La primera escena del capítulo “Divine Providence” (7x14) de Fear the Walking Dead (desde 2015) se sirve otra vez de música clásica, coral y hermosamente ligera en esta ocasión, para producir un contrapunto con las imágenes de cierto ritual cotidiano a las que acompaña. No porque resulten violentas o desagradables, sino porque debido a que sabemos muy bien que su vil protagonista contrasta con ellas.
Durante la secuencia inicial en conjunto, por otra parte, hay dos decisiones de los guionistas Alex Delyle y David Johnson, quienes ya han escrito ocho episodios desde “Buried” (4x04) y seis a partir de “Channel 4” (5x09) respectivamente, que podríamos considerar muy cuestionables. Hasta el punto de que de veras esperamos que las solucionen después con alguna sorpresa justificativa.
Una de ellas, viniendo de un personaje tan curtido como la Alicia Clark de Alycia Debnam-Carey, nos parece insensata hasta la estupidez. Y la otra, que sin duda hace más inverosímil aún la antedicha, destruye las razones por las que la Luciana Gálvez de Danay García resuelve traicionar al Daniel Salazar de Rubén Blades con el último giro del capítulo “Ofelia” (7x11); un mal recuerdo para nosotros.
Un guion que no se sostiene en el conjunto
Sin embargo, tanto las habilidades que esta gente ha ido adquiriendo en el apocalipsis zombi, o que ya tenía en el caso del ex oficial militar salvadoreño de Fear the Walking Dead, como la relaciones problemáticas que se han establecido con el Victor Strand de Colman Domingo trastocan nuestras expectativas de una manera que, de todos modos, no nos hace perder de vista los inconvenientes mencionados.
La pregunta de mayor importancia a este respecto es acerca del plan que la Alicia Clark de Alycia Debnam-Carey y compañía han trazado para apoderarse de la torre, sobre si existe en verdad o solamente se han metido en la boca del lobo sin pensárselo ni un pelín. Porque, al menos, el ambiguo antagonista tenía un golpe devastador preparado por si las cosas no se desarrollaban a su gusto abyecto.
Deseábamos épica y nos endilgan intimismo, y en fin, vale; no es contradictorio en Fear the Walking Dead. Pero uno teme un montón la posibilidad de que el rey vaya desnudo aquí y que, si semejante imprevisión contradice el arco de “Ofelia”, el entendimiento con el Victor Strand de Colman Domingo se carga la construcción de su villanía irredimible y la potente declaración de guerra al final de “Padre” (7x08).
Agotando al espectador de ‘Fear the Walking Dead’
No obstante, tal vez estemos siendo injustos cuando la evolución del Negan Smith de Jeffrey Dean Morgan nos complace tanto en las últimas temporadas de The Walking Dead, por comparar el estatus del ex estafador con un homicida a su altura. Pero el mejunje narrativo de “Divine Providence” en cuanto a las motivaciones de los personajes se revela bastante indigerible. Oh, sí, muchachos.
El director Edward Ornelas, que proviene de Anatomía de Grey (desde 2005), de El mentalista (2008-2015) o de The Blacklist (desde 2013), no se luce en absoluto con la planificación audiovisual y nos ofrece un metraje utilitario, y poco puede corregir del guion con el que están de acuerdo los showrunners Andrew Chambliss y Ian Goldberg, dos tipos que elevaron el spin-off de AMC y quizá estén perdiendo fuelle.
No hay forma de discutir que la destrucción de un refugio en medio del fuego cruzado sea coherente con las desventuras previas de Fear the Walking Dead ni, por supuesto, con las de la propia franquicia. Pero el volantazo definitivo del episodio, con el que estalla la cólera, y el consiguiente cliffhanger nos extenúan en este cóctel dramático mal dispuesto, que no cuaja. Ojalá arreglen esta debilidad en el futuro.