Por singular que parezca, Morbius intenta utilizar el mismo truco de Venom: habrá matanza de Andy Serkis. Sus escenas poscréditos tienen el propósito de ser una conexión directa con otras historias del multiverso de Marvel. Pero mientras las protagonizadas por el Eddie Brock de Tom Hardy planteaba algunas preguntas de interés, las de Morbius son añadidos artificiales a la trama. Sorprende que tanto la primera como la segunda tengan un aire apresurado, poco convincente y sin vínculo evidente con la trama principal. Pero más aún, la forma en que la información que aportan a historia son piezas sueltas sin verdadero valor narrativo.
De hecho, tal pareciera que ambas fueron agregadas después del éxito de Spider-Man: No Way Home. Tanto como la otra, carecen de vínculos con la historia central que narra el film. Pero en especial, contradicen de manera desconcertante las reglas del multiverso Marvel.
Morbius, que parecía un tránsito entre varias líneas narrativas o eso había dejado entrever sus diferentes avances, termina por ser una especie de historia insular. Una que no aporta mayor interés al posible spiderverse de Sony o que lo hace de una manera torpe y poco sólida.
Primera escena poscréditos: un viejo conocido llega a un mundo nuevo
La primera escena poscréditos se vincula — o intenta hacerlo — a la película con lo narrado en Spider -Man: No Way Home. De hecho, la secuencia comienza con lo que parece ser la ruptura del multiverso. La imagen recuerda el momento exacto en que Stephen Strange ejecuta su segundo hechizo para hacer regresar a los villanos a sus respectivos universos. Pero lo que ocurre a continuación no tiene lógica ni fundamento dentro de las leyes planteadas por el Universo Cinematográfico de Marvel.
La siguiente toma de Morbius muestra una celda vacía en la que se materializa el Adrian Toomes de Michael Keaton llevando un uniforme blanco de presidiario. Y lo hace de la misma forma en que los villanos de Spider -Man: No Way Home desaparecen. La gran pregunta que queda sin respuesta es por qué motivo el personaje es devuelto a otro espacio dimensional. Si la premisa del hechizo de Strange era regresar a los visitantes de otras dimensiones a sus universos originarios por qué afectó a Adrian. Aún más extraño y peregrino: ¿quiere decir eso que Adrian fue una variante de otro universo? ¿Cuándo ocurrió algo semejante? ¿Por qué ocurrió?
Pero lo más absurdo en las escenas poscréditos de Morbius está por llegar. Adrian parece desconcertado, aunque no precisamente confuso por lo que acaba de vivir. Y de hecho, al mirarse al espejo que cuelga en una pared parece comprender de inmediato qué ha ocurrido. “Al menos algo es idéntico”, dice el personaje sin que se explique o tenga sentido alguno cómo es capaz de deducir acaba de sobrevivir a un viaje multiversal. Mucho menos, que se encuentra en una línea temporal distinta a la suya y que además vivió un suceso entre lo mágico y lo misterioso.
Poco después, una narradora de noticias describe el suceso como “por completo inexplicable” y añade que Toomes será excarcelado, puesto que no ha cometido delito alguno. La escena termina sin dejar claro los puntos más alarmantes de la escena. ¿Dónde se encuentra el Adrian de esa dimensión? ¿Fue sustituido por el de otra línea temporal? ¿Por qué ocurrió el fenómeno? ¿Se trata de otro fallo imprevisible en el hechizo de Strange?
Podría deducirse que insinúa el tráiler de Doctor Strange en el multiverso de la Locura, el multiverso se encuentra tan inestable como para que ocurran sucesos parecidos. No obstante, la película no lo aclara. Tal pareciera que la presencia de Toomes es solo una justificación facilona para su segunda, más incoherente y por completo ridícula escena poscréditos.
Segunda escena poscréditos de Morbius: dos extraños en la distancia
La segunda escena poscréditos muestra al Morbius de Jared Leto conduciendo un coche a alta velocidad por un camino rural. No hay señales de que finalmente haya tomado la decisión de revertir el efecto de la fórmula que le convirtió en vampiro. De hecho, se le ve saludable y satisfecho, lo que contradice lo que acaba de narrar la mayor parte de la película.
De pronto, el personaje se detiene en un descampado y sigue una línea de telas colgantes que le conducen a lo que parece un lugar específico. Morbius aguarda y pocos minutos después una figura enorme y reconocible aparece en el cielo. Adrian Toomes, esta vez en su atuendo de Vulture idéntico hasta el último detalle al que llevaba en Spider-Man: Homecoming , desciende al suelo. Se acerca a Morbius e intercambia un corto diálogo con el personaje. “No sé como he llegado aquí, pero sé que tiene relación con Spider -Man”.
Aunque es evidente que se trata de una manera de afianzar el futuro proyecto de los seis siniestros, la escena no tiene la menor coherencia. ¿Por qué Vulture/Adrian Toomes utiliza el mismo traje de su línea temporal original? ¿Cómo encontró las partes para crearla? ¿La tenía el Toomes de esa dimensión? ¿Eso quiere decir que el enfrentamiento en Nueva York contra el ejército de los Chitauri ocurrió en esa línea temporal? Más extraño aún. ¿Cómo pudo deducir Toomes que el evento que lo trajo a un lugar desconocido tiene relación con Spider -Man? ¿Ya está en contacto con el resto de los Siniestros? De ser así, ¿por qué no tiene la certeza de lo ocurrido?
Morbius finalmente llegó a los cines, luego de casi dos años de retrasos. Pero lo que prometía ser un experimento argumental y visual de enorme interés, terminó por ser un fiasco. La película, quizás la más débil relacionada con Marvel, no es solo un despropósito a varios niveles distintos. También es una confusa interconexión entre algunas ideas planteadas por el universo cinematográfico de Marvel. Mucho más con dos escenas poscréditos que, lejos de aportar información, vulneran la estructura cuidadosa que el Universo Cinematográfico de Marvel ha creado.