy Z Flip 4 es realmente buena. No llega a la excelencia del S22 Ultra, pero sí podríamos decir que ofrece una experiencia de primer nivel. Los 120 Hz, además, hacen que la sensación sea fantástica al interactuar con ella.
La arruga en la pantalla, como decía previamente, la lastra considerablemente. Sobre todo, cuando se reproducen tonos blancos, pues se aprecia un ligero sombreado y una muy pequeña hendidura que no tendríamos en cualquier otro smartphone convencional.
La pantalla flexible tiene sus ventajas
La pantalla plegable del Samsung Galaxy Z Flip 4, no obstante, también tiene algunas ventajas frente a una pantalla convencional. La clave, en realidad, es que el dispositivo pueda colocarse en diferentes posiciones. Samsung ha aprovechado esta virtud para modificar ligeramente One UI, su capa de personalización, que incluye una opción llamada 'Flex Mode' y permite, en concreto, adaptar las aplicaciones cuando el terminal está colocado en un ángulo de 90 grados.
Una de las opciones del llamado Modo Flex es la posibilidad de controlar las aplicaciones como si utilizáramos un ratón. La app se ubica en la zona superior de la pantalla, mientras que la parte inferior se transforma en una especie de trackpad con el que poder navegar por la interfaz. Incluye, además, algunos controles o accesos directos, como la posibilidad de ajustar el volumen, acceder al panel de notificaciones o hacer una captura de pantalla. Puede resultar útil cuando tenemos el Galaxy Z Flip 4 en una superficie plana, pero no es algo que utilice en mi día a día.
El Modo Flex, eso sí, también permite crear una pantalla dividida tradicional cuando, por ejemplo, estamos haciendo una videollamada. Y esto, en mi opinión, sí es realmente útil. Lo es porque no necesitas ningún soporte; el mismo móvil es el soporte. El software, además, adapta la vista previa del destinatario para que se coloque en la zona superior de la pantalla, de forma que podrás ver a la persona en todo momento. Mientras tanto, y si lo prefieres, puedes utilizar la parte inferior para acceder a cualquier otra aplicación compatible. El Modo Flex, además, también funciona con apps de terceros que hacen uso de la cámara, como Instagram, por lo que también es posible utilizar el dispositivo como trípode a la hora de hacer Stories o grabar Reels.
Y como no podía ser de otra forma, la pantalla flexible del Galaxy Z Flip 4 también abre la puerta a nuevas formas de tomar fotografías o vídeos, pues el móvil actúa como su propio trípode. Un factor que, seguro, agradecerán quienes se pasan el día grabando TikToks.
¿Dónde están las principales mejoras del Samsung Galaxy Z Flip 4?
El nuevo procesador y el incremento de la autonomía son dos de las novedades más importantes del Galaxy Z Flip 4. La compañía surcoreana ha apostado por Qualcomm para el cerebro de este dispositivo. Incluye, en concreto, el Snapdragon 8+ Gen 1., una versión más vitaminada del Snapdragon 8 Gen 1 que el fabricante anunció hace unos meses. También mejora su batería. Ahora es de 3,700 mAh, frente a los 3.300 mAh del Galaxy Z Flip 3. Debemos tener en cuenta, además, las mejoras en eficiencia de la versión 'Plus' del Snapdragon 8 Gen 1., pero vayamos por partes.
En cuanto a rendimiento, el Galaxy Z Flip 4, hace, por supuesto, un excelente trabajo. El Snapdragon 8+ de primera generación rinde muy bien, y puede, prácticamente, con cualquier app o proceso que se interponga en su camino. En algunos casos, eso sí, el terminal se calienta en exceso. Lo hace, incluso, en procesos tan cotidianos como la descarga de actualizaciones o a la hora de jugar a juegos de forma prolongada. No es nada grave, pero es algo que lastra ligeramente la experiencia.
Respecto a la batería, los 3.700 mAh del Samsung Galaxy Z Flip 4 hacen, en mi opinión, un buen trabajo. No he tenido problemas para llegar al final del día después de un uso medio y sin limitar algunas de las funciones estrella del dispositivo, como la frecuencia de actualización de la pantalla a 120 Hz.
Hablemos de la carga, porque es algo que Samsung también ha mejorado. El Galaxy Z Flip 4 admite carga rápida de hasta 25W; no es la más potente del mercado, pero sí permite suministrar el 50 % de la batería en unos 30 minutos. Es compatible, además, con la carga inalámbrica a una potencia máxima de 15W.
