El impacto global de la escasez de chips es un tema recurrente en las noticias. No existe compañía tecnológica en el mundo que no sufra esta crisis, en mayor o menor medida. Y las expectativas sobre cuándo mejorará la situación varían según el interlocutor, aunque las miradas generalmente coinciden en que aún quedan meses complicados por transitar. Por ello no sorprende que las empresas que hasta aquí habían navegado el panorama con menos sobresaltos que el resto, también comiencen a pagar el precio de las limitaciones en la cadena de suministros. Tal es el caso de Apple, ya que por primera vez en una década habría sufrido un freno en la producción del iPhone.
Según Nikkei Asia, Foxconn y Pegatron se vieron obligadas a detener el ensamblaje de los dispositivos de Apple durante "varios días" debido a la falta de componentes. Pero lo realmente revelador en esta historia es que la pausa obligada se habría producido a comienzos de octubre, durante la Semana Dorada de China. ¿Y por qué es relevante este dato? Porque tradicionalmente en dicho período las principales fábricas en el gigante asiático incrementan su ritmo de producción y trabajan las 24 horas, con el fin de satisfacer la demanda que se genera globalmente para las fiestas de fin de año.
Ante un panorama tan complicado provocado por la escasez de chips, a lo que se le suma la restricción para el uso de energía eléctrica en territorio chino, los encargados de producir el iPhone entendieron que no tenía sentido pagar turnos extras de trabajo durante las vacaciones chinas; por el contrario, decidieron darles descanso a sus empleados. "Eso nunca ha pasado antes", aseguraron al citado medio.
La principal fuente de ingresos de Apple es el iPhone, por lo que es lógico que en Cupertino no haya caído nada bien esta situación. Hasta aquí los de la manzana han subsistido a la falta de semiconductores no solo por el peso de su nombre y su gran poderío económico, sino también porque Tim Cook es un genio de la planificación logística. Es cierto que la empresa no ha estado exenta de demoras para las entregas de sus productos, pero en líneas generales su situación ha sido más benévola que la de otras grandes tecnológicas. De todos modos, la presión sobre la producción de su smartphone ha llegado con un precio; durante la más reciente presentación de sus resultados financieros —que marcaron un trimestre récord, por cierto—, los californianos reconocieron un golpe de aproximadamente 6 mil millones de dólares por los problemas en la línea de producción.
Los componentes más baratos son los más problemáticos
Otro dato importante del informe de Nikkei Asia indica que los problemas en la producción del iPhone no se relacionan con sus componentes más costosos. Donde la escasez golpea es, en realidad, en los elementos más baratos que se pueden encontrar en las entrañas del móvil de Apple. Específicamente se menciona el caso de los transceptores provistos por Nexperia, o los chips de gestión de energía que fabrica Texas Instruments, entre otros. Son elementos diminutos y que cuestan apenas centavos, pero son comunes en un abanico de dispositivos muy amplio; por lo tanto, ni siquiera los de Cupertino pueden garantizarse el stock.
Tengamos en cuenta que muchos de dichos componentes se producen en Vietnam y Malasia, dos países tremendamente golpeados por la pandemia de la COVID-19. Esto ha llevado a que las plantas encargadas de su fabricación deban cesar sus actividades en múltiples oportunidades. Dichas situaciones, sumadas a las complicaciones propias de las fábricas chinas, han complicado claramente las expectativas de Apple en torno al iPhone.
Apple no cumpliría su meta de producción para el iPhone 13
El efecto nocivo de la escasez de chips ha dejado su marca en la pausa obligada en el ensamblaje del iPhone a comienzos de octubre. Si bien desde entonces —y especialmente en noviembre— tanto Foxconn como Pegatron han recuperado parte del ritmo de la línea de producción, Apple quedaría corta en sus expectativas de fin de año.
La idea de los de Cupertino era fabricar 95 millones de unidades de la nueva línea iPhone 13 antes del cierre del actual calendario; sin embargo, según las estimaciones realizadas a comienzos de diciembre estarían lejos de conseguirlo. Los cálculos más optimistas hablan de terminar el 2021 con entre 83 y 85 millones; en tanto que la meta definitiva de producir 230 millones de iPhones en el año tampoco se cumpliría.
Por lo pronto, la escasez de chips no da tregua. Foxconn cree que la crisis se mantendrá al menos hasta la segunda mitad del 2022, llevando más presión a la línea de producción del iPhone. Nadie duda de que Apple seguirá presentando números fuertes en sus próximos resultados financieros, pero es comprensible la preocupación de que la disponibilidad de sus dispositivos se resienta mientras se transita el período de mayores ventas en el año.