Ângel Blau, superando el abuso, afrontando la pedofilia y previniendo la pederastia. Este es el lema de la asociación que trabaja con víctimas de abusos sexuales infantiles y pedófilos. La misma que la estudiante de psicología Loola Pérez denunció por promover la pseudociencia para "tratar" a las víctimas y pedófilos. Pérez puso una denuncia ante el Colegio de Psicólogos de Cataluña (COPC) para alertar que la llamada tactoterapia estaba siendo utilizada en este centro. Sin embargo, no hubo consecuencias. "No tenía mucha esperanza, la verdad", explicó la psicóloga, porque muchos compañeros le comentaron que los colegios no se toman las pseudoterapias en serio. A pesar de que la pseudociencia puede tener consecuencias muy negativas para el paciente y de que estas prácticas se consideran dentro de la profesión como intrusismo laboral.
Por intrusismo se entiende cuando una persona se hace pasar por psicólogo sin serlo, sin tener el título académico. "Es importante combatirlo, porque no solo afecta a la salud mental de la persona que demanda ayuda psicológica porque la estés engañando. También se produce un descrédito de los profesionales de la psicología que trabajan con toda la titulación y legalidad vigente", dijo a Hipertextual Vicente Prieto, vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
La polémica de la tactoterapia
En casos como el que denunció Loola Pérez se juntan los dos factores que ponen en peligro la profesión. Por un lado, el intrusismo por parte de la persona que promocionaba la tactoterapia -afirmó ser terapeuta pero no estaba colegiada-. Por otro lado, los riesgos de vender la pseudociencia como tratamiento efectivo. "Es triste porque en la carrera se nos insiste en la importancia de que la psicología sea científica, de que los tratamientos y terapias estén validados. Y de que es muy importante la ética en nuestra profesión... Y luego te das cuenta de que los colegios, que deben velar por nuestra disciplina y profesión, no mueven ficha contra las pseudoterapias y el intrusismo", denunció Pérez.
La futura psicóloga recordó para Hipertextual que la primera vez que denunció la tactoterapia fue en diciembre de 2020. Decidió dejar de formar parte de la junta directiva del Ângel Blau por promover la pseudociencia. "Se estaba derivando a personas en situaciones vulnerables a pseudoterapias. Estas derivaciones se estaban haciendo por parte de los terapeutas, los cuales forman parte de la misma junta directiva de la asociación. ¡Hasta se estaba publicitando en la misma web de Ângel Blau!", señaló. EL COPC contestó a Loola Pérez el 3 de junio pero la sexóloga denunció en redes la poca determinación a la hora de condenar la pseudoterapia.
"Si no es por los medios de comunicación y la repercusión que he tenido en redes sociales, me habría sentido muy sola. Denunciar el intrusismo y las pseudoterapias por las vías formales, a las instituciones competentes, me ha hecho sentir muy indefensa. Creo que es un despropósito que el COPC ni siquiera dé un tirón de orejas a Ângel Blau. Más allá de promover las pseudoterapias con víctimas de abuso sexual y personas con pedofilia, recibe dinero público. No hacer nada es una forma de tomarle el pelo a la ciudadanía".
Loola Pérez
Los psicólogos están hartos...
Loola Pérez no es la única que tiene la percepción -en su caso lo ha vivido en sus carnes- de que los mecanismos para frenar la pseudociencia y el intrusismo no son suficientes. El psicólogo sanitario Jesús Andrés Molero reivindicó que los organismos que representan a la profesión -los Colegios de Psicólogos de las Comunidades Autónomas- deberían actuar para poner freno a la situación.
También admitir de forma contundente que no todo es válido. "Sin embargo, en psicología aún estamos muy lejos de esta posición", alertó, y "siguen siendo aceptadas terapias que carecen de evidencia científica y modelos que no se sustentan a nivel empírico".
Por desgracia, ejemplos de pseuterapias que están aceptadas hay muchas. Molero añadió incluso que cada vez hay más y que una de las más frecuentes son los cursos de fin de semana sobre "gestión emocional" "coaching" o "crecimiento personal". "De los cuales salen personas que ejercen de forma intrusista y que no tienen ningún tipo de formación científica sobre el comportamiento humano. Es un gran problema”, alertó.
O 'por qué creemos en mierdas'
Ramón Nogueras, psicólogo, divulgador y autor de Por qué creemos en mierdas, coincidió con Molero en los peligros del coaching y agregó que muchas personas se aprovechan del término terapeuta para escapar de las consecuencias del intrusismo laboral en la psicología. "Mientras no pretendas ser psicólogo clínico o sanitario sin serlo, terapeuta es una palabra vacía que no tiene sentido", apuntó para Hipertextual.
