Se levanta la puerta. Comienza el show. Tal y como hicieran los dos Steves (Jobs y Wozniak) hace más de cuatro décadas, Apple abría el telón de su evento Unleashed volviendo a un garaje lleno de Macs para retrotraerse al pasado antes de avanzar vertiginosamente a un futuro en el que nos esperaban los M1 Pro y M1 Max.
Se trata de los nuevos chips fabricados por la compañía de la manzana para sus propias máquinas. En este caso, para los nuevos MacBook Pro. Unos que llegan con la clara promesa de llevar un rendimiento nunca antes visto en los Mac portátiles a los usuarios de corte profesional.
Llegan menos de un año después de que la firma hiciera oficial su intención de abandonar los SoC de Intel con la presentación del M1. Y si ya entonces los resultados arrojados por este chip sobrepasaban en gran medida a su competencia más directa, se espera que los MacBook Pro M1 Pro y M1 Max hagan lo propio.
MacBook Pro con chips M1 Pro y M1 Max
Apple ha redoblado esfuerzos este año para ofrecer una versión de sus SoC que acompañase de manera apropiada el salto generacional que estos nuevos MacBook Pro quieren suponer. Así, estos chips de arquitectura ARM son catalogados por la propia firma como una "salvajada".
Es para ello, si tenemos en cuenta que bajo su proceso de fabricación de 5 nanómetros se encuentran 33.700 millones de transistores, en el caso del M1 Pro. Esto es más del doble de los que dispone el M1, pero menos que los 57.000 millones del M1 Max.
Si el pasado M1 ya dejaba un sabroso gusto a nuevo, este se intensifica con los M1 Pro y M1 Max. Las nuevas CPU integran, en su configuración superior, ocho núcleos de rendimiento y dos de eficiencia, saltando de la paridad 4/4 del M1.
La GPU, por su parte, varía entre los 14, 16, 24 y 32 núcleos. Los dos primeros están únicamente disponibles en el M1 Pro (alcanzado 4,5 y 5,2 teraflops de rendimiento). El par restante, únicamente en el M1 Max (7,8 y 10,4 TFLOPS, respectivamente).
Todo ello condimentado con un claro enfoque en lograr la máxima eficiencia, capital para Apple. La firma asegura que tanto el M1 Pro como el M1 Max dan un rendimiento 1,7 mayor que el de un PC con chip de ocho núcleos de la competencia. Si miramos con detalle las explicaciones de los tests de la empresa, vemos que la comparación se ha realizado con un GP66 Leopard de MSI (11UG-018).
Apple M1 Pro | Apple M1 Max |
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CPU de 8/10 núcleos | CPU de hasta 10 núcleos |
GPU de 14/16 núcleos | CPU de 24/32 núcleos |
Hasta 32 GB de memoria unificada | Hasta 64 GB de memoria unificada |
Hasta 400 GB/s de ancho de banda de memoria | Hasta 400 GB/s de ancho de banda de memoria |
Gestión de energía, punto clave
Uno de los aspectos vitales en portátiles es de la gestión de la energía. De ello dependerá cuántas horas nuestro portátil será, eso, portátil.
Y es aquí donde Apple sabe hacer brillar su trabajo de manera muy especial, casi insultante. Lo hacía ya con los iPhone y iPad en el pasado; lo hizo ya con el M1 en 2020; y lo repite ahora con los nuevos chips.
La eficiencia energética que son capaces de lograr frente a terminales de la competencia –en ocasiones, verdaderos mamotretos por la cantidad de componentes dedicados que aglutinan en su interior–. Y de nuevo, la firma lo ejemplifica con diferentes comparaciones en las que da nombre y apellidos.
En el caso del chip M1 Pro, por ejemplo, este logra gastar un 70% menos de energía en los tests realizados. En esta ocasión, el PC con el que se mide es un Lenovo Legion 5, con una gráfica Nvidia GeForce RTX 3050 Ti.
Por su parte, si saltamos al M1 Max, Apple asegura que el rendimiento es un 40% inferior en comparación con el GE76 Raider de MSI (compacto de gama alta con NVIDIA GeForce RTX3080) y que logra un consumo 100 vatios inferior al Razer Blade 15 Advanced (PC de gama alta portátil, también con NVIDIA GeForce RTX 3080 y con un precio que ronda los 3.400 dólares).
MacBook Pro: cara a cara
Apple hace una parada en el camino para poner los nuevos modelos frente a los de la generación anterior.
En líneas generales, asegura que la eficiencia que el conjunto del sistema logra aportar se traduce en unas 17 horas en reproducción de vídeo para el modelo de 14 pulgadas y en unas 21h en el caso del modelo de 16". Esto supone 7 y 11 horas más que el MacBook Pro de anterior generación.
Pero se trata, eso sí, de aquel con chip Intel Core i7 con GPU Iris Plus Graphics 645 (descatalogado, desde hoy) y no del MacBook Pro M1. Este último, de hecho, dispone de una autonomía superior al MacBook Pro de 14" –20 horas frente a 17h, en reproducción de vídeo–.
MacBook Pro i7 (2020) | MacBook Pro M1 (2020) | MacBook Pro 14" (2021) | MacBook Pro 16" (2021) | |
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Navegación web inalámbrica | 10 horas | 17 horas | 11 horas | 14 horas |
Reproducción de vídeo | 10 horas | 20 horas | 17 horas | 21 horas |
En navegación inalámbrica, las distancias se reducen entre todos los modelos.
Con el modelo i7 e Iris Plus es con el que Apple compara también diversas actividades para enfrentar rendimientos. Así, en renderizaciones con Final Cut Pro (proyecto complejo de 2 minutos con contenido Apple ProRes 422 4K), por ejemplo, el M1 Max (GPU de 32 núcleos) completa el proceso 13,4 veces más rápido que el citado Intel. El M1 Pro, 9,2 veces, en ambos casos en el modelo de 14".
Un incremento que se aprecia también, en otro ejemplo, al compilar proyectos de Xcode. El modelo de 14" logra completar el proceso (proyecto de código abierto creado con la versión preliminar de Xcode 13.0 con Apple Clang 13.0.0, Ninja 1.10.0.git y CMake 3.16.5) 3,7 veces más rápido que el MacBook Pro con i7 de 4 núcleos. El de 16", por su parte, 2,1 veces más rápido que el Macbook Pro con Intel Core i9 de 8 núcleos.
M1, M1 Pro, M1 Max... ¿qué viene ahora?
Estos nuevos M1 Pro y M1 Max se posicionan para ser los SoC que de verdad hagan de palanca para un cambio generacional profundo en el campo de la computación para portátiles de dimensiones compactas.
Un primer test en la herramienta de pruebas Geekbench 5 aparecido tras la presentación de los nuevos MacBook Pro ofrece un primer vistazo en mono y multinúcleo. El mismo revela un notable salto respecto a los resultados obtenidos por el M1 el pasado año en rendimientos pico.
Y apenas ha transcurrido un año de diferencia. Es por ello que en un futuro no ya demasiado lejano se adivinan las versiones para iMac Pro y Mac Pro. Las máquinas de escritorio de la firma para profesionales aún no incorporan chips diseñados en Cupertino, pero es un paso lógico que terminará produciéndose.
El cuándo se acometerá el gran y último salto es aún una incógnita. Lo que parece más meridiano que nunca es que la tecnológica, si no ahora, pronto estará capacitada para completar una transición histórica.