En un perfil tradicional, las personas que conocieron al protagonista de la historia explican cómo era, qué le gustaba, cómo trataba a la gente. Detalles de su vida personal que en casos de personalidades trascendentales despiertan ese morbo por ver más allá de la "estrella". En el caso de Steve Jobs, la biografía de Walter Isaacson contaba cómo el icono de la tecnología detrás de Apple no seguía las reglas del compromiso social. A la par que jefe creativo, sus empleados también vivían gritos, insultos y faltas de respeto. También estuvo en el foco su papel de padre: un reconocimiento de paternidad tardío y una relación tensa que ya ha sido tratada en algunas de las películas que han rendido homenaje al empresario y fundador de Apple. Por otro lado, una figura que ha marcado un antes y un después para las empresas tecnológicas y cuyo legado sigue estando más presente que nunca. A 10 años de la muerte de Steve Jobs, el empresario está muy lejos de ser olvidado.

Pero en este perfil no hablaremos sobre la vida privada de Jobs. Nadie que le conoció personalmente y tuviera una relación estrecha ha sido entrevistado para este artículo. Pero sí personas de diferentes ámbitos que son testigos de la huella de Jobs. A 10 años de la muerte de Steve Jobs por un cáncer de páncreas, el informático y empresario no ha caído en el olvido. Con Apple en lo más alto, la trayectoria del que fue el cerebro del primer Macintosh está más viva que nunca. No solamente en Silicon Valley; pareciera que el fundador de Apple fue el precursor también de una cultura dentro de las empresas tecnológicas basada en la creatividad. 

"Stay hungry, stay foolish" o "Do what you love" no han sido impresos en las suficientes camisetas, sino que también sigue siendo uno de los mensajes más recurrentes en ambientes empresariales, sobre todo para mensajes motivadores. El biógrafo de Jobs, Isaacson también expuso cómo ser el fundador de Apple es un ideal, pero cuidado. No todos son lanzamientos históricos del iPod, iPhone o Mac; detrás hay una cultura tóxica laboral -llegó a llamar "pedazo de mierda" a uno de sus empleados-. Aunque su mayor legado haya sido, a pesar de todo, su pasión. "Todos queremos llevar una vida apasionada. Queremos una vida de conexiones emocionales. Si eso es lo que obtienes al decir: 'Seré más como Steve Jobs', entonces no está mal", dijo a Wired. 

Joven millenial o de la Generación Z

Queremos llevar una vida apasionada, pero también de éxitos. Y todos queremos dejar huella. "Cambió el mundo. Literalmente. Y lo hizo para transformarlo a mejor en muchos aspectos", opinaron Antonio Pastor San Millán, profesor de competencias directivas en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y Santiago Hernández, jefe de estudios de Dirección de Empresas y Marketing del Centro de Estudios Financieros (CEF).

Los expertos recordaron la infancia de Jobs: unos padres que le dieron en adopción, con pocos recursos económicos. El fundador de Apple fue hijo de un inmigrante sirio y de una estadounidense de ascendencia suiza, dos estudiantes universitarios que le entregaron en adopción a Paul Jobs y Clara Hagopian, un maquinista de transporte ferroviario y una ama de casa.

'Cambió el mundo'

Fue con su nueva familia con la que se trasladó a la ciudad de Mountain View y fue a la escuela en Cupertino. Los inicios de los lugares más importantes relacionados con las empresas tecnológicas y la innovación en la actualidad que serían un adelanto del futuro de Jobs. "Si nos fijamos, esta descripción hoy día se ajustaría más a un muchacho inmigrante que llega a Europa que a un joven millenial o de la Generación Z", opinaron Pastor San Millán y Hernández. 

"Él cambió el mundo y lo hizo acabando con ciertos convencionalismos y con una imagen y una manera de comunicar muy personal. Basta con repasar su discurso en la ceremonia de graduación de Stanford o la presentación de cualquier producto de Apple para saber de lo que hablamos. Frases como 'stay hungry, stay foolish' han trascendido al ámbito popular creando una manera de hablar 'stevejobesca'".

Antonio Pastor San Millán y Santiago Hernández

El famoso discurso de 2004, 7 años de la muerte de Steve Jobs, en el que el fundador de Apple se preguntó ante todos los alumnos: "¿Cómo puede ser que te despidan de la empresa que fundaste?". Un despido que luego admitió fue lo mejor que pudo pasarle porque le abrió las puertas de Pixar, la creación de NeXT y conocer a la que luego se convirtió en su mujer, Laurene Powell. 