"No tengo conocimiento de que esto tenga unas consecuencias relevantes. Lo último que leí fue que a una terapeuta de constelaciones familiares que afirmaba que la culpa de que tu padre te viole no es suya sino tuya. Por asumir el rol de tu madre en el sistema familiar, le impusieron una multa de 2000 €, pero no creo que se la pueda inhabilitar para ejercer. Piensa que no hay inspecciones. No se actúa de oficio. Sólo si hay una denuncia se hace algo (quizá)".
Ramón Nogueras
En este sentido, recordó que para la presentación de denuncias, los colegios profesionales son la institución a la que recurren los psicólogos. De nuevo, criticó que en la práctica los colegios no velan por estas cosas. En este contexto, recordó que recientemente un compañero psicólogo recibió dos denuncias deontológicas que pueden acarrear una sanción colegial por declarar que las constelaciones familiares son una pseudociencia -"que lo son"-. "Es más, a menudo los COP ofrecen formación en pseudoterapias, algo que muchos profesionales denunciamos constantemente", añadió Nogueras.
La publicidad eficaz de las pseudoterapias
La pregunta del millón es: "¿quien regula la mala praxis o el fraude de aquellas personas que ofrecen tratamientos psicológicos o soluciones milagrosas tras un cursillo, o tienen habilidad para atraer a la gente para mejorar su vida, o tras un sufrimiento emocional superado se erigen en maestros o guías de otros, captando a la gente con mensajes atractivos?". Rosa Ramos Torío, que es la vicesecretaria del Consejo General de la Psicología además de la Coordinadora de la Comisión del Ejercicio privado, Intrusismo y Defensa de la Profesión compartió esta duda con Hipertextual, para la que tiene respuesta. "Nosotros solos no podemos. Necesitamos ayuda de la administración".
Ramos Torío opinó que los mecanismos de control para las personas que apoyan la pseudociencia son muy escasos, a pesar de que lo considera como un problema de salud pública. Por lo tanto, es la Administración la que tendría que proteger a la población, "porque está en juego la salud mental de las personas".
Por ejemplo, la mayor parte de las ofertas de pseudoterapias se realizan a nivel online y no existe una ley de publicidad sanitaria actualizada. "Que incluya la publicidad de las páginas webs (la actual es del año 1999) que regule que la publicidad de los profesionales sanitarios. Esas otras ofertas fraudulentas no pueden mantenerse impunes", indicó.
En este contexto, Rosa Ramos Torío reivindicó que los colegios profesionales son de gran ayuda porque ofrecen información a la Administración sobre los requisitos que exigen para estar colegiado. Este mecanismo es clave, continuó, para lograr una diferenciación entre los tratamientos que ofrecen los profesionales sanitarios, avalados por la comunidad científica, y los que se amparan en la terminología de terapeutas sin ninguna titulación académica.
'Terapeuta', el comodín del intrusismo
Ramos Torío reconoció que hay una oferta numerosa de terapeutas que utilizan un lenguaje que confunde a los usuarios, como la ansiedad o el estrés. Aunque no tengan conocimientos de psicología ni la formación necesaria, y cayendo en un caso de intrusismo laboral. En otros casos, sin embargo, esta mala praxis viene dada por parte de una persona formada que centra su terapia en la pseudociencia.
Sea como fuere, estas prácticas han sido denunciadas en más de una ocasión, pero "no siempre ha sido favorable". Ramos Torío compartió con Hipertextual que el Consejo General de la Psicología recibe una media anual de 300 denuncias contra el intrusismo. En 2020, con motivo de la pandemia, la cifra ha aumentado en un 30%. "Un porcentaje importante se trataba de personas que no eran psicólogas, y tenían sus consultas online o presenciales sin un registro sanitario para ejercer como tales", matizó.
No obstante, el problema al que se enfrentan es que en ocasiones los pacientes -y denunciantes- no tienen las pruebas suficientes. "Tampoco los jueces tienen claro cúal es el acto propio del psicólogo". Por ejemplo, no es extraño ver cómo muchas personas que apoyan la pseudociencia se describen como terapeutas, tal y como apuntaba Ramón Nogueras. Este término puede utilizarse incluso como comodín porque, al no denominarse un psicólogo, no supone un delito de intrusismo laboral. De la misma forma que los coach han encontrado el vacío legal para seguir vendiendo sus terapias.
El 'coaching', ese quebradero de cabeza para los psicólogos
Vicente Prieto, vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, lamentó haber visto un aumento de personas que anuncian en internet las pseudoterapias en tiempos de pandemia. "Hemos vivido una situación con miles de fallecidos, de incertidumbre y de miedo. Ha sido un caldo de cultivo para un aumento de la ayuda psicológica y de la gente que quiere aprovecharse de la necesidad de las personas", condenó.
Hay muchos términos para intentar convencer a las personas que necesitan ayuda psicológica de que tu "terapia" es la correcta. "Coach experto en la gestión del estrés", "psicólogo especialista en miedo y ataques de pánico”, o "coach experto en el manejo de la ansiedad". Con poco ingenio, más de una persona puede caer en las redes de estas personas que pueden acabar provocar incluso un recrudecimiento de los problemas de los pacientes.
