Si pensamos en marcas de smartphones de origen chino, es probable que el público occidental piense inmediatamente en Huawei y Xiaomi, pues estos dos fabricantes son los que más éxito han cosechado en estos territorios. No obstante, la lista de compañías de éxito procedentes de dicho país es va más allá de los dos citados nombres.
Una de las más destacadas dentro de ese grupo desconocido en occidente es Vivo, que durante varios trimestres ha formado parte del top 5 de marcas de smartphones a nivel mundial –según los datos de la consultora IDC–. En el continente europeo hemos oído hablar de algunos de sus productos más extravagantes –como el Apex 2020, uno de los primeros móviles sin puertos ni botones–, pero no ha sido hasta este segundo semestre de 2020 cuando la marca ha decidido desembarcar por completo en este mercado en el que muchas de sus compatriotas se han hecho un importante hueco durante los últimos años.
La punta de la lanza de su desembarco europeo es el Vivo X51 5G, un producto de gama casi premium que destaca, especialmente, por un elemento: una cámara con un gimbal incorporado. Este llega a España con una etiqueta de 799 euros, conectividad 5G y muchas ganas de dejar un buen sabor de boca.
Una sensación muy buena
El Vivo X51 5G, nada más salir de la caja, sorprende bastante. Los acabados de este teléfono son muy buenos, es cómodo de utilizar y, en general, transmite la sensación de estar muy bien rematado en todos los sentidos. El tacto de la parte trasera, además, es bastante agradable. Se trata de un cristal mate que recuerda al empleado por Huawei en el P40 Pro y por Apple en el iPhone 11 Pro.
En este sentido, el Vivo X51 5G transmite unas sensaciones propias de productos de gama superior –como el citado P40 Pro de Huawei–. Personalmente, he de decir que me recuerda mucho al OnePlus 8 en lo que a sensaciones en la mano se refiere. Y eso, dado el buen regusto que me dejó el modelo de OnePlus, es buen síntoma.
El Vivo X51 5G también cuenta con una pantalla OLED de 6,55 pulgadas con una resolución Full HD+ que es capaz de elevar su tasa de refresco hasta los 90 Hz. El panel, en términos generales, ofrece una muy buena experiencia. Eso sí: recomiendo cambiar el modo de calibración por defecto. Este, como también ocurre en teléfonos de otras marcas, sobresatura un poco los colores para hacer que las imágenes destaquen más de lo ideal. El problema es que este modo puede llevarnos a realizar correcciones de color incorrectas en fotografías o a perder ciertos matices en procesos creativos. Si valoras la precisión, desactívalo en ajustes.
Esta pantalla también se caracteriza por tener una perforación a través de la cual emerge la cámara frontal, una solución que cada vez más fabricantes han adoptado en lugar del notch. El panel también está levemente curvado en los laterales. Este atributo, habitual en muchos smartphones Android de alta gama, puede resultar llamativo estéticamente, pero degrada levemente la calidad de imagen en los bordes.
En lo que respecta a la tasa de refresco, contar con 90 Hz hace que cualquier animación o desplazamiento de elementos de la interfaz se produzca de una forma más orgánica. Personalmente, me encanta que los fabricantes estén apostando por esta tecnología en cada vez más productos.
¿Qué tal se comporta el Vivo X51 5G?
El Vivo X51 5G cuenta con un SoC Snapdragon 765G de Qualcomm. Este no es el más avanzado del momento, pero su rendimiento es más que suficiente para la mayoría de tareas que realizan los usuarios. Es equipo es veloz, las aplicaciones funcionan con soltura y, probablemente, la mayoría de usuarios no echen en falta la ausencia del Snapdragon 865 –u otro SoC equivalente–.
Este chipset, además, es compatible con la conectividad 5G que todos los operadores están desplegando en el mundo. En este sentido, he de decir lo mismo que en los análisis de otros productos recientes: que los fabricantes incorporen esta conectividad en sus teléfonos es positivo pensando en el futuro, pero no esperes que el tener 5G en tu teléfono cambie la forma en la que utilizas tu smartphone en el presente. Las redes todavía tienen mucho margen de mejora y los casos de uso que permiten aprovechar sus virtudes son todavía reducidos.
El Vivo X51, por cierto, es compatible tanto con las redes SA como con las NSA. Eso sí: únicamente puede conectarse a las redes sub-6 GHz, no a las mmWave. Estas últimas, no obstante, no se están desplegando por el momento en España, por lo que su ausencia no supone ningún problema.
Una de las cosas que más me ha sorprendido del Vivo X51 es su software. La compañía ha hecho con él algo que no todas las marcas procedentes de China suelen hacer cuando desembarcan en Europa: adaptar el producto al mercado. ¿Qué quiere decir esto? Que el Vivo X51 cuenta con una versión de Android sencilla, sin apenas bloatware y muy semejante en estética a la que ofrecen los productos de OnePlus o los Pixel de Google. El sistema, además, está bastante bien optimizado, lo cual es un paso en la dirección correcta.
