Uno de los grandes momentos de la vida de Steve Jobs llega en 1976 cuando funda Apple Computer Company junto a su amigo Steve Wozniak. De ahí saldría el Apple I, el primero de muchos ordenadores con un logo que destacaba sobre los demás y que se convertiría en un icono de finales del siglo XX y de principios del XXI.

Pero antes de nacer Apple, la biografía de Steve Jobs está llena de historias y anécdotas que bien merecen ser contadas. Una de ellas es la previa a la creación de Apple, el paso de Steve Jobs por Atari en 1974 para trabajar como programador de videojuegos. Su estancia en esta compañía de videojuegos no será muy larga pero dejará huella.

Es más, el cómo llegó a Atari y cómo se fue de allí en poco menos de un año muestra el carácter y la forma de ser de Steve Jobs, una persona inquieta que buscaba su lugar en el mundo y que, por el camino, nos brindó el videojuego Breakout poco antes de iniciar su andadura como cofundador y presidente de Apple.

De vuelta a casa

En otoño de 1974, un joven Steve Jobs de tan sólo 19 años regresa a casa, en San Francisco, California. Durante dos años ha estado en la universidad Reed College de Portland, en el estado de Oregón. Durante seis meses, fue estudiante de manera oficial, y durante otros 18 meses más, se dedicó a asistir solamente a las clases que le interesaban como oyente. En estas clases libres, por ejemplo, descubrió su pasión por la caligrafía, de ahí que luego en Apple le dedicara tanta importancia a la tipografía.

Apple Garage Steve Jobs
Autor: Mathieu Thouvenin

Así pues, Jobs vuelve a casa con una idea en mente: viajar a la India. Recordemos que son los años 70, lo que significa que es una época en la que se entremezclan y surgen movimientos como el no a la guerra, el nacimiento del ecologismo moderno, la lucha por los derechos civiles, la revolución sexual y la segunda oleada del feminismo.

También se pondrá de moda la espiritualidad oriental, en especial en la costa oeste de Estados Unidos. Asociada al movimiento hippie, llegarán el yoga, el budismo y el hinduismo, todo ello combinado con las drogas psicodélicas y el LSD.

No es de extrañar que Steve Jobs, con sus inquietudes y sus fantasmas internos, quiera ir a la India en busca de respuestas sobre sí mismo, algo que muchos harán durante esta década y en años venideros. Pero como el viaje no es barato, Jobs tendrá que buscar trabajo.

Diviértete, gana dinero

Cualquiera que lea esta frase en un anuncio de empleo querrá saber de qué se trata. Es breve pero pegadizo. A todos nos gustaría ganar dinero haciendo algo que nos divierte. Algunos lo hemos conseguido y otros aspiran a ello. El caso es que con esta frase se anunciaba Atari en la prensa del norte de California.

Según la biografía oficial de Steve Jobs, éste encontró la oferta de trabajo de Atari en el San Jose Mercury. Entre cientos de ofertas que necesitaban informáticos, ingenieros o programadores. Así que ni corto ni perezoso se presentó en las oficinas de Atari para que le contrataran.

Curiosamente, la historia de Atari y Apple tienen cosas en común. Y es que en aquel entonces, Atari era una especie de Apple: una empresa joven, fundada en 1972, un lugar de moda donde trabajar y cuyo fundador era un joven Nolan Bushnell de 29 años. Tanto Bushnell como Jobs eran carismáticos y sabían venderse y vender su producto, así que no es de extrañar que ambos congeniaran.

Oficinas de Atari en 1976
Oficinas de Atari en 1976. Fuente: The Strong Museum

El primer gran éxito de Atari será Pong, publicado por la propia empresa en su primer año de vida. Este videojuego, basado en el popular tenis de pisa o ping pong, fue diseñado por el propio Nolan Bushnell, el fundador de Atari, y programado por Allan Alcorn, que se convertirá en el ingeniero jefe de Atari y, en la práctica, el jefe directo de Steve Jobs.

Según cuenta la biografía de Jobs, con un capital de 500 dólares, Atari creó la consola o máquina recreativa de Pong y la instalaron en un bar de El Camino Real, en Sunnyvale, California. A los pocos días, la máquina no funcionaba porque no podía aceptar más monedas.

Pero volvamos a Steve Jobs. A pesar de su aspecto desaliñado, el típico hippy de los 70, como muchos jóvenes de aquel entonces, Allan Alcorn decidió darle una oportunidad, trabajando como técnico y siendo uno de los primeros 50 empleados de la joven Atari.