Esta filosofía ha sido una de sus herencias más importantes. Para Antonio Pastor San Millán y Santiago Hernández el esfuerzo, talento, constancia y capacidad de soporte son, en este orden, su mayor aportación al mundo de las empresas tecnológicas. "Ha sido uno de los grandes impulsores de la transformación digital a nivel mundial. Hoy en día, es impensable imaginar el ámbito profesional sin relacionarlo con la democratización de los smartphones", subrayaron. Con su voluntad de cambio, impulsó además las nuevas categorías de productos como las tabletas y los relojes inteligentes, continuaron, dinamizando el sector y obligando a la competencia a sumarse a la carrera por la innovación. 

El ¿despótico? fundador de Apple

Steve Jobs hizo historia, acompañado de todo el equipo que trabajaba con él todos los días. No fue un camino de rosas. Los expertos en marketing y empresas puntualizaron a Hipertextual que la conducta de Jobs con sus trabajadores enlaza bien con las 11 reglas para los estudiantes de secundaria atribuidas a Bill Gates: la vida no es justa, acostúmbrate. Al mundo no le importará tu autoestima. Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Los jefes sí que no tendrán ni vocación de enseñanza ni paciencia. "Jobs es el epítome de la persecución de lo extraordinario y de la distinción entre lo bueno y lo verdaderamente excelente".

Steve Jobs cambió el concepto que ese tenía de ser CEO de una empresa

Se puede decir de el fundador de Apple que en ocasiones podía ser desagradable aunque los resultados que obtuvo con su manera de trabajar están fuera de toda duda. Recordaron los expertos que, sin Steve Jobs, Apple se sumergió en una crisis que llegó a poner en riesgo la viabilidad de la compañía y que, con él al timón, se convirtió en una de las empresas tecnológicas de referencia y de mayor capitalización bursátil. 

En realidad, no era una novedad en ese momento, ni lo es ahora, que existan jefes despóticos. Una de las preguntas a plantear sería si preferimos a un líder con el carácter de Jobs y con esos resultados o alguien con un carácter distinto pero resultados mediocres. "Cuanto más valiosa sea la compañía para la que trabajamos, más valor tendremos como empleados", concluyeron Pastor San Millán y Hernández. 

Steve Jobs, un CEO diferente

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Más o menos despótico, Steve Jobs cambió de arriba a abajo el concepto que se tenía hasta entonces de ser CEO de una compañía. Tony Jiménez llegó a Silicon Valley en 2009 y fundó su propia compañía. Ahora, es CEO de su propia empresa, Richmond Partner, y sigue en el valle. Dijo a Hipertextual que en esos años, Silicon Valley era muy diferente al que conocemos hoy en día. "Veía muchos locales cerrados porque no había ese hervidero todavía, Había pasado la burbuja y había arrasado con esa filosofía. Pero me tocó ver cómo luego volvía a crecer".

Jiménez vio incluso a Steve Jobs en persona. Fue en la zona de Palo Alto, donde Jiménez vivía; a solo 4 bloques del domicilio del fundador de Apple. "Vivía a dos bloques de la primera Apple Store que se abrió en University Avenue de Palo Alto. Él iba a tomar el café a un Starbucks que había allí, con su Porsche antiguo. Las veces que le vimos ya estaba muy demacrado por su enfermedad", recordó. 

Tony Jiménez no dudó al confirmar que la muerte de Steve Jobs fue un capítulo muy triste en el sector de las empresas tecnológicas pero que su figura sigue más viva que nunca y que su influencia fue un empuje para los directores de producto. En relación a lo que comentaban los expertos, Jobs no era un CEO como los que estábamos acostumbrados a ver en España en ese momento.

"Alguien más administrativo", describió Tony Jiménez, "en lugar de un CEO que verdaderamente entiende del producto, quiere dejar su huella, y sabe lo que el mercado necesita y crea tendencias". 

"Para mí la herencia más importante es que al final los CEOs ahora están implicados en todas las partes de desarrollo de la compañía: desde cómo se diseña un producto, hasta el punto de venta final. Están implicados en toda la cadena de valor del producto que estén diseñando". 

