Cuando se revisan las historietas de Marvel e incluso las series animadas que derivaron de ellas, entre las distintas constantes que hay es la permanencia, a través del tiempo, las versiones y adaptaciones, de una serie de villanos clave. Se trata de personajes que existen porque le dan sentido a la lucha o búsquedas de los protagonistas. Esto es algo que el Universo Cinematográfico de Marvel aún no logra desarrollar.
Esta idea fue sugerida en Cámara en mano, durante un debate sobre Thor: Love and Thunder, e invita a una reflexión a partir de la siguiente pregunta: ¿por qué los villanos tienen poco recorrido dentro del Universo Cinematográfico de Marvel? Los principales antagonistas de las series y películas suelen tener desaparecer en la misma producción en la que fueron presentados, desaprovechando la oportunidad de componer relatos paralelos en relación con ellos, para dar a sus historias más profundidad.
De esa manera, el Universo Cinematográfico de Marvel desaprovecha una oportunidad: poder dar matices a sus relatos y enriquecer historias por fuera de los relatos positivos, como los de Capitán América, Thor o Iron Man, por ejemplo. Si bien es lógico que el esfuerzo creativo y los recursos se dirijan hacia este tipo de figuras, por su posicionamiento en las audiencias y potencialidad comercial y narrativa, quizá convenga equilibrar un poco la balanza y dar mayor recorrido a algunos de los villanos presentados.
Oh, wait… La mayoría está muerta
Sí. Muchos de los villanos del Universo Cinematográfico de Marvel están muertos. Es parte de la estructura narrativa presentada por los estudios involucrados. Los adversarios de los superhéroes son excusas para construir su relato, simplificando las potencialidades que es los malos pudieran tener (y que, en el caso de los cómics y las series animadas, suelen tener). El resultado es una serie de historias que tienen poco contrapeso.
La espectacularidad se mantiene y los resultados, en cuanto a taquilla y conversaciones en relación con el Universo Cinematográfico de Marvel, siguen siendo positivos. Pero esto no quiere decir que todo esté bien y en orden dentro de la narrativa o que ese sea el único camino posible a desarrollar. En la mayoría de los casos, los protagonistas de estas historias suelen enfrentar a un nuevo adversario, serie tras serie, película tras película, desaprovechando el contexto de la rivalidad generado antes.
Lo anterior se explica desde la conceptualización inicial de un villano y de la noción del héroe que se tiene en cada caso. Por ejemplo, ¿era factible que Malekith el Maldito se cruzara con los Guardianes de La Galaxia? Dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, que adapta historias y se permite licencias, pudo haber ocurrido esto. Pero el personaje no trascendió más allá de Thor: un mundo oscuro.
Incluso en ese caso, que se refiere a una de las películas más cuestionadas dentro de la narrativa, dar recorrido al villano pudo servir para salvar parte de su historia y relacionarla con otros eventos y superhéroes, sin necesidad que partir de otra historia de origen o presentar de forma abrupta a un antagonista para dar vuelo a la nueva película o serie. Al caso anterior se pueden sumar los nombres de Quentin Beck (Mysterio), Ronan el Acusador, Brock Rumlow (Calavera) y Aldrich Killian, dentro de una gama que puede ser mayor.
El contraste entre el cine, la TV y los cómics
En este contexto, es clave la noción de héroe que se plantea desde el Universo Cinematográfico de Marvel. Dentro de las producciones individuales, orientadas a desarrollar a uno u otro personaje, lo normal es que el resultado final sea con el protagonista a hombros. Thor recuperando su martillo. Pantera Negra venciendo Erik Killmonger. Doctor Strange superando a Kaecilius. Entonces, surge la pregunta de forma natural: ¿la derrota no es posible?
Incluso lo ocurrido en Avengers: Infinity War, resulta casi anecdótico en la actualidad. En esa película, como en ningún otro momento del Universo Cinematográfico de Marvel, se puede ver a una serie de héroes rotos, experimentando el fracaso y el dolor. ¿No es posible esta búsqueda en otros casos? ¿Los héroes nunca pierden? Funciona incluso como mensaje a los espectadores: la vida tiene más de frustraciones y derrotas que de gloria y éxito.
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Si la apuesta no es tan fuerte, los enfrentamientos entre unos y otros pueden no ser conclusivos en algunos casos. Es lo que ocurre, en reiteradas ocasiones, dentro de las adaptaciones animadas y en los cómics. Los villanos tienen como principal característica que siempre regresan. Es su vuelta al juego late, la riqueza de la confrontación, porque el adversario del héroe se hace un espejo para este; la lucha no es solo contra sí mismo sino, también, por una idea de moralidad, justicia, ética, entre otros valores.
Una oportunidad para el Universo Cinematográfico de Marvel
Cuando se revisa la estructura de esta narrativa, una de las críticas más frecuentes es que sus villanos no suelen estar bien construidos. En la historia del antagonista hay baches que le restan fuerza, que minimizan sus búsquedas y condiciona, por tanto, su trayectoria dentro del Universo Cinematográfico de Marvel. Parte de un asunto de perspectiva, resumido en el punto anterior. Pero reconocer esta falencia es, en esencia, la oportunidad de enmendarla.
El contexto actual de este relato es amplio y confuso. Se están renovando distintos roles. Varios personajes clásicos están dando un paso al costado. Parece haber un interés claro en explorar la historia de superhéroes más mundanos, como Daredevil, a la vez que se abren brechas entre universos, galaxias y mitologías, sin tener claro cuál podría ser el siguiente evento clave o quién es el villano fundamental de esta fase, más allá de las sospechas sobre Kang El Conquistador o del rol que tengan personajes como Zemo o U.S. Agent en una posible adaptación de Los Thunderbolsts.
Si bien es un tema más complejo y estas son solo algunas de las ideas que se pueden sugerir al respecto, seguir dando recorrido a ese tipo de personajes y a otros que puedan presentarse podría servir para sacar al Universo Cinematográfico de Marvel de la monotonía en la que suele caer, de una fórmula que solo es contradicha por algunas producciones de autor. La paradoja es que esas películas, como Doctor Strange en el multiverso de la locura o Thor: Love and Thunder, no resultan del todo convincentes para la audiencia. Quizá porque se le acostumbró, durante mucho tiempo, a propuestas similares.