Después de que el español Álex Pina dejara al mundo entero boquiabierto gracias a Netfix con ese tremendo exitazo que ha sido La casa de papel (2017-2021), lo único posible es que tenga carta blanca para sus nuevos proyectos. Hasta ahora, el cineasta español ha estrenado en la misma plataforma de streaming White Lines (2020) y Sky Rojo (desde 2021), pero hay más series suyas en camino.

Por lo que sabemos, una que seguramente llegará a lo alto del top de lo más visto en Netflix en 2023 es Berlín, el spin-off que se centra el personaje al que da vida Pedro Alonso, el más juguetón e impredecible de La casa de papel, quizá junto con la Alicia Sierra de Najwa Nimri. Y ahora nos hemos enterado de que Álex Pina también prepara otra ficción televisiva que se asienta en la realidad.

Según ha publicado la cuenta española de Netflix en Twitter, el cineasta “nos sumergirá en una nueva serie inspirada en uno de los titulares que nos ha dejado el mundo pospandemia: la proliferación de refugios subterráneos de lujo. Un mundo de relaciones y conflictos bajo tierra que conoceremos próximamente”. Sobre las personas que pueden permitirse comprar búnkeres y sus líos, vaya.

Netflix está encantada con Álex Pina por ‘La casa de papel’

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Netflix

La compañía de contenido audiovisual está renovando su acuerdo de colaboración con Álex Pina para que se quede con ellos y continúe creando historias tan interesantes e intensas como la de La casa de papel, o igual de desfachatadas que la de Sky Rojo. Y uno diría que como White Lines también, una propuesta muy digna pese a que fuera cancelada por cuestiones de audiencia.

En julio de 2018, Álex Pina dijo en un comunicado propio que “trabajar mano a mano con Netflix es un sueño hecho realidad en el momento justo. El momento en el que las series se están convirtiendo en uno de los movimientos culturales más relevantes. La posibilidad de llegar hasta el último rincón del planeta y revertir la predominancia de las grandes industrias anglosajonas de ficción”.

“Es formar parte de la ilusión de miles de creativos de todo el mundo”, continuaba; “producciones de pequeños lugares del mundo que hoy pueden llegar a todo el planeta. Y teníamos que estar ahí, con Netflix, en este desafío revolucionario”. Y ahora, Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix en España y Portugal asegura que “les llena de ilusión seguir acompañando a Álex Pina y a su equipo”.

Porque, según la nota de prensa que ha remitido la plataforma y de la que se ha hecho eco Europa Press, “es un referente para la ficción, innovador y creativo, que ha inspirado a fans y a creadores en todo el mundo” y, “tras la gran aventura que ha sido La casa de papel, les entusiasma continuar siendo un hogar para él, [para] Vancouver [Media] y para todas las historias que están por llegar”.

Conflictos dramáticos bajo tierra

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Abiboo, DBX Bunkers

Si uno no se ha enterado de que hay personas pudientes que, por la coyuntura pandémica de la COVID-19 con los confinamientos obligatorios y, estos días, por el riesgo de la Rusia de Vladímir Putin y su vil agresión a Ucrania, han adquirido búnkeres para guarecerse en su interior si fuera necesario, basta hacer una búsqueda de Google para encontrarse con múltiples informaciones sobre ello.

“Algunos de los nuevos refugios que se estaban construyendo eran viviendas de lujo en el subsuelo. Hasta quince pisos hacia abajo, con servicios exclusivos como cine, piscina, spa, gimnasio y jardines comunes. Con agua y comida para sobrevivir más de cinco años. Una comunidad bajo tierra para setenta y cinco personas”, ha dicho Álex Pina en el comunicado de Netflix.

“Y entonces pensamos en cómo sería la vida ahí dentro”, prosigue. “Las relaciones sociales, familiares, románticas, en un refugio subterráneo al que habían huido de forma precipitada y exclusiva”. Y, si lo pensamos, lo cierto es que plantear tramas con gente que se encierra en un recinto y afronta dificultades personales e incluso tal vez con estallidos de violencia cuadra con el narrador de La casa de papel.

Si los atracadores del mono rojo y las máscaras de Salvador Dalí se encerraron en la Fábrica de Moneda y Timbre durante las temporadas uno y dos de la serie y, luego, en el Banco de España durante las otras tres, no puede resultarnos extraño que a Álex Pina le haya atraído repetir con una ficción en la que los personajes apechuguen con aprietos y tensiones sin poder salir del lugar en el que están recluidos.

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