Así rinden las cámaras del Samsung Galaxy Z Flip 4
Samsung ha mantenido exactamente la misma configuración de cámara que encontramos en el Galaxy Z Flip 3. Nos encontramos, por tanto, con un sensor primario de 12 megapíxeles, así como una cámara ultra gran angular de la misma resolución. Esto, no obstante, no quiere decir que ofrezca los mismos resultados. Según la compañía, el sensor principal ahora es un 65 % más luminoso respecto a su antecesor. Pero, ¿cómo se comporta esta cámara en el día a día?
Lo cierto es que el sensor primario rinde notablemente en situaciones diurnas. Consigue capturar unos buenos colores sin sobreexponer considerablemente la imagen, y con un nivel de detalle más que decente. En condiciones de poca luz o en situaciones nocturnas, la cámara sigue comportándose correctamente, con buenos colores y una pérdida de detalle evidente, pero que no decepciona. Los resultados tanto a plena luz del día como de noche, no obstante, no son comparables con los que podemos obtener, por ejemplo, con los Galaxy S22 y, por supuesto, con otros smartphones que compiten en precio, como los iPhone 13.
La cámara ultra gran angular mantiene esos buenos resultados que vemos con el sensor primario, sobre todo a plena luz del día. Falla, eso sí, en el detalle, que es algo más escaso, y también en la exposición, pero no es nada alarmante. Sucede algo similar en condiciones de poca luz.
Lo interesante de la cámara del Samsung Galaxy Z Flip 4, sin embargo, son los modos y funciones que podemos utilizar gracias a la posibilidad de doblar la pantalla. La app de cámara del terminal permite adaptar la vista previa cuando el dispositivo está colocado en un ángulo de 90 grados, haciendo que lo que está enfocando el sensor aparezca en la zona superior de la pantalla y los controles en la parte inferior.
Esto permite, por tanto, usar el propio dispositivo como trípode, al igual que sucede con las videollamadas. Tiene, por otro lado, un modo que activa la pantalla exterior para utilizar esta como una vista previa y hacerse selfies de más calidad con la cámara trasera, o simplemente permitir al sujeto ver qué se está enfocando. Este último modo, además, también funciona con la grabación de vídeo.
¿Merece la pena el nuevo plegable de Samsung?
El Samsung Galaxy Z Flip 4, cuyo precio es de 1.099 euros para su versión con 8 GB de RAM y 128 GB de memoria interna, ha demostrado ser un smartphone redondo. Tiene un rendimiento excelente, una batería suficiente, una cámara que, si bien no es la mejor de su gama, rinde bien, y una pantalla que, en cuanto a calidad, no deja indiferente a nadie. Ahora bien, debemos tener en cuenta un punto importante; es un smartphone plegable.
Esto, como he comentado en algunas ocasiones durante la review, tiene sus ventajas y desventajas frente a un smartphone convencional. Es más compacto, y ofrece funciones de software muy interesantes, como los modos de pantalla dividida o las opciones extra en el apartado fotográfico, que hacen que la doble cámara sea mucho más versátil. No obstante, es un móvil menos resistente que un móvil convencional —pese a que Samsung diga que ha mejorado, sigue siendo un dispositivo más frágil que el resto—. El panel flexible, además, deja esa arruga en la pantalla que hace que la experiencia sea bastante inferior a la de utilizar un móvil convencional.
Es importante mencionar, además, que no hay grandes mejoras respecto al Samsung Galaxy Z Flip 3, cuyo precio es considerablemente menor. No es, en realidad, el salto generacional que estábamos esperando, pues no todos los puntos flojos de su antecesor se solventan ene este modelo. Queda pendiente, por ejemplo, terminar con la tediosa arruga que se crea en el centro de la pantalla, algo que Oppo con su Find N ya ha conseguido hacer. Los cambios, sin embargo, se agradecen considerablemente. Sobre todo aquellos relacionados con la carga y la autonomía.
¿Merece la pena comprar un móvil plegable teniendo en cuenta estos factores? Todo depende de lo que estés dispuesto a sacrificar. Si prefieres tener un dispositivo más versátil, compacto y diferente, pero que mantenga puntos importantes, como un buen rendimiento o una autonomía decente, y no te importa las desventajas que tienen estos dispositivos, el Galaxy Z Flip 4 es, en mi opinión, el mejor plegable que puedes comprar. Si por el contrario, priorizas durabilidad, pantalla y un apartado fotográfico completo, es mejor optar por un móvil tradicional, como el Samsung Galaxy S22+.
Es probable, además, que el modelo del año pasado sea, incluso, una alternativa más a tener en cuenta. Al menos, hasta que este Galaxy Z Flip 4 baje de precio y se convierta, definitivamente, en el móvil plegable por excelencia.