El agente invisible (2022) es un thriller de acción que nos ofrece un espectáculo tan robusto como el que bien podríamos esperar de los Hermanos Russo. Aunque, por lo pronto, tal vez la dramática Cherry (2021) pueda seguir considerándose la mejor aportación de Joe y Anthony hasta la fecha. Y lo que no puede extrañarnos lo más mínimo es que, por sus mismas posibilidades, quieran que este filme de Netflix constituya el comienzo de una saga producida por la plataforma.
No en vano, se trata de dos de los mayores artífices del Universo Cinematográfico de Marvel, pues han dirigido hasta ahora para él cuatro largometrajes entre Capitán América: El Soldado de Invierno (2014) y la climácica Avengers: Edgame (2019). Y, si ya declararon en su momento que querrían volver a la franquicia para la adaptación de los cómics de Secret Wars (1984-1985), últimamente se habla de esta posibilidad para la quinta entrega de los Vengadores.
Con una historia de esta envergadura, que supondría un evento semejante al de la cuarta, desconocemos si el productor ejecutivo Kevin Feige y los Hermanos Russo la reducirían a un solo largometraje o, al menos, se propondrían relatárnosla en un par como en el caso del genocidio de Thanos. Pero, con la perspectiva de proseguir las aventuras de El agente invisible, no sabemos de qué manera afectarían las continuaciones a sus proyectos de rodaje para la franquicia de Marvel.
Los Hermanos Russo tienen más historias que contar de ‘El agente invisible’
“Parte de nuestra motivación para reunir un elenco como este, un elenco increíble como este que puede encarnar a tantos personajes interesantes, fue la esperanza de crear una especie de universo en el que querrías seguirlos a todos, ya sea hacia adelante o hacia atrás desde este momento en el tiempo que captamos en esta primera película”, nos ha explicado Anthony Russo en rueda de prensa. “Así que sí, con suerte, habrá más historias que contar en el mundo de El agente invisible”.
Y no solamente por un deseo narrativo o comercial. Según Joe Russo, mientras que las adaptaciones sobre James Bond suman “alrededor de sesenta años” y la de Jason Bourne, unos veinte si consideramos solo los filmes con Matt Damon (2002-2016) de actor principal y no la miniserie televisiva con Richard Chamberlain (1988), “este es un relato moderno” y “está conectado de muchas formas con algunos problemas que están sucediendo en el mundo en este momento”.
Por lo tanto, si el arte refleja la vida, los Hermanos Russo desean aportar lo suyo en este sentido con el presumible universo cinematográfico sobre las intrigas de estos miembros de la CIA. Pese a que El agente invisible sea puro entretenimiento. Además, el menor de los dos cineastas asegura que “el personaje [de Ryan Gosling] es sumamente existencial, bastante divertido, y descubrimos que encaja con nuestro sentido del humor” en “la clase de película que funcionaría bien con el público actual”.
El futuro de la saga también está en la colaboración del equipo
Pero el futuro de esta saga de Netflix no está solo en manos de los famosos realizadores y de los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, que ya habían escrito sus cuatro películas para el Universo Cinematográfico de Marvel, sino que hay otras personas influyentes. “Es muy importante para nosotros trabajar con el reparto en los libretos”, afirma también Joe Russo en la rueda de prensa. “Queremos que tengan propiedad emocional sobre los personajes”.
“Y todos aquí son grandes narradores, además de increíbles actores. Todos ellos tienen una increíble riqueza de experiencias, y alentamos a todos nuestros colaboradores a traer eso a la mesa”, continúa el realizador de Cleveland. “A Anthony y a mí nos gusta prepararnos para que podamos tirar las cosas”, desecharlas y resulta preciso. “Eso es realmente un viejo adagio en el cine, por lo que siempre estamos disponibles para lo que sucede en el momento”.
“Si hay algo orgánico o divertido, o si alguien dice algo gracioso, no importa de dónde venga, y si funciona con el personaje y funciona con la historia, lo intentaremos”, admite Joe Russo. “Y todos aquí trajeron diálogos, chistes, acentos de personajes de una manera que verdaderamente completó la película y la hizo mucho más colorida”. Es lo que ocurre con el arte en el que más personas intervienen, y el caso de El agente invisible no iba a ser distinto.