Huawei ha cumplido con su promesa de lanzar la primera beta de su sistema operativo en diciembre. HarmonyOS 2.0 ya se puede probar en algunos de sus terminales de gama alta. Si bien este movimiento se da luego de las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos, desde hace tiempo que la compañía viene trabajando una alternativa a Android para sus dispositivos.
El desarrollo de HarmonyOS comenzó el 2017 como un sistema operativo compatible con aplicaciones Android y con la capacidad de correr en diferentes dispositivos. El ambicioso proyecto de la compañía china debutó en 2019 en algunos televisores Honor. Ahora, la versión beta llega a los Huawei P40, P40 Pro, Mate 30 y Mate 30 Pro. Además, es compatible con la tablet MatePad Pro.
La primera beta pública está orientada a desarrolladores. Para acceder al nuevo HarmonyOS 2.0 existen dos caminos. Uno de ellos es mediante el emulador IDE. El otro es bajando el sistema operativo en uno de los terminales mencionados. Si deseas probar esta última opción deberás registrarte en esta página y esperar un correo de confirmación. Según indica GMS Arena, es posible actualizar desde EMUI 11 vía OTA y volver a la versión anterior, aunque con la pérdida total de datos.
HarmonyOS 2.0: ¿Qué hay del diseño y la compatibilidad?
Si esperabas encontrarte con un sistema completamente diferente a Android percibirás que eso no es así. Para bien o para mal, EMUI y HarmonyOS comparten parte del código y esto no solo impacta en lo que se encuentra tras bambalinas, sino en la experiencia general del usuario. Una de las características más notables es su compatibilidad con aplicaciones Android, aunque el rendimiento puede ser menor y algunas podrían no funcionar.
En cuanto al diseño, Huawei busca que HarmonyOS se adapte a cada uno de los dispositivos en los que puede ser instalado. Es decir, teléfonos, tabletas, televisores y coches compartirán interfaz de usuario y aplicaciones. En ese sentido, la compañía china ha lanzado un concurso con premios por un total de 1,5 millones de yuanes (230.000 dólares) para motivar a que los desarrolladores creen aplicaciones nativas.