La falta de sueño puede llegar a ser insoportable. Por eso, muchas personas recurren a todo tipo de remedios o fármacos para intentar dormir. En algunos casos se trata de individuos con un insomnio grave. En otras simplemente son personas con dificultades para rebajar el estrés del día a día y caer pronto en los brazos de Morfeo. Pero tanto unos como otros se plantean en algún momento recurrir a los suplementos de melatonina.
La melatonina se conoce como la hormona del sueño, pues en nuestro organismo se secreta en la glándula pineal precisamente para marcar el paso de los ritmos circadianos. Estamos diseñados para dormir de noche y estar despiertos de día. Por eso, cuando estamos expuestos a la luz, especialmente la azul, se inhibe la secreción de esta hormona que induce el sueño, mientras que en oscuridad o con luces más amarillentas vuelve a liberarse.
Sabiendo esto, es lógico pensar que puede echar una manita a nuestro cerebro para ayudarnos a dormir si tenemos insomnio o problemas de sueño. Y lo cierto es que sí que funciona. Sin embargo, eso no quiere decir que podamos permitirnos una barra libre de melatonina. No es lo mismo la hormona que secreta nuestra glándula pineal que la que tomamos en forma de suplemento alimenticio. Es necesario tener en cuenta algunas consideraciones; pero, precisamente por el hecho de que los suplementos se venden libremente, esas consideraciones suelen dejarse siempre a un lado.
¿Funciona la melatonina para dormir mejor?
Existen algunos estudios que analizan la eficacia de la melatonina frente al insomnio y otros trastornos del sueño.
Todos llegan a la conclusión de que la melatonina exógena, como la que se toma mediante suplementos, puede ser beneficiosa. Incluso los hay que la comparan con fármacos como las benzodiazepinas, los antidepresivos, los antihistamínicos y los ansiolíticos y concluyen que es igual de eficaz, pero con mucho menos efectos secundarios que todos esos medicamentos.
Pero que tenga menos efectos secundarios no significa que pueda tomarse a cualquier precio. De hecho, según ha explicado a Hipertextual la coordinadora del Grupo de Estudio del Sueño de la Sociedad Española de Neurología, Ana Fernández Arcos, esas evidencias siguen siendo escasas y no se debe generalizar. “En primer lugar deberían mejorarse los hábitos de sueño”, señala la especialista. “Si a pesar de ello no mejora el problema es preciso consultar con su médico para poder valorarlo, ya que los problemas para dormir pueden tener un origen muy diverso”.
Esto es muy importante. No solo por determinar la causa del insomnio. También porque no se conocen los efectos de la melatonina en todo tipo de pacientes. “Debería considerarse su uso con aún más precaución en personas que tengan somnolencia diurna y no hay estudios en personas con enfermedades autoinmunes”.
Depende mucho de la edad
Otro factor importante a la hora de determinar si alguien debe tomar melatonina o no es la edad. A medida que nos hacemos mayores nuestra glándula pineal secreta menos melatonina de forma natural. Por eso, a partir de cierta edad comenzamos a dormir menos. Pero una cosa es dormir menos horas y otra son los problemas de insomnio que también pueden aparecer en personas mayores. Por eso, la melatonina sí que está algo más recomendada y aprobada como medicamento en mayores de 55 años. Aunque igualmente sería aconsejable valorar cada caso.
Y también determinar la mejor dosis. En un estudio publicado en 2014 se analizaron diferentes dosis de melatonina en mayores de 55 años. El objetivo era comprobar cuál era la que generaba efectos más apropiados. Así, vieron que la más baja de las dosis estudiadas, de 0,1 mg/kg, era la que mejor imita los ritmos circadianos fisiológicos y, por lo tanto, facilita unas mejores condiciones de sueño.
Dos tipos de melatonina
Existen dos tipos de melatonina, según su método de liberación. La inmediata se usa en personas que tienen problemas para conciliar el sueño; pero que, una vez que logran dormir, pueden seguir haciéndolo el resto de la noche.
Sin embargo, la de liberación retardada va dirigida a quienes tienen lo que se conoce como insomnio mantenido. En su caso suelen tener muchos despertares a lo largo de la noche, por lo que necesitan que la melatonina se vaya liberando poco a poco.
La melatonina retardada se encuentra también en complementos alimenticios. Sin embargo, como fármaco solo está aprobada para personas mayores de 55 años.
De cualquier modo, tenga el paciente la edad que tenga y tome el tipo de melatonina que tome, esta no debería convertirse en una costumbre perpetua. El consumo de esta hormona, incluso como complemento alimenticio, debe ser lo más corto posible. “No se recomienda su uso prolongado, sino un máximo de semanas de duración, con supervisión y con otras medidas”, explica Fernández Arcos. “Para mejorar el insomnio a largo plazo el tratamiento de primera línea es la terapia cognitivo conductual”.
Esta es la corriente psicológica que goza de más evidencias científicas y se usa para tratar todo tipo de condiciones, desde la ansiedad hasta la depresión, pasando también por el insomnio.
¿Qué hago si tengo problemas de sueño?
Si tenemos problemas para dormir, debemos contemplar varios factores. En primer lugar hay que tener en cuenta nuestra edad. Si somos mayores de 55 años puede que simplemente se deban a ese declive en la secreción de melatonina, aunque no es seguro. En personas más jóvenes puede haber muchos otros motivos.
Tanto en un caso como en otro deberíamos acudir a un médico. Allí podemos comentarle nuestra intención de probar con la melatonina. Él sabrá si es aconsejable o no para nuestra situación y teniendo en cuenta nuestro historial.
Si finalmente lo ve aceptable, podemos empezar a tomarla. Si solo nos cuesta conciliar el sueño valdrá con la inmediata. Pero si solemos despertarnos mucho quizás necesitemos la retardada.
Pero con cualquiera de las dos no deberíamos pasar más de unas semanas tomándola. Pasado este tiempo, si no ha funcionado deberíamos volver a nuestro médico. Él valorará si necesitamos hacernos pruebas para dar con el origen de ese insomnio. Si no, podríamos empezar con un psicólogo que practique la terapia cognitivo conductual. De hecho, esta puede ser también la primera opción, no es necesario pasar primero por la melatonina. Incluso es muy aconsejable hacerlo durante el consumo de la hormona.
Todo depende nuestra situación y, sí, en parte también de nuestras preferencias. Pero sin olvidar que, por mucho que haya melatonina en formato gominolas, no son golosinas. Y no deberíamos tomarla como tal.