Cuando hay un gran nombre que preconiza un sector, suele haber un reguero de pioneros que lo intentaron antes pero que no consiguieron llegar a buen puerto. Aún hoy, fecha en la que Facebook (ahora dentro de Meta), Instagram, TikTok o Twitter son las principales compañías de redes sociales, solemos acordarnos de otras tantas que se quedaron por el camino como MySpace o en España Tuenti. Sin embargo, hubo una aún más antigua que las ahora reinantes y que e quedaron por el camino en medio de la vorágine de la burbuja de las puntocom: hablamos de theGlobe.com. Una gran idea, con unos creadores jóvenes que hicieron mucho dinero, y que acabó en un despropósito.
La historia de theGlobe.com es visto a día de hoy como un sitio web que muchos analistas consideran el mayor (y más vergonzoso) fracaso de las puntocom, ese momento al final de los 2000 en el que las compañías impulsadas por jóvenes que habían hecho de la informática y la programación una especie de alquimia capaz de convertir cualquier cosa en oro acabó descubriéndose como completamente inflado.
Sus fundadores fueron Stephan Paternot y Todd Krizelman, dos jóvenes que se conocieron cuando eran compañeros de clase en la Universidad de Cornell a principios de los 90. Las salas de chat virtuales se estaban poniendo de moda en los campus universitarios de la época, y la pareja de estudiantes se aficionó a pasar el rato en la de su universidad. Sin embargo, no vieron la sala de chat solo como un lugar para interactuar; lo vieron como una gran oportunidad de negocio.
Durante las vacaciones de Navidad de 1994, los dos jóvenes consiguieron reunir 15.000 dólares entre familiares para crear una empresa de programación. Compraron un servidor Apple y lanzaron su negocio, al que llamaron WebGenesis. Entre diciembre de 1994 y marzo de 1995, programaron un sitio al que llamaron theGlobe.com, seguramente un dominio muy cotizado por cualquier empresa a día de hoy, que actualmente sigue inactivo.
theGlobe.com: un éxito rotundo nada más empezar
Lanzaron el portal el 1 de abril de 1995. El 1 de mayo, solo un mes después, 44.000 personas habían visitado el sitio. Aprovechando sus contactos en Cornell, contrataron a recién licenciados en informática y, a finales de año, ya tenían 17 empleados.
La popularidad del sitio, que era básicamente un portal de clubs por intereses (un foro más bien) y chats online, hizo que fuera relativamente fácil atraer inversores. En 1997, el fondo Dancing Bear Investments les entregó 20 millones de dólares. Era el comienzo de la burbuja de las puntocom, cuando todo el mundo quería participar en la ‘invecnión’ de Internet, y los empresarios estaban dispuestos a invertir mucho dinero en sitios que creían que podrían generar grandes ingresos a futuro. Algunos de ellos lo harían, pero eso no fue el caso de theGlobe.
Eso no evitó que sus dos fundadores se hicieran ricos casi de la noche a la mañana. La inversión supuso para los dos jóvenes de 23 años un salario de más de 100.000 dólares cada uno y otros 500.000 dólares de ingresos por la venta de acciones. El siguiente paso en su plan: salir a bolsa.
Y el portal salió a bolsa
Un año más tarde, lanzaron su oferta pública de venta de acciones, con un precio objetivo de 9 dólares por acción. Era el viernes 13 de noviembre de 1998, el año que fue el punto álgido de la burbuja de las puntocom, y theGlobe.com se benefició del frenesí a lo grande.
Las acciones tenían un precio de apertura de 9 dólares, pero la primera operación las alzó a la friolera de 87 dólares. El precio aumentó hasta los 97 dólares en el transcurso del día. theGlobe.com había establecido un récord para el mayor aumento del precio inicial de las acciones de cualquier nueva compañía cotizada de la historia. El valor de capitalización bursátil de la empresa superó los 840 millones de dólares.
A partir de ahí, ampliaron theGlobe.com a los videojuegos. Compraron la revista Computer Games Magazine, el sitio web de juegos happypuppy.com y la tienda online Chips and Bits, dedicada al material relacionada con los juegos.
“El CEO de los pantalones de plástico”
Sin embargo, su éxito duró poco. Paternot se convirtió en el protagonista de un reportaje de la CNN sobre los excesos de multimillonarios veinteañeros que se había producido debido a la locura de las puntocom. Se le mostró gastando su dinero de forma desenfrenada, saliendo con su novia, una modelo que había conocido tras fundar la empresa y, en general, siendo irresponsable y excesivo. De hecho, dijo en un momento del reportaje: “Tengo a la chica. Tengo el dinero. Ahora estoy listo para vivir una vida asquerosa y frívola”, mientras aparecía ante las cámaras, nada menos que vestido con unos brillantes pantalones de cuero. La imagen de theGlobe.com se resintió y él se ganó el desafortunado apodo de “el CEO con pantalones de plástico”.
Se convirtió en un meme antes de que los memes inundaran las redes.
En 1999, la burbuja de las puntocom empezó a estallar cuando los inversores se dieron cuenta de que la economía que creían que iba a surgir del boom de Internet no era tan segura como se había predicho. Las acciones de las empresas puntocom empezaron a caer a un ritmo absolutamente demencial. theGlobe.com se vio especialmente desnuda cuando la música se detuvo. En los siguientes 6 meses, las acciones de TheGlobe cayeron de 90 a 60, a 40, a 30 y a 10… y finalmente tocaron fondo a menos de 0,10 dólares. Fue una caída masiva desde su precio de 97 dólares de apenas un año antes. La capitalización de mercado de la compañía cayó de 840 millones de dólares a apenas 4 millones. Eso es una disminución del 99,52%.
Los miembros del consejo de administración y los inversores obligaron a Paternot y a Krizelman a dimitir de la empresa en el año 2000. La empresa fue intervenida, pero no hubo forma de salvarla. Al verano siguiente, el 50% del personal había sido despedido y el sitio theGlobe.com echó el cierre. Siguieron publicando la revista Computer Games Magazine y alojando algunas de sus webs más pequeños.
En 2003, se intentó una especie de regreso. theGlobe.com se convirtió en la sede de GloPhone, un servicio de videollamadas parecido a Skype. Fue un fracaso casi de inmediato.
Hubo más intento por recuperarse. Sus revistas de videojuegos siguieron quedándose a flote un tiempo, y compraron la empresa que poseía los derechos de gestión de los dominios .travel. La acabaron revendiendo a los pocos años.
En 2008, la empresa se había convertido en una sociedad instrumental y nada más. En 2009, los ingresos netos de la empresa eran de 0 dólares y en la actualidad no tiene empleados, salvo un pequeño grupo de directivos que no cobran. Todo, hasta que en 2021 una empresa de gas natural se hizo con lo que quedaba buscando usar su marca para futuros lanzamientos. Por todo ello, theGlobe.com es seguramente el mayor ejemplo de lo que fue la burbuja de las puntocom. Su historia de auge y caída fue contada hace unos años en la docuserie de National Geographic Valley of the Boom.