Uno tiene la costumbre de escribir los recaps de The Mandalorian (Jon Favreau, desde 2019) mientras ve cada uno de los episodios. Pero en “The Rescue” (2x08), el último de la segunda temporada y ya disponible en Disney Plus, hay una sorpresa tan enorme que nos deja petrificados y reflexivos durante largos minutos. Y eso que la buena de Ahsoka Tano (Rosario Dawson) ya nos avisa en “The Jedi” (2x05) de lo que puede suceder si Din Djarin (Pedro Pascal) lleva a Grogu a la piedra de Tython. Es decir, que otro Jedi le perciba y vaya en su busca. Y, como el pequeñajo hace jeditación allí durante “The Tragedy” (2x06), es lo que ocurre.
Pero no lo descubrimos hasta “The Rescue” (2x08). El propósito es, claro, que acuda algún maestro de la Fuerza para que enseñe a Baby Yoda a controlarla y convertirse en un Caballero Jedi. Porque Ahsoka Tano no quiere entrenar al bebé orejudo a causa del miedo que advierte en él. Por temor a que se pase al lado oscuro como su propio maestro, Anakin Skywalker (Hayden Christensen). Y quien accede a ocuparse de dicha labor se presenta en el momento más oportuno. Para destrozar a los Dark Troopers de Moff Gideon (Giancarlo Esposito). Así impide que estos droides asesinos acaben con el cazarrecompensas y compañía.
Se trata nada menos que de Luke Skywalker (Mark Hamill), que se dedica a viajar por la galaxia para aprender sobre la difunta Orden Jedi sobre el año 9 después de la Batalla de Yavin. Paulatinamente, irá reuniendo a un grupo de padawan y creará su propio templo para instruirles. Hasta que su sobrino y aprendiz, Ben Solo (Adam Driver), lo reduzca a escombros humeantes en el 28 DBY, según vimos en Los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017). Tal vez, Grogu sea el primero de esos padawan. Y, si la aparición de Luke en The Mandalorian consigue pasmarnos, la guinda de R2-D2 es rizar el rizo del placer cinéfilo.