No es fácil conseguir que una denuncia por intrusismo laboral y la promoción de las pseudoterapias tenga una consecuencia directa. Pero a veces pasa. Vicente Prieto recordó en entrevista con Hipertextual la queja que presentó el Colegio Oficial de Psicología de Madrid contra la web Heroes del COVID. El proyecto prometía ayudar a aquellas personas que necesitaban ayuda psicológica ante la pandemia por la COVID-19. Un total de 83 coaches, la mayoría sin el título de profesional sanitario, prometían combatir la ansiedad y otros problemas derivados del confinamiento, según el comunicado que emitió el COP de Madrid.
En este caso, la denuncia tuvo el efecto esperado y la página se cerró por promover la publicidad engañosa. Pero, tal y como apuntaban los psicólogos, la historia no siempre acaba con un final feliz. En primer lugar, terapeuta se utiliza como un término comodín sin consecuencias pero, además, la psicoterapia no está regulada en España. "Bajo ese paraguas se puede promover publicidad engañosa y se confunde a una parte del público", criticó Prieto.
El plan del Gobierno
Rosa Ramos Torío reclamaba ayuda por parte de las autoridades para poder combatir el intrusismo en la psicología y la pseudociencia. Al respecto, el Gobierno aprobó en 2018 el Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias con el objetivo de difundir información veraz y accesible.
Con pseudoterapia, la medida confirma que se refiere a toda "sustancia, producto, actividad o servicio con pretendida finalidad sanitaria que no tenga soporte en el conocimiento científico ni evidencia científica que avale su eficacia y su seguridad". En definitiva, alertar sobre las terapias que no están avaladas por investigadores.
Una de las primeras medidas del plan fue identificar 73 pseudoterapias, entre ellas la terapia regresiva, el feng shui, el tantra, el coaching transformacional y la numerología. También la iridología, el masaje tibetano, el masaje en la energía de los chacras y la terapia biomagnética.
Así podemos acabar con las pseusoterapias
Sobre la iniciativa, Ramos Torío enfatizó que el plan todavía no está finalizado y que puede ser de gran ayuda para que al menos la gente sepa qué funciona y tiene un trasfondo científico y que no. Entre otras cosas, por campañas como CoNprueba, un mecanismo para intentar que la ciudadanía tenga un pensamiento crítico en lo que respecta a las pseuterapias. Sin embargo, tiene muy claras las medidas que son necesarias para que el plan sea efectivo para toda la población.
La pseudociencia y las pseudoterapias tienen implicaciones tanto en la medicina (por ejemplo, las "curas" contra el cáncer) como en las prácticas dentro de la psicología que los psicológicos consultados han condenado. A pesar de ello, uno de los problemas del Plan para la profesión es, según Ramón Nogueras, que "lo primero que hicieron los COP (cuando presentaron la iniciativa) fue inhibirse y poner un comunicado que venía a decir que las pseudoterapias estaban bien si las practicaba un psicólogo".
"De hecho, en 2018 el COP de Cataluña inició una comisión permanente de psicoanálisis, que es una pseudoterapia sin fundamento científico".
Ramón Nogueras
La pandemia lo ha complicado todo (también para los psicólogos)
Sin embargo, es un hecho que planes como el lanzado por el Gobierno español ponen sobre la mesa el problema de las pseudociencias y sus peligros. Loola Pérez explicó a Hipertextual su cruzada personal contra la tactoterapia como la forma de ayudar a las víctimas de abuso y pedófilos. El hilo que escribió en Twitter y la difusión de lo que ocurrió hasta que dejó su puesto en la junta directiva de Ângel Blau mostró una parte de la realidad del intrusismo laboral. También cómo algunos psicólogos titulados se ponen del lado de las pseudoterapias.
"El título da tranquilidad a muchas personas, pero a menudo no tienen la formación para saber si lo que ese psicólogo está aplicando es una terapia o una pseudoterapia". Pérez añadió que lo más peligroso es que los que llaman a la puerta de estos psicólogos (también a la de presuntos terapeutas) están desesperadas y llevan años sufriendo en silencio.
En el caso específico de lo ocurrido en Ângel Blau, el origen de su crisis es el trauma provocado por los abusos que han recibido. O por miedo a ser juzgados. Loola Pérez explicó que las personas con pedofilia tienen mucho miedo a no ser comprendidas y se pueden agarrar a un clavo ardiendo mientras nadie las juzgue. "Son personas vulnerables y hay gente que se aprovecha de ello, cronificando sus síntomas o haciéndole creer que 'llorar' es 'desbloquear cosas'. Hacer llorar a una persona es muy fácil, sugestionarla también. Lo difícil es que pueda recuperarse y que esa recuperación sea real, no un mero placebo".