Cuando Ryan Reynolds era un adolescente, consideró dejar la actuación. Había hecho distintos proyectos, pero no encontraba la manera de llevar su carrera hacia una dirección que, en ese momento, le diera una noción de éxito similar a la que aspiraba. Aquello solo fue una consideración que no trascendió. El actor continuó acercándose a distintos papeles. Fue tomando mayor responsabilidad dentro de las producciones en las que trabajó. En la actualidad, es una de las caras más reconocidas de la industria del cine.
Hay quienes idolatran al actor y otros que no comprenden por qué su figura tiene tanta resonancia. En los últimos meses, Ryan Reynolds protagonizó varios éxitos de streaming y de crítica, como El proyecto Adam, Free Guy o Alerta Roja. Esta última es la película más vista dentro Netflix. A esto se suman otras producciones, como Deadpool, dirigida por Tim Miller y alguna comedia romántica.
Entre su abanico de interpretaciones, se suele argumentar que "siempre hace el mismo papel". Se considera que actúa como Ryan Reynolds; en especial, luego de Deadpool. Esa película, para bien y para mal, ha condicionado su carrera desde entonces. A continuación revisamos algunas cuestiones a tener en cuenta en relación con este debate abierto.
¿Por qué muchas personas
aman a Ryan Reynolds?
Su carrera actoral comenzó en la televisión, al aparecer en 13 capítulos de Hillside. A este primer proyecto le siguieron otras participaciones, hasta que dio el salto al cine con Van Wilder: Animal Party (Walt Becker, 2002), una comedia, a la que luego le seguiría Blade: Trinity (2004). Esa fue la primera vez que el actor estuvo involucrado con un proyecto Marvel.
A través de su carrera, una de las principales características de Ryan Reynolds ha sido su carisma. Basta verle actuar, escuchar algunas entrevistas e incluso leer su Twitter (donde suelta bromas cada tanto) para sospechar que es alguien con quien sería divertido conversar entre cervezas. Pero también es algo más que buena onda: es un tipo atractivo; hasta el punto de que fue considerado por la revista People el hombre más sexy del mundo durante 2010.
Aunque esas dos características podrían valer el éxito en su profesión, puede que no todo se resuelva de esa forma. Después del fracaso de las incorporaciones de Deadpool en distintas películas de Marvel y de que el actor interpretará a Linterna Verde (quizá su película más despreciada), Ryan Reynolds siguió teniendo curiosidad por el primero de estos personajes. Hasta el punto de filmar un clip que, filtración mediante, terminaría revolucionando Internet y forzando a Fox a adaptar una nueva historia sobre el bocazas más famoso de Marvel.
Se trata de alguien persistente. Aquella obstinación por sacarse la espina de Deadpool y el cine de superhéroes derivó en la transformación de su carrera. Ryan Reynolds no solo ofreció una actuación convincente, llegando a ser nominado a un Globo de Oro, sino también revitalizó dentro de ese tipo de historias a un personaje aclamado por los seguidores. Desde entonces hasta la actualidad, el actor abrazó el humor y la acción, con esporádicas participaciones en producciones dramáticas.
La otra cara de la historia
Se trata de un actor que encanta por su forma de ser en pantalla, ofreciendo chistes para las risas, dando con personajes que fomentan el entretenimiento. Quizá nunca gane un Oscar, pero es posible que sus seguidores revisiten varias de sus películas con el pasar de los años para encontrar esa suerte de aura graciosa y convincente que carga desde hace años.
En oposición al relato anterior, el auge de Ryan Reynolds como actor también ha propiciado otro debate: ¿siempre hace el mismo personaje? ¿De verdad es gracioso? No es tan sencillo como un sí o un no. Algo que sí es evidente es que, desde Deadpool, la mayoría de papeles que el actor asumió tienen en la comedia su principal fortaleza. Puede que esto sea el principal argumento para quienes consideran que siempre ofrece la misma actuación.
Visto lo visto en los últimos años, el actor encontró en estos papeles una fórmula que contribuye a su imagen, aunque lo haya encasillado en este tipo de roles. A esto se suma otro detalle: su humor no gusta a todas las personas, como es de esperarse. Un comentario común es que siempre hace el mismo par de chistes o suelta frases similares, a mitad de camino entre el humor negro y la corrección polítca. Puede que sea reconocido como un actor comercial, entregado a algunos formatos fáciles de la industria.
Si lo anterior se matiza, en Duro de cuidar (Patrick Hughes, 2017) sostuvo el pulso actoral con Samuel L. Jackson y películas como Free Guy y El proyecto Adam son vistas como narraciones inteligentes, repletas de referencias a otra época. Esto podría reconocerse como un interés hacia la tradición cinematográfica.
Parece claro que Ryan Reynolds seguirá protagonizando comedias y películas de acción, mientras se espera que el personaje de Deadpool sea incorporado al Universo Cinematográfico de Marvel en las próximas películas.