La unión de este software con el citado SoC y la pantalla de 90 Hz hace que la experiencia en general con el Vivo X51 5G sea bastante buena. La marca, además, se ha comprometido a actualizar este producto durante varios años, por lo que los consumidores podrán disfrutar de las futuras versiones de Android sin ningún problema.
En lo que a autonomía se refiere, podríamos decir que el Vivo X51 5G se comporta según lo esperado. No es el teléfono que liderará los rankings de autonomía, pero, incluso con la tasa de refresco de 90 Hz, puede terminar una jornada de uso sin incidencias.
En lo que a carga rápida se refiere, el producto de Vivo admite un máximo de 33 vatios de potencia haciendo uso del cargador incluido en la caja. Eso sí: no tenemos ni carga inalámbrica ni inversa, algo que algunos de los productos con los que compite –como el iPhone 12 o el Galaxy S20– sí ofrecen.
¿Cómo son las cámaras del Vivo X51 5G?
Uno de los aspectos en los que este producto intenta diferenciarse es en la cámara. Para ello, Vivo ha incorporado un total de cuatro sensores en la parte trasera:
- En primer lugar, tiene una cámara principal de 48 megapíxeles de resolución con un objetivo de apertura f/1,6 y una estabilización “gimbal OIS”.
- En segundo lugar, el X51 ofrece con un zoom óptico de cinco aumentos, un sensor de 8 megapíxeles y un objetivo de apertura f/3,4 estabilizado ópticamente.
- También incorpora una cámara con un zoom óptico de dos aumentos, un sensor de 13 megapíxeles y un objetivo de apertura f/2,5.
- Y, como en otros teléfonos, también encontramos una cámara con un gran angular, un sensor de 8 megapíxeles y un objetivo de apertura f/2,2.
La distribución seleccionada (principal, gran angular, teleobjetivo de corto alcance y teleobjetivo de largo alcance) es, honestamente, la más acertada, sobre todo en lo que a teleobjetivos se refiere. Hacer fotografías con un 135 mm resulta súper divertido no solo por la posibilidad de acercarse a objetos lejanos, también por la forma en la que este objetivo comprime la perspectiva. Y me gusta que, a diferencia de otros productos, podamos tener esta opción sin tener que renunciar a un teleobjetivo de 50 mm –cuya distancia focal puede ser más acertada en determinadas situaciones–.
En lo que a la calidad de imagen se refiere, las sensaciones son diferentes. El Vivo X51 es capaz de capturar buenas imágenes en condiciones bien iluminadas, pero, ante situaciones adversas, queda claro que no está en la misma liga que Apple, Samsung o Huawei. Y el gimbal, pese a ser un elemento interesante desde el punto de vista técnico, no parece traducirse en fotografías significativamente mejores en condiciones de baja luminosidad.
¿Merece la pena comprar el Vivo X51 5G?
En términos generales, el Vivo X51 es un punto de partida interesante. Los acabados del producto son bastante buenos, la pantalla ofrece una buena calidad de imagen, la cámara recurre a la distribución de objetivos más sensata posible y el equipo funciona lo suficientemente rápido como para satisfacer las necesidades de la mayoría de consumidores. Vivo, además, ha tomado decisiones correctas en aspectos como el software, lo cual es un punto importante a su favor.
El problema es que esta propuesta, con una etiqueta de 799 euros, se queda en fuera de juego en el mercado español. Por un lado tiene que competir con smartphones como el OnePlus Nord o el Mi 10T Lite de Xiaomi, que cuentan con varios componentes similares (como la pantalla de 90 Hz o el SoC Snapdragon 765G) pero se venden por mucho menos dinero.
Por otro lado, el X51 tiene que competir con los smartphones de gama alta presentados durante la primera mitad de año, que se pueden encontrar en estos momentos por precios similares e incluso inferiores al de este Vivo X51. Entre ellos se incluye el Galaxy S20 Plus, disponible en Amazon por unos 700 euros en el momento en el que escribo estas líneas. El móvil de Samsung tiene una pantalla de mayor calidad, un SoC más potente y, además, transmite más confianza al consumidor, pues la marca Samsung tiene muchísimo más recorrido en el país –y eso, cuando estás desembolsando casi 800 euros en un producto, pesa en la decisión–.
También le complican las cosas a este Vivo X51 5G otros productos como el OnePlus 8T, los Xiaomi Mi 10T e incluso el iPhone 12, que se vende por unos 800 euros en su versión mini y unos 900 euros en su versión estándar. El teléfono de Apple, que se sitúa en la misma ventana de precio, tiene un procesador significativamente más potente y una de las mejores cámaras del sector, entre otras muchas cosas.
El escenario que queda ante este Vivo X51, por lo tanto, es bastante complicado. El producto ofrece una buena experiencia y deja entrever ideas interesantes, pero sin una rebaja de precio que le haga ganar competitividad, lo tendrá muy difícil para llamar la atención de los consumidores.