La casa de papel es el ejemplo más reciente de lo complicado del género de las movie heist. A la par que es una reinvención poderosa sobre argumentos basados en asaltos, robos imposibles y pulsos de inteligencia entre la autoridad y quienes transgreden la ley. Lo que comenzó siendo una historia tramposa, singular y llena de extrañas versiones sobre la audacia, se convirtió en un fenómeno de masas cuando llegó a Netflix. También en una peculiar complicidad entre el televidente, la historia y sus imposibles giros de guion.
La casa de papel demostró el poder para cautivar que todavía tiene las historias basadas en la posibilidad del error y el engaño. La serie de Netflix, que no puede ser definida como un drama y tampoco pura acción, jugó con todos sus elementos temporadas tras temporada. Pero mejor aún, dejó claro que los grandes híbridos de géneros son una forma de entablar una rara comunicación con la audiencia.
Desde sus personajes rebosantes de personalidad, una trama cada vez más tramposa y al final una visión elegante del riesgo. La casa de papel demostró que el género de las heist movies tiene futuro (un considerable futuro) en la televisión. También, algunas cosas más que la han hecho pasar a la historia como una de las mejores series del año. Y sin duda, una de las mejores de producción nacional.
La importancia de los personajes
La casa de papel fue una serie basada en un robo imposible, eso nadie lo duda. Pero también en un conjunto de personajes carismáticos que no perdieron interés a lo largo de las temporadas. De hecho, el guion hizo un considerable intento por brindar segundas y terceras dimensiones a su grupo de asaltantes. Logró que esa unidad temática sobre lo que sostenía a sus misterioso grupo de criminales despertara interés. Un truco complicado cuando debe lidiar con un acto de subversión como lo es robar papel moneda.
La casa de papel tomó la acertada decisión de sostener un hecho de semejante envergadura en los hombros de la habilidad del grupo. De la misma manera que las diferentes versiones de la clásica heist movie Ocean Eleven, los ladrones eran piezas claves. No solo peones al servicio de una inteligencia superior. Y de hecho, aunque El Profesor era una mente maestra de considerable astucia, también confiaba en un equipo brillante.
Además de eso, la serie brindó relevancia al contexto. Desde la muerte traumática del equipo (que marcaron puntos de inflexión en la ficción), hasta los cambiantes puntos de vista. La casa de papel demostró que un gran robo puede ser también el punto de inicio de un viaje introspectivo. Una visión afortunada que convirtió a la serie en un éxito.
Apelar a lo imposible bajo sus propias reglas
La casa de papel toma todas las expectativas y preguntas de su complejo guion y la subvierte. Algo frecuente en las heist movies, pero que nunca suele ser sencillo de crear sin perder verosimilitud. La serie lo logró con un método sencillo. El robo también tenía un comentario político y social.
A la vez, era una demostración de rebeldía contra el sistema. Para sus últimas temporadas y cuando ya parecía que el tema estaba gastado, la serie incorporó la idea de la búsqueda de un propósito. Antes o después, La casa de papel sabía qué hacer y cómo hacerlo para crear una percepción uniforme acerca de su objetivo.
El dinero era importante, pero también la condición que toda la trama apuntaba hacia algo más. ¿Una declaración de intenciones? ¿Una visión política? Ambas cosas se unieron en varias oportunidades. Pero también, temas como la codicia y la necesidad mezquina de triunfar sobre la ley. Para bien o para mal, La casa de papel mostró los cambios de la moral contemporánea.
Un final para 'La casa de papel' que conservó el encanto
Y aunque a la serie se le acusó de saltar el tiburón (frase que define cuando un programa pasó a lo inverosímil), siguió siendo sólida. Tanto para una quinta temporada llamada hipnótica, como por su cualidad para mantener el interés del público. La serie ató todos sus cabos sueltos e incluso tuvo la osadía de dejar un misterio al aire, con una nota sin explicación, que da otro giro a la trama.
La casa de papel fue un fenómeno afortunado, pero también una brillante percepción sobre el peligro, la inteligencia y la audacia. Todo bajo el elegante paquete de una serie pensada para intrigar. Un legado que sin duda, marcará la televisión española y quizás, el mundo de las series de Netflix a futuro.