Uno de los grandes alicientes que ha tenido la última trilogía de Star Wars es que los cinéfilos hayamos podido reencontrarnos con los personajes de una saga tan querida. Como el Han Solo de Harrison Ford, la Leia Organa de la difunta Carrie Fisher, el Chewbacca del fallecido Peter Mayhew con Joonas Suotamo para sustituirle, el C-3PO de Anthony Daniels, el R2-D2 dentro del cual estaba antes Kenny Baker y, cuando murió, Jimmy Vee y otros, el Lando Calrissian de Billy Dee Williams, el Emperador Palpatine de Ian McDiarmid y, claro, el Luke Skywalker de **Mark Hamill. Este último, de hecho, quería una reaparición muy concreta para Luke que no ha conseguido hasta El ascenso de Skywalker (J. J. Abrams, 2019).
A este intérprete le gusta sugerir y dar su opinión sobre lo que podría llevarse a cabo en la saga galáctica, y lo que **propuso para su regreso en El despertar de la Fuerza (Abrams, 2015) —tal como cuenta Ana Dumaraog en ScreenRant— fue que Luke apareciese atrapando el sable de luz durante el primer duelo de Rey (Daisey Ridley) y Kylo Ren (Adam Driver) en la Base Starkiller en lugar de la propia Rey. Por esta razón y probablemente porque fue un contrapunto ingrato tras la intensidad dramática de su sensacional retorno en la isla del planeta Ahch-To, no le pareció nada bien que Luke se desprendiese de su sable con ese desprecio al inicio de Los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017). Sin embargo, por fortuna para Hamill, su vuelta en El ascenso de Skywalker resuelve el perjuicio.
Y no solamente lo revuelve con cordura según él, sino que además se trata de lo que había propuesto: cuando Rey decide exiliarse por el oscuro peligro de su origen en la misma isla de Ahch-To donde Luke ya se había exiliado por la decepción de Ben Solo, la última Jedi lanza el sable de luz en un gesto de ira y desesperación… y el espíritu de Luke lo atrapa tal como Hamill quería que lo atrapase en El despertar de la Fuerza. Y, por si esto fuera poco para arreglar el agravio cometido, su personaje manifiesta: “El arma de un Jedi merece más respeto”. Lo que sirve tanto para mostrar su evolución en la nueva trilogía de Star Wars, que termina con los Skywalker, como para posicionarse en el asunto del desagrado ocasionado por que despreciara su sable de luz.