Tony Jiménez

Por desgracia, la percepción es que todo esto se ha ido perdiendo. De una figura innovadora se ha pasado, según Tony Jiménez, a un comportamiento mucho más administrativo. "Tenemos ejemplos como Elon Musk, que de vez en cuando sacan un poco la cabeza, pero ni una sombra de lo que pudo ser Jobs en demostrar esa pasión, esa humildad, ese saber hacer los productos y que la gente quiera productos buenos en sus manos".

Ni Zuckerberg, ni Musk, ni Bezos

La capacidad de Jobs para transmitir la motivación que sentía por su trabajo y ese instinto de superación es ahora un discurso recurrente. La idea de "Stay hungry, stay foolish", como concepto ha sido una filosofía mucho más que trabajada en las empresas tecnológicas. "Este discurso se ha hecho más plástico en ese sentido después de la muerte de Steve Jobs", apuntó Jiménez. Esa pasión del fundador de Apple fue también una de sus grandes armas; del mismo modo que consiguió que la emoción que sentía se trasladara a millones de personas a través de sus productos. Para el CEO de Richmond Partner, la emoción ahora se confunde con una mentalidad siempre positiva.

"La emoción se tiene tanto para lo bueno como para lo malo y eso es lo que le ocurría a Jobs", puntualizó, "en comparación con otros directores como Mark Zuckerberg, que tiene la misma cara haciendo un pastel que en el juicio más importante de su vida. Luego tienes a Musk o Jeff Bezos, que han confundido el tener talento con el star system". 

"Jobs consiguió que tuvieras en tus manos un iPhone 3 y que fuera una maravilla del mundo"

A pesar de ser grandes referentes empresariales, no han llegado al nivel de Steve Jobs. Para Antonio Jiménez, el fundador de Apple sigue vivo porque si te interesa la tecnología tienes que pasar por sus claves de negocio. Difícil que alguien tome el relevo. Además, este liderazgo se ha diluido. "También la calidad del diseño de los productos y de las empresas tecnológicas. Importa menos la calidad y más la rapidez, estamos en una beta constante".

Incluso en el liderazgo actual de Apple, el recuerdo es imborrable. "Tim Cook se ve como un líder mucho más administrativo, más centrado en las ventas, pero Jobs consiguió que tuvieras en tus manos un iPhone 3 y que fuera una maravilla del mundo", recordó Antonio Jiménez.

Todos quieren ser como Apple

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El diseño, al final, es lo que ha marcado la diferencia a lo largo de los años. Julio C. Quintero es diseñador de producto para empresas tecnológicas como Apple y Google. Conoce el sector desde dentro. "La mayoría de las empresas tienen una tecnología y buscan una forma de implementarla en un producto. En Apple es al revés. Siempre basó su industria en el diseño, viendo la necesidad que había en el mercado o para mejorar productos que estaban mal hechos", dijo a Hipertextual

Aunque entraba en un mercado bien establecido. Mientras que muchas de las compañías más importantes en la actualidad fueron pioneras en su ámbito -Google fue el primer buscador y Airbnb la primera en alquilar casas- Apple competía en un sector muy bien posicionado. "En los 90 todo el mundo quería un Nokia", recordó Quintero. 

Con inspiraciones como los diseños de los electrodomésticos Braun en los 80 se empezó a marcar la diferencia con el iPhone 3G. El resto es historia. Del mismo modo que los diseños eran diferentes, así lo era la persona que estaba detrás. Julio C. Quintero lo describió como alguien con una mentalidad diferente a la que se respiraba en Silicon Valley. "Se fue a la India a hacer un curso de meditación para encontrarse a él mismo, hizo muchas cosas diferentes".

Ser fundador de Apple... y ser único

También era una persona para la que el marketing no era un misterio. Fueron estas cualidades y la creación de un equipo que aspiraba a ser casi perfecto lo que crearon los cimientos de una de las empresas más rentables del mundo. 

No por nada muchas empresas tecnológicas han acabado copiando algún aspecto de Apple después de la muerte de Steve Jobs: ya sea su diseño o su manera de trabajar. La diferencia, sin embargo, está en cómo lo aplican.

"Dicen que no quieren ser Apple, pero todos sus productos los comparan con Apple a la hora de lanzarlos o diseñarlos", apuntó Quintero, "porque para ser Apple tienes que ser único". Si el diseñador de producto tuviera que escoger a alguien, seguramente escogería a Elon Musk por su trabajo en Tesla. 

