Falta muy poco para que podamos ver la presentación oficial de los nuevos iPhone 14 de Apple. Si has estado atento a los rumores, sabrás que los modelos Pro y Pro Max contarían con el chip A16, el cual sería un 30% más potente que el A15 de sus homónimos actuales. Sin embargo, estas mismas filtraciones aseguran que la versión estándar del iPhone 14 se quedaría sin una renovación en su procesador. Esto genera la siguiente pregunta entre algunos consumidores: ¿cómo piensa Apple vender un modelo "igual" al anterior?
Una de las renovaciones más esperadas en los iPhone de cada año está en sus procesadores. El salto de dicho componente, generalmente, abre la puerta a un montón de novedades que se ofrecen a través del software. Entre ellas, los algoritmos de procesamiento de imágenes, vídeo y control energético, por mencionar solo algunas.
Muchos han comenzado a preguntarse cómo hará Apple para vender un iPhone 14 más veloz y eficiente, pero sin cambiar de procesador. Hoy, te traemos una respuesta.
¿Cómo se compara el futurible iPhone 14 al modelo base actual?
Antes de comenzar, hay que comparar las especificaciones técnicas del iPhone 13, con el del próximo modelo que está por llegar. Por supuesto, toda la información de este último está basada en rumores, y es que hasta que Apple no lo presente oficialmente, no podremos saber mucho más.
El iPhone 14 integraría el procesador A15 de Apple, siendo este el mismo que acompaña a la familia actual de smartphones de la compañía. Sin embargo, hay que recordar que este chip llegó en dos variantes.
Mientras que los modelos estándar contaban con 4 núcleos de GPU y 4 GB de memoria RAM, los Pro sumaban 1 núcleo y 2 GB extra a la ecuación. Así, teníamos un dispositivo incluso más veloz, pero sin necesidad de usar un chip diferente. Según las pruebas técnicas, esta potencia adicional se traducía en un rendimiento un 20% mayor en las versiones Pro, al menos en el procesamiento gráfico.
El iPhone 14 marca el fin de una estrategia, y el comienzo de una nueva
En la próxima generación, sin embargo, parece que los de Cupertino han pensado dar un pequeño giro de tuerca en su terminal de entrada. En lugar de dotarlo del SoC más nuevo, adoptará la variante de mayor rendimiento de la generación anterior. Es decir, el iPhone 14 heredará el chip A15 del iPhone 13 Pro (con 6GB de memoria RAM y GPU de 5 núcleos).
Por supuesto, no sería la única novedad en las entrañas del iPhone 14. Se espera un chip 5G mejorado y un nuevo diseño interno más eficiente.
Apple no necesita cambiar mucho para seguir teniendo un buen producto
Personalmente, este cambio de estrategia parece tener más sentido del que pensábamos en un inicio. Sí, reutilizar un procesador de la generación pasada es algo mal visto, y por razones obvias. Después de todo, las personas quieren tener una razón de peso para desembolsar casi mil dólares en un móvil, y el aumento en potencia siempre es uno de los factores principales.
Sin embargo, solo Apple puede salirse con la suya en un caso como este. Año tras año, los de Cupertino perfeccionan una fórmula ya de por sí buena. Hay pocas cosas que un iPhone no pueda hacer, e incluso los usuarios más exigentes están de acuerdo.
A diferencia de algunas propuestas de Android, iOS no necesita un hardware bestial para ofrecer un rendimiento magnífico. La optimización entre hardware y software que hace Apple en sus equipos es tan buena, que pueden darse el lujo de no actualizar el chip principal de su iPhone base durante una generación y, aún así, seguir por delante de la competencia en lo que se refiere al rendimiento del chip.
Nuevas medidas ante la escasez de componentes
La escasez mundial de componentes es un problema que ha afectado a todas las compañías manufactureras. Desde el desarrollo de consolas, hasta dispositivos móviles como los iPhone, todos se han visto duramente golpeados por la situación. Debido a esto, el movimiento de Apple también tiene sentido a nivel estratégico.
Volviendo a adoptar el chip A15, los de Cupertino podrían ahorrarse un paso en la producción de sus iPhone 14. Es sabido que la versión estándar de los móviles de Apple es ampliamente popular. Por esta razón, un cuello de botella en la producción podría perjudicar —aún más— el stock de la compañía.
Por lo tanto, con esta estrategia, Apple quiere dar un golpe sobre la mesa. Si no existe la capacidad suficiente para desarrollar nuevos procesadores y cubrir la enorme demanda, entonces van a utilizar los que ya tienen y a sacarles todo el provecho posible.
Esto podría resultar bastante beneficioso incluso para los iPhone 13. Que la nueva iteración de la familia incluya el mismo procesador, obligaría a Apple a actualizar sus modelos actuales hasta el mismo punto que sus hermanos de última generación. Después de todo, no existe ninguna excusa para que un iPhone 14 se actualice a iOS 21 y el 13 Pro no.
Apple apuesta totalmente por sus versiones Pro
Con el lanzamiento de cada nueva familia, Apple deja de vender los modelos Pro de la generación anterior, pero acostumbra mantiene su versión estándar. En la actualidad tenemos el iPhone 13 Pro, el 13 y el 12.
Esto, inevitablemente, lleva a que las versiones que quedan en medio sean las más buscadas en muchos mercados. Después de todo, el modelo base de la generación previa puede parecer "obsoleto" para algunos, mientras que el precio del nuevo Pro no está justificado a ojos de otros. Esto deja al próximo iPhone estándar en un puesto cómodo, con un coste inferior, pero ofreciendo un procesador recién salido del horno.
Ahora, un iPhone 14 con procesador de la anterior generación provocaría que más ojos mirasen al modelo Pro. A fin de cuentas, es el que cuenta con las últimas novedades que realmente importan, incluyendo un chip totalmente nuevo. En este caso, se justifica el salto de precio entre la versión más básica y la más poderosa. Una estrategia que nos recuerda al lanzamiento del iPhone X y el 8, quedando este último totalmente eclipsado por su hermano más moderno.