A nadie le puede extrañar que Misa de medianoche (2021), la tercera e imperdible miniserie de terror que el estadounidense Mike Flanagan ha dirigido para Netflix, beba de las obras escritas por su compatriota Stephen King. Antes de La maldición de Hill House (2018), hizo El juego de Gerald (2017) para la plataforma, y después y previamente a La maldición de Bly Manor (2020), se puso con Doctor Sueño (2019) para Warner Bros., ambas adaptaciones al cine de los libros homónimos del novelista. Es decir, no cabe duda de que interés por sus narraciones tiene.
Así que, debido a esta circunstancia, comprendemos sin problemas que su nueva propuesta nos empuje a pensar en dos historias sobre un mal indecible que se cierne sobre una pequeña población, la seduce y la arruina como el padre Paul Hill (Hamish Linklater) a Crockett aunque no fuese su intención:
Tommyknockers (1987), trasladada a otra miniserie por John Power en 1993, y La tienda (1991), convertida en largometraje a las órdenes de Fraser Clarke Heston el mismo año; y más concretamente, en El misterio de Salem’s Lot (1975), que Tobe Hooper transformó en una miniserie más en 1979 y Mikael Salomon, en 2004, por la atroz plaga vampírica, y en La tormenta del siglo (1999), guion novelado para el rodaje televisivo en formato idéntico de Craig R. Baxley, por el entorno insular.
Los personajes del novelista de Maine en ‘Misa de medianoche’
Por otra parte, en Revival (2014), que el propio Mike Flanagan iba a traducir a imágenes en movimiento, otro predicador con labia puede curar milagrosamente todo tipo de dolencias y, tras ello, se esconde el horror. Además, el personaje de Riley Flynn (Zach Gilford) en Misa de medianoche es un alcohólico en proceso de recuperarse como Jack Torrance en El resplandor (1977), cuyas páginas sirven de base a la película de Stanley Kubrick de 1980. Igual que su hijo, Danny, en Doctor Sueño (2013), quien también asiste a reuniones de Alcohólicos Anónimos.
No puede olvidársenos señalar, por último, que el fanatismo religioso de Beverly Keane (Samantha Sloyan) ha sido explotado con sumo acierto por Stephen King en Carrie (1974), adaptada por Brian de Palma en el filme de 1976, por David Carson en otro de 2002 y por Kimberly Peirce en el de 2013, y durante la pesadilla de La niebla (1980), luego, un largo de Frank Darabont de 2007 y una serie cancelada de Christian Torpe de 2017. La madre de la protagonista en la una, Margaret White, y la infame señora Carmody en la otra son primas hermanas de este personaje ideado por Mike Flanagan para Misa de medianoche.
Bonus: los guiños a las adaptaciones al cine de la obra de Stephen King
Los huevos de pascua más obvios en los siete capítulos de la miniserie de Netflix, que podemos destacar entre las mejores del año, sobre las películas que se basan en las novelas de Stephen King están relacionados con El resplandor y El misterio de Salem’s Lot. En la residencia del padre Paul Hill, hay una antigua fotografía de su supuesto antecesor en la parroquia de San Patricio, el monseñor Pruitt, cuando era joven. Pero sabemos que son la misma persona y que vampirizarse le ha rejuvenecido.
Dicha fotografía, por supuesto, nos recuerda la de Jack Torrance (Jack Nicholson) en la fiesta de Nochevieja del Hotel Overlook en 1921 al final del filme de Stanley Kubrick. Y la escena específica de Misa de medianoche en la que Leeza Scarborough (Annarah Cymone), curada de su parálisis con la sangre del vampiro israelí, llama a Warren Flynn (Igby Rigney) en mitad de la noche desde el exterior de la ventana de su habitación en el piso alto de su casa no puede sino traernos a la memoria al vampirizado Ralphie Glick (Ronnie Scribner) flotando frente a la de su hermano Danny (Brad Savage) en la miniserie de Tobe Hooper: su momento más recordado por los espectadores.