"Es la única persona que hoy en día realmente se está yendo por caminos que nunca antes se habían explorado. Hace lo que cree que es correcto hacer y apuesta por todo hasta que al final lo consigue. Tesla ha estado 2 o 3 veces a semanas de ir a la quiebra y ahora mira. Ellos dos son Iron Men de Silicon Valley". 

Julio C. Quintero

El bienestar de los trabajadores

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Steve Jobs consiguió que trabajar en Apple fuera un sueño para muchas personas. A pesar de que se trabaje más que en cualquier otro sitio. Para compensar, los beneficios que reciben los empleados fueron y son de los más cotizados. Google quizá fue el pionero en crear un campus con salas de siesta, de juego y con todas las facilidades para que los empleados pasaran todo el día en su lugar de trabajo.

En cambio, Jobs entendió la importancia de apostar por el bienestar. "Apple tiene las mejores prestaciones, dental, acupuntura… Jobs se preocupaba de una manera exquisita y detallada", dijo a Hipertextual Lucrecia Iruela, quien trabaja para las empresas tecnológicas más grandes de Silicon Valley y contribuye para Forbes.

Incluso en la comida se involucraba mucho, apuntó. "Había comida vegana, se trajo un chef italiano de Italia. Se traía boquerones de España. Hay muchas empresas que la comida es gratis, en Apple no, pero era lo mejor que te podías encontrar". 

En lo que respecta a liderazgo, Lucrecia Iruela no duda en que muchos jefes de empresas copian al fundador de Apple. Es, definió, el líder por excelencia y un referente. 

"Él era un maestro transportando esa pasión que tenía por el producto, por hacer las cosas bien, por hacer lo perfecto en ese momento. (...) La empatía que tenía con el consumidor a través del producto le hacía el mejor líder de la historia. Él no se dedicaba a hablar de Apple o de él, se dedicaba a hablar de lo que estaba construyendo: ese diseño que le llevó la vida". 

Lucrecia Iruela

Piezas de museo

Su pasión, talento, forma de trabajar y liderazgo no se han olvidado 10 años después de la muerte de Steve Jobs. Menos todavía sus productos. Decían los entrevistados que tener un iPhone 3G era un tesoro hace unos años. A día de hoy, hasta una pieza de museo. En Sidney, Australia, el Museo de Artes Aplicadas y Ciencias, llamado Powerhouse, ha incluido en una exposición varios productos de la compañía con los que hicieron historia. 

La exposición Interface fue desarrollada en 2014 por Campbell Bickerstaff, quien estudió diseño de productos tecnológicos. Bickerstaff explicó a Hipertextual que el objetivo de la muestra es enseñar cómo Apple acercaba sus diseños al público, desde la parte industrial, hasta la más emocional. "La exposición tiene ya 7 años y los ideales que se explora mantienen su relevancia de generación en generación", apuntó el curador. 

Interface es la prueba de las influencias de Apple en sus inicios. Cuando "entendieron la forma en que fabricantes como Olivetti, Braun y Sony, entre otros, estaban ejecutando el gran diseño industrial", señaló Bickerstaff, "y continuaron la tradición de entender qué era bueno, cómo invertir en encontrar grandes diseñadores e integrar el diseño en el desarrollo de un producto y no solo como un acabado".

La huella del fundador de Apple

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Steve Jobs fue la persona detrás de estos logros y además, opinó el curador, ayudó a muchas personas a crear las herramientas que más tarde permitieron un gran cambio. No es fácil, por tanto, encontrarse de nuevo con personas así. Aunque Campbell Bickerstaff está esperando el próximo gran cambio después de la muerte de Steve Jobs. "Necesitamos líderes de la industria que piensen en personas y herramientas para hacerles la vida más fácil y divertida. Líderes que no están motivados por el lucro sino por los ideales de la democracia creando cosas que enriquecen nuestras vidas y empoderan a las personas".

Jobs fue, sin duda, uno de estos líderes. 10 años después de su muerte, sus ideales y su pasión siguen más vivos que nunca. Los que estuvieron cerca del fundador de Apple no han logrado olvidarlo. Tampoco los que han trabajado y siguen trabajando en su sueño. Ni siquiera los consumidores. No por nada, los entrevistados en esta pieza que viven en Silicon Valley han coincidido en que, desde la muerte de Steve Jobs, el valle ya no es lo mismo.