El turno de noche

Es inevitable hablar en este punto de temas íntimos de Steve Jobs. Es por ello que sucedió lo que sucedió en Atari. Y es que sus inicios en la empresa no fueron nada halagüeños. Sus compañeros se quejaron de su olor corporal y de su comportamiento tosco, por lo que la solución fue que Jobs trabajase en el turno de noche.

Respecto al tema corporal, la teoría de Jobs, vegano y prácticamente frugívoro, era que si se alimentaba solamente de verduras y, en especial, de frutas, su olor corporal no sería un problema. De ahí que usara desodorante ni se duchara con regularidad. O al menos eso cuenta su biografía oficial.

Con todo, Jobs disfrutó de la tranquilidad del turno de noche. Entre otras cosas, ayudó a mejorar algunos juegos. Aunque su mayor logro fue programar el prototipo de Breakout, otro de los grandes éxitos de Atari y que había sido diseñado también por Nolan Bushnell, fundador de Atari. La idea era crear un Pong para un solo jugador. Pero antes, Jobs viajó a la India, el motivo por el cual decidió trabajar en Atari.

El viaje a la India

Decía al empezar este artículo que el motivo de Steve Jobs para buscar trabajo era que quería financiarse un viaje de descubrimiento interior a la India. Así que cuando tuvo el dinero necesario, ya en 1975, anunció a Atari su viaje.

Según cuenta el propio Alcorn, Jobs le pidió que Atari le financiara el viaje, algo a lo que evidentemente se negó. Sin embargo, encontraron una solución intermedia: enviar a Steve Jobs a Europa, en concreto a la ciudad alemana de Munich, para resolver un problema relacionado con las máquinas recreativas que debían enviar allí.

Desde Munich, Jobs viajó a Turín, Italia, donde se distribuían las máquinas recreativas montadas en Alemania. Y, desde allí, viajó a Nueva Delhi. Lo que sucedió allí es mejor contarlo en otra historia.

El controvertido éxito de Breakout

Tras su regreso de la India, Allan Alcorn asigna a Jobs el prototipo del Breakout, el que será otro gran éxito de la compañía y que, simplificando, es una versión de Pong de un único jugador. En concreto, Jobs cobraría 750 dólares por el prototipo más un extra de 100 dólares a medida que quitara chips de la recreativa, haciendo la máquina más simple y barata. Jobs, prometió tenerlo listo en cuatro días.

Consciente de que cuatro días era poco tiempo, decidió repartirse el botín con Steve Wozniak, que en aquel entonces trabajaba para Hewlett-Packard. Según cuentan distintas fuentes, casi todo el trabajo lo hizo Wozniak. Es más, si Alcorn y el propio Bushnell ofrecieron esa tarea a Jobs fue, en parte, porque ya conocían a Wozniak.

Steve Jobs y Steve Wozniak

Así, pues, tras pasar cuatro noches sin dormir, y con las indicaciones que le dio Jobs, Steve Wozniak logró terminar el prototipo del Breakout. Según la biografía de Jobs, mientras Wozniak creaba el diseño, Jobs lo iba probando en la placa de pruebas. Luego Jobs montaba el circuito.

En cuanto al trabajo, al parecer fue muy bueno. Quitaron 50 chips del diseño original, dejando tan sólo 45 chips. De ahí que el dinero obtenido por el trabajo fuera muy superior a los 750 dólares iniciales. Lamentablemente, Jobs entregó a Wozniak lo acordado, la mitad de esos 750 dólares, pero no le dijo nada sobre el extra, que ascendía a 5.000 dólares. Este asunto fue desconocido por Wozniak hasta varios años después, y aunque el propio Steve Jobs lo negó, la certeza es que Woz no cobró todo lo que hubiera debido por ese trabajo.

Dejando a un lado esta turbia anécdota, Jobs aprendió mucho en Atari. Fue su primera experiencia laboral relacionada con tecnología. Entre otras cosas, aprendió sobre la sencillez, algo que estaba implícito en los juegos de Atari, que no necesitaban manual de instrucciones. También se inspiró en Atari para plantearse la idea de crear su propia empresa, ya que aprendió cómo funcionaban por dentro. Es más, la actitud y carácter de Nolan Bushnell, fundador de Atari, le sirvieron de inspiración para lo que sería más adelante.

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